La supervivencia emocional tras una ostomía
salud
Granada/Ada tiene la voz cálida, de esas que envuelven en confianza, que abrazan y lanzan notas de color que advierten que está dispuesta a cuidar. A eso se dedica ella: cuida antes, durante y después de pacientes que han pasado por una intervención quirúrgica llamada ostomía. Esto es, en términos coloquiales, la intervención por la que se coloca a través de un estoma -agujero en la pared abdominal- una vía que acaba en una bolsita donde se recogen las heces del paciente, que debido a alguna patología estomacal o intestinal ya no pueden defecar vía ano.
Inmaculada Sánchez Crisol, "Ada para todo el mundo", es jefa de bloque de cuidados quirúrgicos del Hospital universitario San Cecilio, en el PTS. Durante los últimos treinta años ha trabajado como estomaterapeuta y ha llevado una consulta de educación para pacientes ostomizados.
La ostomía es una operación que da solución a muchísimas enfermedades, explica Ada Sánchez. Para los pacientes supone un impacto grande y afecta a su vida a todos los niveles: desde el emocional, el social, el sexual o el laboral. Pasar por este trance toca todo el abanico humano, "por eso el abordaje de estos pacientes debe empezar desde el inicio del diagnóstico y desde el momento en que se les comunica que tienen que vivir con una ostomía".
Las patologías que llevan a una ostomia son muchísimas, y no todas son malignas, lo que hace que haya mucha gente joven en ese grupo. A parte del cáncer de colon, ano o recto, también hay quien llega a ese punto debido a traumatismos, obstrucciones intestinales, infecciones o enfermedades inflamatorias intestinales, relata Sánchez.
Un grupo de profesionales dedicados a la ostomía en toda España, entre ellos se incluye Ada Sánchez, han elaborado recientemente un libro sobre este tema en el que muestran los datos a nivel estatal. Reflejan que hay 70.000 personas ostomizadas en toda España y en Granada, revela Ada. Hay alrededor de 300 personas que son ostomizadas cada año. Son muchos pacientes, reconoce ella, aunque "lo bueno es que el 60% de las ostomías que se hacen son temporales y en la mayoría de ellas en un plazo de seis meses se restablece el tránsito de esos pacientes y se cierra la ostomía".
En el hospital nuevo San Cecilio, existe una unidad de apoyo dedicada a intentar educar en la prevención por lo que hace mucho hincapié en "la detección temprana del cáncer de colon" por lo que colaboran en todos los programas que hay establecidos. "El trabajo más duro llega en el ámbito de la reinserción social de la persona, que a veces dura bastante tiempo", explica. En este punto aparecen personas como Vicente Frapoli y Eloisa Nuñez. El primero vive con una ostomía y la segunda es familiar directo. Ambos empezaron a formar parte de este grupo con una misma idea: ayudar a quienes empiezan en este camino y enseñarles que se puede vivir de una manera normal o incluso mejor -señalan- con una ostomía. "El problema de esta y otras enfermedades es la aceptación del paciente, aunque esto no es una enfermedad, sino un cambio anatómico", señala Vicente Frapoli que asegura que la mejor receta es "dejar de lado el miedo o la vergüenza y hablar con los demás con una sonrisa y hacer una vida normal". Eloisa Núñez lleva un año y medio asesorando a los familiares ya que es primordial "informar sobre los cuidados y ayudarles en el proceso posterior".
El paciente debe aprender a vivir con ello y conocer, sobre todo, los cuidados que tendrá que realizarse. "La calidad de vida de un paciente ostomizado va a depender de los cuidados que haya recibido", sentencia Ada. Existe una técnica que hace que el paciente sea completamente autónomo, explica, y ante el principal problema que es la incontinencia fecal, "podemos llegar a hacerles controlar esta incontinencia". Hay técnicas como la de "irrigación por colostomía que permite llegar a controlar esa salida de las heces y a prescindir de la bolsa porque llegan a adquirir un control tan bueno, que conseguimos que la persona lleve una vida completamente normal". Mediante un equipo especial, puede hacerse en casa ese lavado de colon y no tener la bolsa adhesiva consigo. "Adiestramos al paciente y a la familia para que se lo hagan ellos en casa y no tengan que depender de desplazarse hasta el hospital". Todas estas voces al final cuentan la misma historia: hay vida tras una ostomía, y esta va de la mano del optimismo y la aceptación del cambio.
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