El sarcófago de Villamena pudo ser manipulado tras la época romana
Arqueología
El cráneo encontrado ayer tras la apertura de la tumba se encuentra desplazado de forma poco natural
El cráneo encontrado dentro del sarcófago romano de Villamena se encuentra en una posición antinatural como se observa en la fotografía, lo que indica que el sarcófago podría haber sido trasladado de su zona de enterramiento original hasta donde fue encontrado cuando el cuerpo ya era solo un esqueleto y en ese transporte el cráneo pudo haberse desarticulado.
Esta información la aporta el catedrático de Antropología Física de la Universidad de Granada y uno de los mayores referentes a nivel internacional, Miguel Botella, que aunque él no está participando en la excavación del sarcófago, su departamento sí lo hace a través de la catedrática Inmaculada Alemán.
En su opinión como experto, Botella explica que ese movimiento de posición en el cráneo tuvo que producirse tras el enterramiento en época romana y no en el traslado desde Villamena hasta el Museo Arqueológico, ya que el féretro estaba cubierto de barro, lo que impediría que se moviera.
"Un sujeto cuando muere, si está en un medio abierto como es un ataúd, se descompone y la mandíbula o la cabeza se cae hacia un lado, puede moverse, pero en este caso está girado" explica Botella.
La teoría del traslado del sarcófago cobraría más sentido dado el lugar donde fue encontrada pieza, explica Botella, una zona alejada de donde los iliberitanos solían enterrar a sus difuntos.
Por otro lado, desde la Consejería de Cultura, confirma lo que Granada Hoyadelantaba ayer, el equipo de trabajo ha encontrado un trozo de cráneo dentro del sarcófago romano de Villamena. Lo hacían ayer, cuando un equipo de expertos comenzó los trabajos de apertura del sarcófago, que acumula gran cantidad de barro y tierra acolmatada, si bien se conserva entero, lo que "ya es un logro", según la consejera del ramo, Patricia del Pozo.
Los especialistas lograron ayer retirar la tapa sin que se produjeran daños en el ataúd, lo que permitió evidenciar que en su interior había al menos un trozo de cráneo. "Pero aún queda mucho por hacer", ha indicado la consejera, quien confía en que se encuentre algún hallazgo histórico "o al menos una línea importante de investigación".
A lo largo de este viernes se está procediendo a la extracción del cráneo, que se encuentra en una posición forzada y apoyado en un ladrillo a modo de almohada. A la espera de los análisis, los restos presentan un buen estado, incluida la dentadura, según la Junta.
El equipo de expertos tiene previsto excavar el interior del sarcófago a través las zonas más accesibles: los pies y la cabecera ya que la pieza sufre un pinzamiento muy acusado en su zona central -hasta el punto de tocarse los extremos de la coronación de las paredes laterales- y cualquier intervención podría ser "agresiva".
Debido a la laboriosidad de la tarea de excavación, el estudio del sarcófago continuará la semana próxima a la búsqueda de nuevos restos óseos, así como posibles elementos textiles y piezas de ajuar que puedan proporcionar más información.
Si los restos óseos se hallan en buen estado de conservación se podrá obtener el perfil biológico de la persona inhumada, de la que se podría conocer el sexo, la edad, la talla y el grupo humano.
También se analizarán las variaciones esqueléticas que pueden proporcionar información sobre hábitos, desarrollo músculo-esquelético y condiciones de salud y enfermedad.
"El hallazgo en sí mismo es excepcional, y el volumen de información histórica que puede aportar a priori también", ha considerado Del Pozo, para quien la excavación tutelada por la Consejería de Cultura aspira "al máximo de excelencia científica".
El objetivo de los trabajos, ha incidido, es aportar el mayor número de datos históricos posibles sobre la persona inhumada, la cronología, los rituales de inhumación en la Granada romana y el medio ambiente de la ciudad en aquella época.
El sarcófago data de entre los siglos II y IV después de Cristo y ha permanecido sellado hasta la actualidad.
Hay documentación de otro sarcófago similar en Granada que fue localizado en 1902 pero no se conserva nada de él.
El equipo de expertos encargado de los trabajos lo conforman el coordinador, Ángel Rodríguez, la catedrática de Antropología Física y Forense de la Universidad de Granada Inmaculada Alemán, la profesora de Arqueología Macarena Bustamante, especialista en el mundo antiguo, la restauradora Carmen Jódar y la arqueóloga Julia Rodríguez
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