"Si hay comportamientos que pongan en peligro la salud pública en nuestras instalaciones se aplicará la normativa con toda su dureza"

Pilar Aranda | Rectora de la Universidad de Granada

La UGR trasladó la docencia al formato virtual el pasado 15 de octubre y ahora asume una segunda prórroga de la polémica medida de la Junta

Pilar Aranda, durante la entrevista en su despacho en el Hospital Real.
Pilar Aranda, durante la entrevista en su despacho en el Hospital Real. / Antonio L. Juárez / Photographerssports

Cuando comenzó la presentación del acto de entrega de galardones de la XV edición del Premio de Traducción Francisco Ayala, en pasado jueves en la Facultad de Traducción e Interpretación de la Universidad de Granada, Pilar Aranda ya sabía que la Junta prorrogaría la suspensión de la docencia presencial. Pese a todo, en la entrega de premios, hizo un llamamiento al optimismo. Mantiene una y otra vez en su discurso la necesidad de ser responsables y la reivindicación de que las aulas universitarias son “seguras”. Es consciente de la gravedad de la situación, pero también pone sobre la mesa que ninguna otra universidad española ha sido objeto de medidas tan drásticas. Únicamente la Politécnica de Valencia y por un brote que tuvo lugar dentro del campus, recalca.

–¿Esperaba que se prorrogara la decisión de suspender la docencia presencial?

–Tal y como iban los datos y tal y como lo habían planteado desde la Junta, sí.

–¿Cree que puede haber una nueva prórroga de esta medida?

–Espero que no. Ahí sí que voy a plantear que las cifras que tenemos nosotros son de que vamos bien. De 800 estudiantes a los que se les han hecho las pruebas para poder incorporarse [a los centros educativos dentro del prácticum de los grados que se imparten en Ciencias de la Educación] ninguno ha dado positivo. Nuestras aulas son seguras, muy seguras, y nuestros laboratorios también. Además hay una frustración muy grande entre los equipos decanales y directivos que han trabajado con mucho ahínco. He visitado varios centros y de verdad nuestras aulas son seguras. Creo que los datos son los que son.

–¿Conoce el informe en el que se basó Salud para suspender la actividad docente presencial?

–Con exactitud, no. Conozco los datos generales. Los que conozco son los que conoce toda la población.

–Y con esos datos no se sostiene un nuevo aplazamiento...

–Estamos en una situación muy complicada sobre todo por la presión hospitalaria. Yo he acatado. Cuando me llamó el consejero, un momento antes de la rueda de prensa del portavoz del Gobierno [Elías Bendodo], hablamos y dije que no iba a plantear batalla. Espero que en estos días se normalice, pero hago una llamada a toda la ciudadanía. Los datos de nuestra comunidad no son tan malos... Vemos otras ciudades con datos peores y en confinamiento, como Salamanca, Zaragoza... que en ningún momento han pasado a la universidad virtual. La única fue la Politécnica de Valencia, que ya no está en esa situación, y fue por un contagio que se produjo dentro del campus. El rector [Francisco Mora] junto con la consejera [de Universidades, Carolina Pascual] fueron los que trasladaron la decisión. En las universidades catalanas hubo un intento y finalmente redujeron la presencialidad. Vemos como están otras ciudades con universidades... y no han modificado el plan de cada una de ellas.

–¿Se prevén cambios normativos en la UGR para sancionar a estudiantes que con su comportamiento pongan en peligro la salud pública?

–Totalmente, un alumno o un ciudadano.

–Pero dentro de la comunidad universitaria, ¿se les abrirá expediente?

–Por supuesto, se aplicará la normativa con toda la dureza. Siempre que sea dentro de nuestras instalaciones, que es donde tenemos ámbito. Lo hemos trabajado con la Universidad de Salamanca, que tiene cuatro colegios mayores.

–¿Tienen algún caso en la UGR?

–Nada.

–¿Se enfrentarían estos estudiantes a la expulsión?

–Si es dentro de nuestras instalaciones por supuesto. Estamos en una situación de emergencia sanitaria. Pero, insisto, el comportamiento durante estas semanas de presencialidad ha sido extraordinario.

–¿Se plantea bajar el porcentaje de horas presenciales y aumentar la docencia online?

–Yo creo que no. Si es necesario aplicarlo, se hará, pero ahora mismo creo que no. Estamos en una presencialidad en torno al 50%. Los centros son seguros, las aulas hay que visitarlas... todo el mundo lo dice, es el lugar más seguro.

–Los estudiantes piden normativa más clara en cuanto a la docencia online. ¿Se trabaja en ello?

–Sí, estamos trabajando desde marzo intensamente. Todas las guías de las asignaturas marcan claramente el plan B. El plan A era la semipresencialidad y el plan B era pasar todo a virtual. Todo el profesorado lo conoce.

–¿Ha recibido presiones para que la Universidad abriera en septiembre?

–La Junta y el Ministerio nos trasladaron la necesidad de ir a esta semipresencialidad, pero es que la primera que se obliga soy yo. Sabemos los valores de la presencialidad. Por otro lado, hay sectores económicos de la ciudad que en sus comentarios... bueno, sabemos que 30.000 estudiantes de fuera suponen una participación muy importante de la vida económica y social. Somos el 6,5% del PIB de la provincia.

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