La revolución del sistema de aseo
LA idea de un 'visionario' granadino ha conseguido revolucionar el sistema de higiene en hospitales y residencias y ahora quiere cambiar también el modo de aseo de la población general. En 1982, José Antonio López-Sánchez Ocaña pensó que tenía que inventar una nueva forma para lavar a los pacientes de los hospitales. Era visitador médico y veía que en los centros con menos recursos se utilizaba la misma esponja para los pacientes y que en los 'pudientes' se derrochaba demasiado al utilizar una esponja tradicional nueva para cada enfermo. Entonces pensó que tenía que idear un producto que fuera ligero, fácil de usar, desechable y que permitiera garantizar la higiene individual de cada persona también de forma económica. Así nacieron las esponjas jabonosas de un solo uso, que ahora se utilizan en todo el sistema sanitario de España (el Materno de Granada fue el primero en incorporarlas) y en las residencias.
Hoy, varias décadas después, fabrican 400 millones de esponjas al año, lo que da una facturación a la empresa de unos 6,6 millones de euros.
Las primeras pruebas de estas esponjas las hizo en su garaje de Cogollos. Pensó en utilizar fibra para las esponjas y aplicarles ya el jabón para que luego al mojarlas se hiciera la espuma. La forma alargada permite que sean más anatómicas y se utilicen con mayor comodidad.
Una fórmula que ha funcionado y que todavía permanece inalterable 33 años después aunque ahora se están introduciendo novedades para diversificar el mercado. Ahora la empresa está en manos de sus hijos y actuales socios José Manuel López Torres, consejero delegado; María José López Torres, presidenta del consejo y Begoña López Torres, miembro también del consejo.
Y tal fue su 'visión' de futuro que ahora la empresa que creó, Jalsosa, con sede en Pinos Puente, es el distribuidor de esponjas bajo el nombre comercial de Begobaño al 80% de los hospitales de España, al 90% de residencias, a casi la totalidad de farmacias y también están llegando al cliente particular a través de Mercadona y la fabricación de marcas blancas. Incluso el Ejército incluye sus esponjas en los kit que manda a los militares en misiones especiales o por ejemplo en los barcos, para lo que se utilizan esponjas biodegradables especiales.
El producto principal es la esponja de fibra, que también fabrican ellos utilizando como base el algodón. A ese material se le aplica el jabón, que también producen y ahora también comercializan.
Aunque la esponja de fibra es el producto estrella, han incorporado a su línea nuevas esponjas de espuma que venden en farmacias y que son más suaves pensadas en las pieles más delicadas, sobre todo de las personas mayores. Con estas, además, se acaba de hacer una innovación al incorporarles aloe vera y rosa mosqueta.
De las de fibra también se disponen de esponjas de diferentes gramajes (grosores) para adaptarse al gusto del consumidor.
"El modelo es el mismo que hace 30 años y el gel, con el que nunca hemos tenido problemas ya que tiene un PH muy bueno", explicó Elena Lozano, directora comercial de Jalsosa, inmersa también en la creación de nuevos productos. Entre esos proyectos las esponjas de diferentes colores y aromas (aceite de oliva, coco, chocolate, fresa, mora, frambuesa, ...) y conseguir hacer la versión "sólida" de marcas de jabón para que el consumidor general se sume a esta forma de aseo y dar el salto a otros productos como desmaquillantes. Un sinfín de proyectos teniendo como base una simple esponja de fibra impregnada en jabón.
Jalsosa, con sus esponjas, llega ya desde Granada a diez países: Portugal, Lituania, Brasil, Reino Unido, Grecia, Francia, Irlanda, Siria, Líbano, Malasia e Italia. Además, han firmado acuerdos con otros diez más y están buscando también el sistema de franquiciar las fábricas en los diferentes países para ahorrar costes de distribución y conseguir una mayor expansión.
La empresa cuenta con 50 trabajadores repartidos entre las áreas de administración, financiación y atención al cliente; área comercial; laboratorio y zona de producción y almacén. Ahora está en proceso de expansión y han construido una nueva planta también en Pinos Puente a la que se mudarán en breve.
El proceso de producción de las esponjas es muy sencillo. Lo primero que hacen es crear las fibras a partir de algodón. Después, esas planchas de fibra se enrollan y se pasan por una máquina que les impregna el jabón. Luego pasan por un horno para secarlo y fijarlo y se vuelven a doblar en grandes rollos.
El siguiente proceso es el corte, para lo que también de forma mecánica se cortan las planchas de fibra ya impregnadas en el jabón. Una vez llegado a este proceso viene la parte manual, en la que los trabajadores tienen que coger el número de esponjas que va en cada paquete y ponerlo en la zona indicada para que una máquina ya las envase. La empresa también ha añadido a su producción los propios plásticos y envases con los que empaquetan sus productos. Por último, se empaquetan y se quedan listos para su distribución.
Otra parte importante es el laboratorio, donde se realizan los controles de calidad de los jabones y los productos para que los lotes estén correctos. Se realizan test para evitar alergias y para que no irriten la piel. También en este departamento realizan la formulación del gel de las diferentes variedades y aromas. Miles de litros de gel para impregnar todos los tipos de esponjas.
Así, de una idea innovadora que ha sabido captar la necesidad de un sistema se ha creado ya una gran empresa que no deja de inventar y de cambiar hábitos con un producto tan básico como pequeñas esponjas de fibra con el jabón ya incorporado. Una producto que ha nacido desde Granada para el resto del mundo.
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