“Me sentí como si fuera Messi”

Carlos Gavilán, un héroe anónimo que salvó la vida a un hombre que sufrió un ataque al corazón gracias a los conocimientos adquiridos en el curso de Técnico en Emergencia Sanitaria

Su deseo es trabajar en el mundo sanitario

Carlos Gavilán, delante de una ambulancia de la Cruz Roja
Carlos Gavilán, delante de una ambulancia de la Cruz Roja
Pablo Quílez

19 de agosto 2024 - 05:30

Podría haber dicho que se sintió más ancho que pancho, feliz como una zambomba en la gloria, más contento que unas castañuelas o como si hubiera salido por la puerta grande de Las Ventas. Pero a Carlos Gavilán le salió su vena futbolera cuando trató de definir su satisfacción: “Me sentí como si fuera Messi”. Pero sin duda, entre los centenares de goles que ha firmado durante su carrera el considerado por muchos como el mejor futbolista del mundo, ninguno es equiparable al tanto que le metió al destino este joven granadino de 26 años: salvar una vida no está al alcance de cualquiera.

Todo ocurrió el pasado 29 de julio. Carlos, que trabaja como repartidor en una empresa de paquetería, afrontaba una dura jornada en la que tenía que realizar la entrega de unos 180 envíos. No había tiempo que perder. En torno a las tres de la tarde, en una a esas horas solitaria calle del barrio del Camino de los Neveros, lo que parecía iba ser un día rutinario dejó de serlo de sopetón. 

“Iba con mi furgoneta cuando vi que había un hombre tendido en el suelo y junto él, una señora”, recuerda Carlos, que reconoce que en un principio no pensaba parar “porque estaba trabajando y creían que había sido un accidente de patín, que puede ser más o menos aparatoso, pero no peligra la vida, pero cuando avancé un poco más me fijé que el hombre estaba boca abajo y que no se movía, por lo que eché marcha atrás y me bajé”.

En cuestión de segundos, Carlos se percató de la gravedad de la situación gracias a que hace un año se había formado como técnico en Emergencias Sanitarias en Cruz Roja de Granada. “Me informé un poco con la mujer que también se había parado al ver al hombre, le pellizqué y vi que ni reaccionaba ni respiraba, que estaba en parada , así que lo primero que hice fue llamar al 061 y rápidamente empecé a hacerle la RCP –reanimación cardiopulmonar– mientras esperaba la llegada de los médicos de urgencia”, rememora.

Así estuvo Carlos durante unos minutos que debieron parecerle una eternidad. El 061 debió tardar “como mucho cinco o seis minutos”. En ningún momento dejó de realizar el RPC hasta que los médicos se hicieron cargo más o menos un minuto después. “Menos mal , porque ya estaba cansado”, dice con naturalidad. “Le cogieron una vía, le pusieron las derivaciones, los parches para monitorizarlo. Seguí haciendo la RCP junto con los médicos, como si fuera uno más de ellos, hasta que me dijeron que me apartara porque le iban a dar una descarga”.  

"Lo primero que hice fue llamar al 061 y rápidamente empecé a hacerle la reanimación cardiorespiratoria”’

Una sola descarga bastó para que el hombre volviera a dar señales de vida. “Prácticamente a la primera volvió. Siguió inconsciente, pero recuperó el pulso y se vio que ya respiraba”, señala Carlos. En ese momento, ya ni recuerda cuanto tiempo había pasado desde que decidió dar marcha atrás a su furgoneta. Eso sí, la sensación de alivio fue inmensa. “En situaciones así, cada minuto cuenta mucho. Dicen que cada minuto que pase sin hacer nada las posibilidades de supervivencia decae un diez por ciento”, dice con conocimiento de causa. Y añade que “fui el primer eslabón en la cadena de supervivencia, pues fui el primero en actuar”.

A través de la Cruz Roja, Carlos se ha enterado de que el hombre al que ayudó a salva la vida, “que debía tener unos 35 años”, se ha recuperado y ya recibió el alta. No sabe quién es, pero se alegra mucho de recibir la buena noticia de su recuperación: “Al ser una persona relativamente joven le será más fácil”.

Lo sucedido también influyó para que Carlos cambiara una decisión que parecía que tenía tomada: “Había tenido un pequeño golpe con la furgoneta y estaba tan enfadado que pensaba en dejar el trabajo, pero tras pasar todo lo que pasó, ya una vez en casa, parece que me lo pensé de forma más serena”. Antes, pasó por su empresa, donde tras contar lo ocurrido “me dieron la enhorabuena”. 

"A ver si alguien del Granada CF ve la noticia y me contrata como técnico de urgencias”

Carlos es muy consciente de que su formación fue fundamental en esos momentos dramáticos y que gracias a eso quizá un hombre que estaba en parada ha vivido para contarlo. Lo que lamenta es que no haya podido encontrar trabajo de acorde a sus conocimientos como técnico en emergencias sanitarias, que cursó durante dos años. “La mayor parte de las que contratar son empresas privadas, por lo que es muy importante tener algún contacto”, señala.

En su afán por trabajar en lo que realmente más le gusta, Carlos tiene pensado en empezar el próximo otoño un curso como auxiliar de enfermería, estudios que intentará compatibilizar con el trabajo, aunque no las tiene todas consigo porque “me he matriculado y me parece que el horario es un poco incompatible con los trabajos”. 

No es de extrañar que tras protagonizar una actuación tan encomiable dijera que se sentía como Messi. A Carlos el fútbol le apasiona y es muy del Granada CF. Cuando se le pregunta cómo ve al equipo rojiblanco esta temporada manifiesta su esperanza:“A ver si subimos”. Y un deseo que podría aunar el fútbol y sus ganas de trabajar en el ámbito sanitario:“A ver si el Granada ve esta noticia y me contrata como técnico sanitario”. Muestras de sobra ha dado de que es todo un profesional. 

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