Las rimas del grafitero anónimo
Algunos vecinos del Bajo Albaicín reciben injuriosas poesías días después de que se produjera el juicio por las pintadas en las que estaba acusado un profesor universitario

La petición fiscal de dos años de cárcel así como la indemnización de 450 euros para el acusado de pintar paredes, puertas y otros elementos arquitectónicos del barrio del Albaicín, queda en el aire tras haber sido absuelto el acusado José Antonio O. La Asociación del Bajo Albaicín está indignada por la resolución del juicio y por el trato obtenido ya que, según la presidenta de la asociación, Lola Boloix, "al final parece que como no somos profesores de universidad nos lo hemos inventado todo; en resumen los propios testigos han resultado no ser fiables para el juez". Aunque no volvieron a aparecer más pintadas desde que se interpusieron las denuncias, el barrio vive ahora una nueva situación de conflicto al encontrar bajo algunas de sus puertas mensajes injuriosos en forma de poesías. "Una vez que este hombre sabe que le hemos puesto la demanda se ha dedicado a mandarnos panfletos poéticos rimados, injuriosos y calumniosos", explicó Boloix.
Una parte de la sentencia dicta que "la mala relación entre el acusado y el presidente de la asociación, de lo que es buena muestra el 'panfleto poético' atribuido al acusado y que aporta el propio presidente de la Asociación de Vecinos del Bajo Albaicín, Manuel Navarro, persona que por lo demás fue el que denunció en Fiscalía y que tampoco ha sido propuesto como testigo, se generan ciertas dudas, aunque sean mínimas sobre la versión de la testigo". Ante estas palabras la presidenta de la asociación afirmó que es la abogada del acusado la que aseguró que existe una mala relación entre ambos y por tanto el juicio no es más que una especie de venganza por parte de la asociación. De este modo, Boloix aclaró que "aunque el juez lo ha dado por válido, eso es mentira, porque el presidente Manuel Navarro no conoce al acusado y no fue propuesto como testigo porque no lo ha visto nunca pintar". Además Boloix aseguró que la actitud de los testigos que vieron al acusado pintando pero no avisaron a la Policía ni lo detuvieron (hecho que ha generado dudas al juez), está más que justificado, "imagínate en una calle peatonal del Albaicín a las dos de la mañana, atrapar al hombre, llamar a la policía y esperar hasta que lleguen", explicó Boloix.
La presidenta de la asociación afirmó que los testigos no pueden apelar el juicio y que será la Junta o la Fiscalía quien deba hacerlo y demostrar hasta que punto se preocupan por éste caso. "Lo hemos visto muchas personas, ha salido a pintar durante cuatro o cinco años casi todas las noches con una escalera, una lata de pintura, pinceles y un perro grande", recordó Boloix. Es tal el descontento de este colectivo con la resolución que incluso barajan la opción de volver a juicio, "la única forma es que me denuncien a mi por decir barbaridades del juez o del pintor, si lo hiciesen podría llevar a ese juicio a personas que sí lo han visto pintar, claro podrían condenarme a mí", concluyó Lola.
La asociación pide para el acusado una indemnización económica, ejemplar y suficiente para limpiar las pinturas, "con la indemnización de 450 euros que ha pedido la Junta de Andalucía para el acusado no se puede ni cubrir un muro, esa evaluación del costo del deterioro de un enclave Patrimonio de la Humanidad es sorprendente", aseguró Boloix.
La asociación pide para el acusado una indemnización económica, suficiente para limpiar las pinturas. Asimismo insistió en que esta decisión hace cuestionar el interés que presenta la Fiscalía hacia el tema, "hay más de 200 pintadas en una extensión de más de medio barrio", explicó.
Según la asociación los descuidos están siendo muy pronunciados, "hubo dos juicios, en el primero el acusado no se presentó, en el segundo tuvo que ir a Inglaterra porque su padre que está viviendo allí estaba muy grave. Entonces acudió a los juzgados para explicarlo y se ratificó en todo lo ya dicho, sin embargo en la sentencia aparece como que no ha comparecido".
También explicó que "en el juicio el acusado dijo que él no podía haber sido porque tenía una enfermedad visual, al entrar a los juzgados miró en el listado los juicios del día que vienen en letra bastante pequeña y ni al juez se le ocurrió preguntar por la ausencia del perro", aseguró Boloix. En pleno debate el barrio del Bajo Albaicín pide que el caso no caiga en el olvido, "si no llega a ser profesor universitario seguro que lo condenan", declaró Boloix.
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