Ser soldado asegura unos 1.000 euros al mes
Ingresar en las Fuerzas Armadas otorga seguridad laboral hasta los 45 años
Ingresar en las Fuerzas Armadas de España probablemente no haga rico a nadie, pero sí supone una estabilidad laboral, un salario seguro y un futuro por delante. Aunque los sueldos son diferentes según el Ejército, destino y especialidad, normalmente el salario inicial mínimo de un soldado raso oscila entre los 900 y 1.000 euros. A partir de este sueldo base, con el paso de los años y con los ascenso, el salario va aumentado.
Pero para llegar a ser mileurista primero hay que pasar por varias fases. Durante el periodo de formación -una vez incorporado al Centro de Formación- el futuro militar percibirá el 60% del sueldo (359,55 euros en 2010). Al finalizar las primeras ocho semanas, una vez firmado el compromiso inicial, se recibe una paga de incorporación por un importe igual al del sueldo mensual completo (599,25 euros en 2010).
Al terminar la formación e ingresar en las Escalas de Tropa y Marinería se comenzará a percibir las retribuciones que corresponden según diferentes conceptos como complemento de empleo, ayuda para vestuario, indemnización por residencia. El importe bruto para 2010, únicamente teniendo en cuenta el sueldo, el complemento de empleo y componente general del complemento específico es de 1.016.62 euros mensuales. A partir de ahí, se podrán recibir incentivos por los años de servicio, los trienios o las pagas extraordinarias (dos al año).
La estabilidad laboral también ha ido mejorando con el tiempo. Hace unos años se modificó la normativa y se mejoraron las condiciones de las tropas. Antes había un compromiso laboral de entre 18 meses y dos años. Después de este periodo se podía o no renovar. Era como un trabajo temporal, lo que generaba inseguridad a muchos de los militares. Ahora ha cambiado y a raíz de la normativa se han adquirido dos compromisos.
El primero garantiza entre dos y tres años de trabajo. Una vez que finaliza este periodo hay dos opciones. Por un lado, existe la posibilidad de presentarse a vacantes de la Guardia Civil, del Cuerpo Nacional de Policía y de la Policía Autonómica. Esta es una salida muy recurrida por los efectivos de tropa y marinería.
Para los que quieran continuar, hay un segundo compromiso cuya duración es de otros tres años. A partir de ahí, las Fuerzas Armadas aseguran estabilidad laboral hasta los 45 años y, cuando se sale a esa edad, hay una pensión. Antes aseguraban hasta los 35 pero ahora se cuenta con una indemnización de 600 euros mensuales hasta la edad de jubilación.
Otras de las posibilidades de las Fuerzas Armadas de España es convertirse en reservista voluntario. Cualquier persona, de forma voluntaria, puede ofrecer su disponibilidad para incorporarse a las Fuerzas Armadas cuando se le solicite, sea cual sea su capacidad profesional, titulación o experiencia.
Los requisitos es ser ciudadano español de entre 18 y 58 años. Para acceder hay que solicitar una de las plazas ofertadas en la convocatoria publicada en el BOE, superar un sencillo proceso de selección y realizar un breve periodo de formación militar. Tras este proceso, se firmará un compromiso inicial de entre dos y tres años renovables.
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