La taracea se reinventa

Una empresa da una vuelta de tuerca a esta artesanía y la hace protagonista de fundas para el móvil y gafas de sol

inicio. 
              El taller de taracea de la familia Beas se encarga de realizar las estrellas que luego componen los diseños.
inicio. El taller de taracea de la familia Beas se encarga de realizar las estrellas que luego componen los diseños.

QUIÉN dijo que un producto tradicional no puede reinventarse y triunfar tanto en tiempos pasados como en el futuro más actual? Eso es lo que quieren demostrar Adrián Rosales y Rafael Ruiz, que han dado una vuelta de tuerca a un producto tan granadino como la taracea, un material que ha pasado de decorar antiguas piezas de decoración o escritorio a ser una segunda piel por ejemplo para los móviles último modelo.

Con esa filosofía nació la empresa Tarxia, que comercializa fundas de teléfonos móviles (para Iphone y ahora también para Samsung) realizadas con taracea. La idea surgió en 2011 con un trabajo de diseño gráfico, profesión de estos dos jóvenes emprendedores. "De forma accidental me acerqué a la taracea para hacer un trabajo y al profundizar en ella se me ocurrió que había que valorar más esta artesanía, que no la valoramos ya que se asocia a los souvenirs, a productos para extranjeros o ya rancios de otras celebraciones, algo que le puede quitar valor", explica.

A esta aproximación laboral a la taracea se unió el conocimiento como diseñador gráfico de una tendencia cada vez más arraigada en lugares como EEUU de customizar los teléfonos móviles con carcasas de madera. Esta tendencia de volver a los materiales naturales y el conocimiento de la taracea hizo pensar pronto que podría ser una oportunidad juntar estas dos cuestiones: hacer fundas de taracea para el móvil.

De esta forma se crea Tarxia, de la "colaboración" de profesionales con ideas que conjugan la tradición con la modernidad.

Estos jóvenes contactaron con un taller de taracea de Granada, el de la familia Beas en el Zaidín, para ver si la idea se podía convertir en realidad. Y se pudo. Seleccionaron varios modelos ya que la taracea tiene un sinfín de combinaciones, y comenzaron a ver la forma de hacerlo. "Teníamos que conseguir una lámina muy fina para no engrosar el teléfono y además que fuera resistente", explica Rosales.

Los primeros productos fueron exclusivos para teléfonos Iphone ya que es el teléfono más vendido del mundo y por tanto el que más posibilidades de negocio tiene.

Lo primero que se ideó fue una funda que era una lámina de taracea que sustituía a la parte posterior del teléfono. Pero había que desatornillarlo y no terminó de convencer. Después pasaron a la 'segunda piel' a modo de lámina para pegar en el reverso del teléfono. Ahora, en una fase más evolucionada, han llegado directamente a crear la funda tipo carcasa, más demandada por el cliente y más fácil de poner y de quitar.

De la variedad de dibujos de la taracea, "se escogió dentro de la gama de estrellas" cuatro modelos representativos con diferencia de color, formas y tamaños. En el futuro, la idea es poder hacer incluso los dibujos propios de estos diseñadores.

"Estuvimos con Óscar en el taller y todo fue muy bien. Teníamos que buscar la forma de hacer esa lámina lo más fina posible y después encontrar productos para pegarla y conservarla", relata este joven emprendedor. "Tuvimos que realizar distintas pruebas porque queríamos además que tuviera una textura natural, que notaras el material, la madera", apunta.

Al final, lo que hacen es recibir las estrellas de los artesanos para después realizar las láminas, tratarlas y formar finalmente la funda al pegarla en la carcasa. Un trabajo manual que hace que el producto sea artesanal y un pequeño 'capricho' para personalizar el teléfono de una forma muy granadina, artística y diferente.

Cuando han perfeccionado la idea, estos jóvenes han decidido dar el salto a nuevos teléfonos y desde hace unos días tienen también a la venta fundas para modelos Samsung.

Por ahora, la única forma de conseguir estos productos es por internet, desde su propia página web (www.tarxia.com), donde ya han conseguido clientes de diferentes países en apenas un año, como EEUU, Inglaterra, Francia, Bélgica, Italia, Arabia o Turquía. Y aunque no está siendo una venta masiva -algo que tampoco pretenden por ser un producto artesanal- el avance en los productos no cesa.

Ahora, el salto se ha dado a otro complemento de moda, las gafas de sol. Y han hecho una colaboración con una empresa malagueña Laveta para comercializar gafas de madera con patillas de taracea en dos modelos con colores y formas diferentes.

Una nueva vida para conseguir mantener la taracea como artesanía singular pero ligada a la vida actual.

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