La Santa Margarita llega a juicio: el anticuario y un galerista, únicos acusados del periplo ilegal desde el Realejo a la subasta en Nueva York
La talla atribuida a José de Mora era propiedad de las monjas del Convento de Nuestra Señora de los Ángeles de Granada, que recibieron una copia falsa mientras la auténtica fue localizada en el catálogo, a la venta por 350.000 euros
Un rastro de tres países y dos continentes
Un anticuario de Zaragoza y un galerista con sede comercial en Madrid serán al final los únicos acusados que tendrán que enfrentarse a juicio por la apropiación indebida y receptación de la valiosa talla barroca Santa Margarita de Cortona, que era propiedad de las monjas de Nuestra Señora de los Ángeles, en Granada. La obra, que se atribuye a José de Mora (1644-1724), fue localizada en 2019 a la venta en una subasta de Nueva York y su precio era de 350.000 euros. Mientras, en el convento del Realejo había una copia falsa con la que, la parecer, habían sido engañadas las religiosas. Tras descubrirse el asunto, la talla volvió a Granada y está custodiada en el Museo de Bellas Artes, ubicado en la Alhambra.
Los próximos 24 y 25 de septiembre, la Audiencia Provincial de Granada celebrará un juicio en su Sección Segunda, en el que se sentarán en el banquillo los dos únicos acusados tras una investigación de casi un lustro. Se enfrentan a penas de 5 y 3 años de cárcel, por presuntos delitos de apropación indebida y receptación.
Según el escrito de acusación de la Fiscalía, en abril de 2028, el acusado Santos B. J. B., anticuario de Zaragoza, recibió de las franciscanas clarisas granadinas, "para su restauración", la talla policromada del S. XVIII, conocida como Santa Margarita de Cortona, aunque estaba registrada en la guía digital del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) como Santa Rosa de Viterbo. "Guiado por el ánimo de obtener un lucro ilícito se apoderó de la imagen -continúa el relato del ministerio público-, incorporándola a su patrimonio". Para la acusación, las monjas fueron víctimas de un engaño y la demostración de ello sería que el acusado devolvió al convento granadino una copia falsa de la imagen, "que no fue detectada", al menos inicialmente. Por estos motivos, la acusación reclama para este acusado la pena más alta, de 5 años de prisión y una multa de 9.900 euros.
La siguiente escala de la obra fue una galería de Madrid. Expone la Fiscalía que fue vendida el 20 de junio de 2028 al acusado Florencio Nicolás C. B., también anticuario y propietario de un negocio de arte que lleva su nombre. "La adquirió con conocimiento de su origen ilícito y de la imposibilidad de comerciar con ella, por un precio notoriamente inferior a su valor, con ánimo de lucro ilícito y la finalidad de comerciar con ella", según consta en el escrito de acusación pública. La petición para él es de tres años de cárcel por receptación, además de una multa de 8.100 euros.
El 10 de diciembre de ese año, 2019, este último acusado habría ofrecido la talla de la Santa Margarita, procedente del histórico barrio del Realejo granadino, para su subasta o venta en la feria de Arte y Antigüedades de Nueva York (TEFAF) por un precio de 350.000 euros. La Fiscalía asegura en su escrito que la obra "no llegó a salir de España" y fue entregada por el acusado a los investigadores de la Policía Nacional. Sin embargo, hay rastro de su intento de venta anterior en otros países. La propia galería, con la que contactó este periódico cuando el asunto salió a la luz, admitió que se puso a la venta en Maastricht (Países Bajos) en el mes de marzo por 350.000 euros, la misma cantidad con la que posteriormente se ofertó en la feria Tefaf de Nueva York. Aseguraban que se exportó la talla a Londres “siguiendo estrictamente y en todo momento los cauces legales”. El traslado de la pieza al Reino Unido fue aprobado por la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico. Para conseguir el permiso, desde la Galería se aseguraba que únicamente se aportaron detalles formales de la pieza –“nada de la factura”– y que “pasó el filtro”. Además del permiso español, la Santa Margarita también obtuvo el permiso de exportación expedido por el Arts Council England para ser trasladada a Nueva York.
La Galería sí reconoció a Granada Hoy que no preguntó al anticuario sobre la procedencia de la talla. “Es algo que se reserva en el mundo del arte”, explican. Detallar la ruta puede perjudicar a los marchantes e intermediarios, por lo que esa información permanece oculta, indican desde Madrid.
La Fiscalía recuerda ahora que de acuerdo a la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía y la equivalente española, los muebles del Patrimonio Histórico Andaluz cuyo interés haya sido reconocido en el Inventario de Bienes Muebles de la Iglesia Católica "no podrán transmitirse por título oneroso o gratuito ni cederse a particulares ni a entidades mercantiles". Por tanto, aquella venta presuntamente ilegal sería nula y la obra tendría que volver a sus legítimos propietarios del Convento de Las Vistillas.
Una pieza auténtica custodiada en el Bellas Artes
La pieza, según expone la Fiscalía tras su constatación en la fase de investigación, es "auténtica y está catalogada como perteneciente al Patrimonio Histórico Andaluz". Atribuida de José de Mora, forma parte de la escuela granadina, en concreto a la corriente barroca.
Ricardo Tenorio, director del Museo de Bellas Artes donde se guarda la pieza, destacaba a este periódico lo excepcional de la pieza y de la historia de la talla. La imagen, de tamaño real, muestra a una mujer que sufre. Con las manos sujeta un crucifijo y en el rostro se percibe un dolor íntimo, ascético y estético tan propios del Barroco granadino. Entre los labios asoman mínimos dientes e incluso se puede ver la lengua. Ojos enormes, de cristal, y una tez que luce cuatro siglos después de haber salido del taller con destino al convento granadino.
"Se trata de un caso único, en el que fue clave la participación ciudadana. Son los vecinos del barrio los que se dieron cuenta", recordaba Tenorio. "Es un ejemplo de hasta donde puede llegar la aportación ciudadana en la recuperación del patrimonio", reseñaba el director. Los vecinos eran conocedores de los objetos que se guardan en sus templos y conventos. De otra manera, esta historia hubiera tenido otro final. La Policía Nacional intervino, depositó la talla en el Museo granadino y tiró del hilo. Durante las pesquisas, en el proceso también se investigó el papel del sacristán del convento, en cuya casa se hallaron más de 200 piezas religiosas. En concreto, 236. "Realizada entrada y registro en la capilla del investigado se encontraron e incautaron multitud de objetos de valor histórico artístico, pertenecientes a conventos e iglesias de Andalucía", especificaba sobre el caso la Fiscalía en su memoria del año 2020. Ante la sospecha de que hubieran sido presuntamente expoliadas, también se trasladaron al Museo. "Se tuvo que habilitar un almacén para el resto de figuras". Sin embargo, la participación de este hombre en las presuntas ilegalidades ha quedado descartada y el caso quedó archivado para él.
La Santa Margarita se mantenía guardada en una caja de madera, adornada a su vez con las pegatinas de sus viajes. Llegó envuelta en un tisú, veladura que sí se ha quitado, y las manos desmontadas, ahora encajadas en los brazos. Por lo demás, no se ha tocado. Apenas tiene desperfectos y bajo la luz ultravioleta aparecen tres pequeñas manchas en la mejilla derecha y otras tres en la izquierda. Pudiera ser el vestigio de unas lágrimas que se colocaron en su momento.
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