El rugido del mosquito tigre

salud

Sus picaduras son mucho más dolorosas que las del mosquito común y pueden contagiar enfermedades como el Zika o el Dengue

El rugido del mosquito tigre
El rugido del mosquito tigre
Alba Rodríguez

09 de junio 2018 - 02:35

Granada/Ronchas que aparecen sin el menor aviso a lo largo del cuerpo indiscriminadamente. Picor insoportable y la frase eterna de una madre que dice: "No te rasques que te va a picar más". Bengala de advertencia de que el calor florece y con él, los mosquitos tigre. Una especie invasora a la que cada día la ciudadanía está más acostumbrada. Desde que estos insectos llegaron por la costa catalana en 2004, colonizaron gran parte de nuestro país y Granada es uno de sus fuertes.

Las lluvias que han 'anegado' la provincia durante más de un mes crearon el cosmos idóneo para que el mosquito tigre se reproduzca, coyuntura que se acentúa con la subida de la temperatura, momento en el que las larvas se reproducen con mayor facilidad.

Cuando ya ha picado se recomienda no rascarse y aplicar hielo durante 15 minutos

A diferencia de los mosquitos comunes, cuyas picaduras no generan más que simples molestias, la especie tigre es una importante transmisora de enfermedades tropicales como el Dengue o el Zika. La sintomatología y principales características de su picadura las expone el doctor López Caballero, responsable de la Unidad de Alergología de Vithas La Salud de Granada. "Las reacciones son similares a las provocadas por el mosquito común -endurecimiento de la piel, enrojecimiento, picor local- pero las del mosquito tigre son, normalmente, picaduras múltiples y mucho más dolorosas, debido a que hay mayor inflamación de la piel y requieren más días para su curación total". Esta especie suele picar en cualquier parte del cuerpo, pero sobre todo en las piernas aunque incluso, según relata el doctor, de manera excepcional "en pacientes alérgicos al veneno podría aparecer urticaria generalizada, e incluso shock anafiláctico".

El veneno de su saliva inyectado en la piel genera una reacción local ya que contiene proteínas que el sistema inmunitario del huésped ve como sustancias extrañas, explican. En cuanto a las medidas que debe tomar la población para prevenir las picaduras de estos incómodos visitantes, López Caballero incide en utilizar, ante todo, el sentido común y aplicar medidas idénticas a las que tomamos con los mosquitos comunes. Para evitar las picaduras de mosquitos existen una serie de recomendaciones, además del uso de repelentes: minimizar las zonas del cuerpo expuestas usando camisas y pantalones largos -algo complicado en verano-, evitar ir al campo o caminar cerca de ríos, zonas húmedas, pantanos y zonas ajardinadas sobre todo durante las horas del amanecer y atardecer, no usar colores llamativos, instalar mosquiteras en puertas y ventanas y en caso necesario, usar aire acondicionado, que evita la entrada de mosquitos debido a la disminución de la temperatura".

A la luz de que estas medidas pueden ser difíciles de seguir en estas fechas, el mejor recurso pueden ser los repelentes. Es importante saber que, como norma general, los repelentes basados en aceites esenciales, como por ejemplo aceite de geraniol o citronella, tienen menor efecto que los que contienen DEET (N, N-Dietil-meta-toluamida), icaridina o derivados de PMD (p-metano-3,8 diol) y que, a mayor concentración, mayor duración del efecto. No obstante, una concentración superior al 50% de DEET puede producir irritación cutánea, explica el doctor.

En estos casos suele suceder que la mayor urgencia llega cuando el mosquito ya ha picado. En este caso se debe evitar el rascado en la medida de lo posible y aplicar hielo inicialmente en la zona durante 10-15 minutos para bajar la inflamación y evitar que se expanda el veneno.

En caso de mayor gravedad se puede acudir a Urgencias, donde seguramente se preescriba al paciente antihistamínicos orales, corticoides o antisépticos tópicos. En ocasiones, es necesario pautar corticoides orales e incluso antibióticos, pero es importante saber que se debe evitar "el uso de los típicos antihistamínicos en cremas que suelen ofrecer en las farmacias", concluye el doctor López Caballero, quien también recomienda acudir al alergólogo.

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