Los suelos urbanizables sin uso se convertirán en huertos familiares
El 15% del espacio se reservará para personas desahuciadas, en paro o en riesgo de exclusión social Las parcelas serán adjudicadas por cinco años Ya hay 30 granadinos en lista de espera
La agricultura de subsistencia se ha convertido en la tabla de salvación para cientos de familias granadinas que vuelven a buscar en las raíces de la tierra la manera de sacar adelante a sus familias. El campo no es la panacea a las menguadas economías sacudidas por la crisis pero puede convertirse en una pequeña ayuda cuando la necesidad aprieta. En Granada existen actualmente 35 huertos urbanos (32 en el parque de Las Alquerías de La Chana y 3 en el Palacete de Quinta Alegre). Lo que empezó siendo una actividad de ocio para que se pudieran entretener las personas mayores se ha convertido en objeto de deseo para muchas familias que pasan apuros en casa, de hecho el Ayuntamiento tiene una lista de espera con más de 30 personas que esperan pacientes una porción de tierra para poder cultivarla. La elevada demanda que ha despertado la actividad ha llevado al Ayuntamiento a buscar tierras por la ciudad que puedan cultivarse como huertos y ha decidido convertir suelos patrimoniales en tierra de cultivo. Esto significa que ya no será necesario limitarse a las parcelas de dominio público sino que habrá bienes patrimoniales y terrenos urbanizables que no están en uso -ni lo van a estar por mucho tiempo- que pasarán de albergar bloques de pisos a zonas de regadío.
Las parcelas que estarán repartidas por toda la ciudad se elegirán en coordinación con el área municipal de Urbanismo y Medio ambiente y el 15% de ellas estarán reservadas a personas en paro con necesidades sociales que son derivadas y seleccionadas por los servicios sociales de cada distrito.
El proyecto tiene un inconveniente, y es que no todo el mundo sabe cultivar la tierra. Son necesarias unas nociones básicas que muchas veces les aportan las personas mayores que colindan con las parcelas de estas personas. "Los hortelanos que trabajan estos huertos colaboran juntos, se han organizado y tienen sus dos representantes ante el Ayuntamiento. Comparten sus conocimientos, unos a otros se enseñan labores agrícolas y se avisan también cuanto tienen que adquirir fertilizantes, abono... Existe trabajo de grupo y sentimiento de grupo", señala el concejal de Familia y Bienestar Social, Fernando Egea.
La evolución del proyecto de los huertos de ocio en la ciudad ha sido tal, desde que se pusiera en marcha en el año 2011, que el Ayuntamiento se ha visto obligado a cambiar la ordenanza reguladora en aras a adaptarla a las nuevas necesidades. Así, se abre la mano para que los terrenos no solo puedan ser cultivados por personas mayores. Asociaciones y entidades sin ánimo de lucro como colegios, fundaciones y otros colectivos podrán participar en esta actividad. Eso sí, estos grupos tienen la obligación de ceder el 20% del terreno para huertos que gestionará el Ayuntamiento.
Sin querer hablar muy alto para que los proyectos no se tuerzan, el concejal de Familia y Bienestar Social adelanta que ya hay tres proyectos a la vista que se están negociando. Uno de ellos por la zona baja de Haza Grande, donde una asociación se ha interesado por explotar unos suelos y darle tierra a la gente del barrio.
Desde el Ayuntamiento aseguran que tienen que ajustar mucho la demanda a la oferta de suelo que van a poner en marcha porque adecentar las parcelas requiere un gasto considerable. Hay que poner vallas, montar casetas en las que se puedan guardar los aperos de labranza y montar un sistema de riego que lleve el agua a todos los huertos.
La filosofía de los cultivos urbanos es que sean respetuosos con el medio ambiente y que conserven los tradicionales métodos de la vega granadina. Las hortalizas obtenidas no solo son los tradicionales: tomates, calabacines, berenjenas y pimientos, zanahorias, acelgas, sino que se suman girasoles, frutales, plantas aromáticas y flores.
Cuando en 2011 se pusieron en marcha, el Ayuntamiento pretendía fomentar el envejecimiento activo y saludable. El área de Bienestar Social se dio cuenta de que muchas de las personas mayores jubiladas que habitan en Granada proceden del medio rural y añoran el contacto con la naturaleza, ya que disponen de mucho tiempo libre y son personas activas que desean tener una parcela o huerto pequeño para dedicarle unas horas cada día. De esta manera, disfrutan de un entorno natural realizando actividades con demostrados beneficios terapéuticos que repercuten en su bienestar físico y mental.
"Pensamos que con la puesta a disposición de los huertos de ocio los pensionistas que se encuentran desocupados podrían adoptar una actitud activa en su tiempo libre con la idea de que aquellas personas que no tuvieran otros medios para satisfacer sus necesidades de ocio tuvieran una distracción", añadió Fernando Egea. Para optar a uno de estos terrenos los interesados deben hacerlo saber en el Ayuntamiento. Se establece una lista de espera, de forma que cuando se vayan cumpliendo los periodos de concesiones (que han pasado de dos a cinco años) puedan optar a trabajar uno de estos huertos con los que paliar la escasez de recursos en una vuelta a la economía de subsistencia.
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