El supercampus europeo que lidera la UGR echa a andar con la vista puesta en la necesidad de cambios normativos

Alianza Arqus de la Universidad de Granada

El Hospital Real acoge la presentación del consejo rector, que dirigirá la estrategia de la iniciativa

Ahora comienza el desarrollo del proyecto piloto, que tendrá una duración de tres años

Aranda recalca la necesidad de cambios en la legislación para avanzar en la integración

Rectores y vicerrectores de las universidades socias flanquean a Pilar Aranda.
Rectores y vicerrectores de las universidades socias flanquean a Pilar Aranda. / Álex Cámara

La Alianza Universitaria Europea Arqus –que reúne a las universidades de Bergen, Granada, Graz, Leipzig, Lyon, Padua y Vilnius– ya está en marcha. Ayer el Hospital Real acogió la constitución formal del consejo de rectores, el órgano responsable de establecer la política general, las estrategias y los objetivos del que se conoce como supercampus europeo. Este primer paso dado esta mañana vendrá acompañado de la creación del resto de órganos y el inicio de tres años de trabajo para culminar la primera fase del proyecto. El objetivo, desglosado por los representantes de las universidades socias, es dar a luz a un nuevo modelo –único en el mundo, tal y como reconoció la vicerrectora de Internacionalización de la UGR, Dorothy Kelly– que, en el caso de Granada, cuenta con el apoyo de la Junta y del Gobierno central, incidió la rectora, Pilar Aranda. La UGR es la universidad coordinadora de Arqus.

El modelo que se prevé alumbrar en los próximos años es único a nivel internacional

Arqus, que está avalada por la Comisión Europea como parte del grupo de Alianzas pioneras en la Iniciativa Universitaria Europea junto con otros 16 proyectos –en los que hay en total once universidades españolas–, cuenta con financiación total de 85 millones de euros. De estos, algo más de cinco van destinados a Arqus para el desarrollo del programa piloto. Tras los tres primeros años se prevé una segunda fase, que podría prolongarse otros cuatro años posiblemente, para que este supercampus sea una realidad.

En esta primera fase se trabajará en armonizar protocolos. El fin es contar con procesos comunes que garanticen compartir infraestructuras científicas, planes de estudios o sistemas de acceso, se indicó en la presentación. “Para la universidad española es una oportunidad importantísima de cambio”, indicó la rectora, que también reconoció que muchos aspectos que ahora deben cerrarse dependen de cambios normativos y legislativos que deberá abordar el próximo Gobierno que salga de las elecciones del 10 de noviembre. El subsecretario del Ministerio de Ciencia, Pablo Martín, mostró su compromiso por un “proceso sin fin”.

Pablo Martín, subsecretario del Ministerio de Ciencia.
Pablo Martín, subsecretario del Ministerio de Ciencia. / Álex Cámara

Aranda también colocó a Granada en su intervención ante el resto de representantes europeos como punto de enlace entre el prometedor sistema europeo de educación superior y otros ámbitos con los que la UGR es especialmente sensible, como son Latinoamérica y el “ámbito mediterráneo”.

En estos tres años que se abren por delante habrá un “trabajo paulatino”, indicó Kelly para “sentar las bases y que todo pueda funcionar”. En el terreno normativo Aranda ejemplificó la necesidad de que, por ejemplo, un título que ya esté verificado en una universidad socia de Arqus no tenga que pasar por otros seis sistemas de verificación. Con esto la burocracia se agilizará.

Cada universidad tiene asignado un ámbito y Granada asume la coordinación

Otra de las claves es la movilidad. En este sentido, Kelly aseguró que ésta no sólo será “física, también la virtual”. Se trabajará en el reconocimiento de créditos, títulos y formación.

En el terreno de la investigación uno de los primeros pasos que se va a dar es crear un mapa de infraestructuras entre las universidades socias y programas de investigación compartida.

Entre las siete universidades que se cobijan bajo Arqus suman 24.000 docentes e investigadores, además de 17.000 personas dedicadas a la administración y servicios y más de 300.000 estudiantes.

Cada socio abordará una línea de trabajo. Bergen, que estuvo representado por su rector, Dag Rune Olsen, se dedicará a la educación de ciudadanos “activos y críticos”; Vilna, que contó con la presencia del vicerrector Rimantas Jankauskas, profundizará en la movilidad, la creación de programas conjuntos e innovación pedagógica; Leipzig, que envió a la convocatoria en Granada al vicerrector Thomas Hofsäss, al modelo multilingüístico; Padua, por la que intervino el vicerrector Alessandro Paccagnella, se especializará en inclusión y diversidad; mientras que Lyon, representada por el presidente Klahed Bouadballah, incidirá en el emprendimiento; Graz, con su rector Martin Posalschek al frente, se queda con la investigación y el fomento de la cooperación. Granada, por último, coordinará a gestionará la comunicación.

La Comisión tiene previsto desplegar plenamente las universidades europeas en el marco de Erasmus+, con un aumento significativo de la financiación durante el próximo presupuesto plurianual de la UE, que se extenderá de 2021 a 2027. Las universidades europeas mejorarán la calidad y el atractivo de la enseñanza superior europea e impulsarán la cooperación entre las instituciones, sus estudiantes y su personal.

En su intervención, los representantes de las universidades socias insistieron en la necesidad del trabajo conjunto de cara a un futuro común y fue recurrente el recurso del puente y del arco como elementos simbolizadores de la alianza. Frente a esta propuesta, Aranda destacó desafíos como el Brexit, el cuestionamiento de los valores democráticos o los populismos.

Un espacio universitario en el que moverse “sin problemas”

La Comisión Europea indicó tras el visto bueno de los 17 primeros proyectos el pasado verano que espera que las universidades europeas se conviertan en “campus interuniversitarios en torno a los cuales los estudiantes, los doctorandos, el personal y los investigadores puedan moverse sin problemas”. Pondrán en común sus “conocimientos, plataformas y recursos para impartir planes de estudio o módulos conjuntos que abarquen diversas disciplinas”. Estos planes de estudios serán muy flexibles y permitirán a los estudiantes personalizar su educación, eligiendo qué, dónde y cuándo estudiar y obtener un título europeo. Las universidades europeas también contribuirán al desarrollo económico sostenible de las regiones –sólo una de las siete socias está en capital de estado, Vilna–. Las siete universidades que componen Arqus comparten una “amplia experiencia en el desarrollo de proyectos conjuntos de diversa índole, así como un perfil común de universidades líderes en investigación internacional ubicadas en ciudades de tamaño medio con un claro y profundo compromiso regional”, se recoge en el documento que especifica las características de la iniciativa que ahora comienza su andandura en forma de proyecto piloto.

stats