"Por poco que sea yo sé que algo suma", Granada se organiza para ayudar en Valencia
Cientos de voluntarios se autogestionan a través de redes sociales para prestar dar su grano de arena a los afectados
Ayuda de Granada a Valencia: “Tenemos tal aluvión que llevamos todo el día descargando”
Granada/José Bisaro no suele ver los informativos. Pero un día, mientras desayunaba le dio por mirar la televisión y casi se le atraganta la comida. Estaba viendo las noticias de la tragedia de Valencia, que suma ya más de doscientas víctimas, y que como a él, tiene en vilo a España y el extranjero. Desde el momento uno, todo el país, incluida Granada, se ha volcado con sus vecinos del Levante, bajo esa máxima de que solo el pueblo salva al pueblo.
Después de varios días enviando comida, agua y productos de higiene, los granadinos han empezado a movilizarse para trasladarse hasta los distintos municipios afectados por el temporal. Uno de ellos es Bisaro, quien este martes pretende salir bien temprano hasta Valencia para preparar comida que ayude a los afectados y dé energía a los otros voluntarios. A él le avalan varios años de experiencia en los fogones de Papadam, un restaurante indio de la capital, y uno de los puntos neurálgicos de recogida de materiales en la capital.
"Por poco que sea yo sé que algo suma", explica este cocinero quien pese a todo no le importará cambiar el cucharón por la pala. "Llevo enseres para poder cocinar, para hacer lentejas para combatir el frío, pero también llevamos palas y guantes para ayudar", afirma Bisaro, quien marchará junto a su hijo y su cuñado, después de que uno de sus yernos se encuentre ya en camino, a modo de avanzadilla, junto a diez personas en dirección a Torrent, donde existe un centro logístico para organizar todo el afluente.
Para preparar todo, desde las 13:00 horas, arrancaron los fogones del local para preparar comida que llevar hasta los afectados. Será una parte del menú que planean este grupo de voluntarios, a lo que sumarán los alimentos que cocinen ya sobre el terreno. La idea, según esboza Bisaro a este periódico, es preparar unas comidas que aguanten el viaje, por ejemplo unas lentejas, insiste, "que seguro están más buenas mañana", y a eso añadir otra serie de alimentos preparados ya sobre el terreno. En principio, el punto de llegada es Algemesí, donde establecerán una cocina en el edificio polivalente de la localidad.
Bisaro y su familia parecen ser la locomotora de una ayuda que llegará en los próximos días a las distintas ciudades valencianas afectadas por la DANA. La punta de un iceberg escondido en las redes sociales donde personas anónimas se están organizando para trasladarse a ayudar, cómo sea. Sin ir más lejos, este fin de semana se ha creado un grupo de WhatsApp que supera ya el centenar de miembros de toda la provincia, organizados a su vez en subgrupos según la disponibilidad, ofreciéndose voluntarias para aportar un granito de arena.
La organización parece compleja. La solidaridad desborda los grupos, los mensajes se solapan unos sobre otros y parece difícil cuadrar agendas y encontrar transportes para todas las personas, conductores que puedan turnarse para conducir las cinco horas que separan Granada de Valencia. Pero si algo está demostrando la crisis humanitaria de estos días es que la gente es capaz de superar sus diferencias y encontrar soluciones para un problema común, de hecho los organizadores del grupo hablan ya de la posibilidad de fletar un autobús de unas 50 plazas para este fin de semana.
Para las mismas fechas saldrá parte de la flota de Transportes Galindo, una empresa dedicada a la paquetería que, ante la situación de Valencia ha decidido utilizar sus furgonetas para llevar ayuda. "El viernes, hablando con los repartidores mi hermano y yo propusimos la idea", explica Antonio Ortega, uno de los dueños junto a su hermano Álvaro, sobre cómo surgió la idea de prestar sus vehículos a esta causa, y añade posteriormente que ninguno de sus trabajadores se negó "al contrario, hubo un chico que ese mismo viernes llenó la furgoneta de comida y subió", relata.
Actualmente, la empresa se encuentra recogiendo comida, agua, ropa,... todo lo necesario para empacar y llevarlo a la Comunidad Valenciana, con la idea de acceder "a los pueblos más pequeñitos, si se puede, para ayudar en lo que podamos", asegura Ortega, para quien la respuesta de los ciudadanos, muchos a través de los mencionados grupos de WhatsApp está siendo muy buena en las pocas horas que han pasado desde que lanzó su ofrecimiento.
También a través de esos grupos habla Máximo Dastori, un camarero de 22 años que planea aprovechar sus dos días de descanso en la hostelería para seguir trabajando, esta vez por una causa más noble. Su idea es salir de madrugada para llegar temprano a Valencia y aprovechar el mayor número posible de horas de luz. A este joven se encuentra unido emocionalmente a lo que está ocurriendo en el levante, por un lado, porque tiene varios amigos y conocidos en la zona y porque el recuerdo de las riadas de Almuñécar, localidad que lo vio crecer, en 2007 aún está vivo en su memoria.
Aquellas riadas, de las que se cumplen ya casi dos décadas, inundó gran parte de la localidad costera, provocando cortes en el suministro eléctrico y dejando imágenes dramáticas como la de los coches arrastrados por las riadas y amontonados en el centro de la ciudad. En aquella ocasión solo hubo que lamentar una muerte, la de un ciudadano alemán de unos cuarenta años que llevaba varios residiendo en Almuñécar.
Esas imágenes y esos datos nada tienen que ver con las que se están mostrando estos días de lo sucedido en Valencia, donde los muertos superan los 200 según las últimas cifras oficiales y las fotografías de los vehículos apilados están dando la vuelta al mundo. Con comparaciones o sin ellas, lo cierto es que esas imágenes están cortando la respiración a Granada y el resto de España y con el fin de que el drama acabe cuanto antes mejor, cientos de vecinos de la provincia están abrochándose el cinturón y empacando material destino a Valencia.
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