El segundo desenterramiento de Lorca
En otoño comienza la tercera búsqueda del poeta que estará pilotada por la Junta tras el intento de 2009 y las diferentes campañas entre 2014 y 2016 lideradas por Miguel Caballero
Granada/La última búsqueda de Federico García Lorca en el Peñón del Colorado en 2016 duró casi un mes y supuso remover toneladas de tierras con una excavadora bajo el incansable escrutinio de Miguel Caballero a cada palada. El nuevo intento que pilotará la Junta este otoño se prevé que sea infinitamente más rápido y sólo necesitará de un albañil y un pico para cavar apenas 20 centímetros en la fuente del Parque de Alfacar para resolver de una vez, o no, el enigma de dónde se encuentra el cuerpo del autor de Poeta en Nueva York. Será la tercera búsqueda del poeta y una nueva oportunidad para las tesis del hispanista Ian Gibson tras el infructuoso intento de 2009, también liderado por la Junta, que acabó sin rastro del poeta y sus compañeros de infortunio. La solución podría estar a apenas 50 metros, en la fuente del mismo parque, donde según el testimonio de Manuel Valdivia Gómez, ex alcalde de Cogollos Vega, podrían haber sido trasladados los restos del poeta en 1986 después de que un grupo de obreros los encontrara accidentalmente junto con los restos de una muleta de madera y que podría ser la de Dióscoro Galindo, el maestro cojo de Pulianas. Y como todo lo relacionado con la búsqueda de Lorca, siempre hay algún punto negro, en este caso la correspondencia entre el investigador Agustín Penón y Emilia Llanos, íntima amiga del escritor. En 1957, Llanos le pide que desista de intentar comprar los terrenos en los que se suponía que estaba enterrado Lorca. "Ya no nos interesa adquirir los terrenos del olivo. El que estaba allí ya no está. ¿Comprendes? Hace mucho tiempo se supone que está en Madrid con la familia. Eso me ha contado una persona enterada. ¿Qué impresión te hace esta noticia? A mí, me ha inquietado mucho. ¿Dónde está ahora?".
Es la tercera búsqueda de Lorca y la cuarta vez que se comienza una campaña de excavación para desentrañar el misterio de la muerte del poeta, pero en realidad todos los intentos han girado en torno a las investigaciones que realizó Ian Gibson en los sesenta siguiendo las indicaciones del supuesto enterrador de Lorca, Manolo 'el Comunista', y las de Miguel Caballero, que continuó las investigaciones de Molina Fajardo, el que fuera director del diario Patria y que se basó en las indicaciones del coronel Nestares, el capitán responsable del frente de Víznar cuando fue asesinado Federico García Lorca.
"Ni un hueso, ni una esquirla, ni casquillos de bala, ni botones, ni cremalleras, ni suelas de zapatos...". Así resumió Francisco Carrión, arqueólogo de la UGR, la fallida excavación en busca del poeta que tuvo lugar en los últimos meses de 2009 junto al monolito del parque de Alfacar. "No se han encontrado restos humanos en el perímetro marcado en el parque y hay evidencias científicas de que nunca hubo allí un enterramiento", expuso por su parte la ex consejera de Justicia, Begoña Álvarez, destituida al poco de dar a conocer los resultados. Este proyecto se apoyó en las investigaciones del hispanista Ian Gibson basadas en el testimonio de Manuel Castilla Blanco. Sin embargo, tanto Gibson como Luis Avial y el periodista Víctor Fernández sostienen que la tumba primigenia se encontraba a sólo cinco metros de esta zona, por lo que volverán a excavar para completar la investigación.
En este momento de perplejidad comenzaron a salir informaciones de que el cuerpo de Lorca podría haber sido trasladado al Valle de los Caídos y se publicaron libros como el del periodista Fernando Guijarro en el que se aseguraba que la familia había desenterrado al autor de Yerma para darle sepultura en la residencia veraniega de la familia en la Huerta de San Vicente, o incluso que los restos estaban ahora en la residencia de los Lorca en Nerja. Otra de los hipótesis que han salido a la luz en los últimos años abre la puerta a que el poeta fuera desenterrado al poco de ser fusilado y sus restos trasladados al panteón familiar de la familia Mazuecos, una tesis que defiende la investigadora Natalia Arsentieva. Por su parte, Gabriel Pozo defiende que está a escasos metros de donde excavó Miguel Caballero, aunque a día de hoy la tesis de que fue desenterrado en algún momento se impone entre los investigadores.
De esta opinión es Miguel Caballero, que en 2014 y 2016 excavó frente al cortijo Pepino y junto al campo de instrucción de la Falange, en unos pozos que se suponía se aprovecharon para enterrar los cuerpos de Lorca, los banderilleros anarquistas Francisco Galadí Melgar y Joaquín Arcollas Cabezas y el maestro Dióscoro Galindo. "Martínez Bueso me dijo que Federico iba en pijama y que los habían matado en el campo de instrucción de las tropas, antes de llegar a la Fuente Grande, a la derecha de la carretera, según se va hacia Alfacar, después de pasado el puentecillo", según declaró Nestares. Tras remover toneladas de tierra, el equipo de Caballero llegó a la conclusión de que efectivamente el poeta fue asesinado en este paraje, pero que fue desenterrado al poco.
Según las conclusiones de Caballero, que fueron ampliamente contestadas por el resto de investigadores lorquianos, Lorca estuvo enterrado en este lugar. Personalidades como el antropólogo forense Francisco Etxeberría participaron en un estudio en el que también se contó con los Mossos d'Esquadra para analizar el proyectil que apareció durante las excavaciones y que, según defienden por su deformación, atravesó un cuerpo humano.
Ahora se abre una nueva puerta bien para encontrar el cuerpo dentro de un saco en la fuente del parque o para que el resto de teorías vuelvan a ponerse sobre la mesa.
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