Las tazas de la Fuente de los Leones
Después de numerosos estudios se van aclarando los orígenes y el verdadero aspecto de uno de los más famosos espacios histórico-artísticos que tras su última remodelación está hoy de actualidadAl histórico patio lo dejan por fin en paz; cambiaron el pavimento, tiraron un cupulín y se llevaron los naranjos
Las ciencias adelantan que es una barbaridad. A medida que los investigadores y estudiosos del tema profundizan se van aclarando los orígenes y el verdadero aspecto de uno de los más famosos espacios histórico-artísticos del mundo, el Patio de los Leones del palacio de Mohamed V en la ciudadela de la Alhambra que, por cierto, está en Granada y no a unos kilómetros de Málaga como he oído algunas veces a guías poco documentados y de acento extraño.
Ya comenté en esta misma página lo que pasó con "la cúpula de la discordia" que así titulé mi escrito (12/9/2011). Aquel cupulín del patio de los Leones que quitó con buen acierto Torres Balbás en 1934 y no veas la que se formó en la ciudad.
Otro de los cambios significativos fue el del pavimento del patio. Empezó siendo de mármol blanco, así lo describió Münzer; tras la toma cristiana se cambió por losas de colores. Luego sufrió mucho el suelo de tierra con los jardines y las plantaciones de naranjos y rosales por las consecuencias que podían tener los recalos y porque con la vegetación se perdían las vistas; y por fin ahora se vuelve a recuperar el aspecto original tal y como estaba en el siglo XV colocando las 250 piezas de la preciosa piedra blanca de Macael.
Hoy nos fijamos en otra obligada mutilación que sufrió la fuente en 1946. Presentaba hasta entonces dos tazas, la original, en cuyo borde dodecagonal figura inscrita la elogiosa poesía procedente de una casida que Ibn Zamrak dedicó a la generosidad del rey constructor Mohamed V, a cuyo servicio estaba el poeta adulador, y una segunda taza que fue colocada indebidamente en el siglo XVII y a la que se le puso encima un surtidor de dudoso gusto en 1838 elevando la altura de la fuente.
Aquel barroquismo desvirtuaba totalmente su primitivo origen, ¿dónde se había visto una fuente musulmana elevada? Pero los granadinos llevaban ya tres siglos viendo su ostentosa aunque mentirosa Fuente de los Leones y cualquiera les cambiaba algo a mis paisanos.
Se impuso la arqueología científica y prevaleció la autenticidad que es como debe ser. Con una sola taza la describieron Andrea Navagiero, Lalaing y Henríquez de Jorquera. Fue por lo tanto acertada la solución de quitar la segunda, aunque la taza grande seguía apoyada indebidamente sobre unos balaustres y no directamente sobre los lomos de los leones, que era lo suyo. Hubo que esperar al año 1966.
La segunda taza fue a parar al Jardín de los Adarves pero el cambio no pasó desapercibido, pues se contaban por millares las fotos y las postales del Patio de los Leones con su fuente de doble taza y elevada al gusto cristiano. Uno de los primeros en sacarle punta al tema, cómo no, fue el ingenioso humorista gráfico Miranda, al que le faltó tiempo para publicar su viñeta en la prensa local en octubre de 1946.
Haciendo uno de sus acostumbrados juegos de palabras con doble sentido y según nuestro característico seseo andaluz (o ceceo según la zona), hablaba de la Fuente de los Leones como de un artículo libre porque "le han quitao la "tasa".
Y es que antiguamente algunas de las cosas que pasaban en Granada se tomaban a cachondeo o con escaso rigor; ahora hay que ser más serios; responsables del gobierno y de la oposición tienen que andar a la gresca y criticarlo todo para que el patrimonio se conserve y aumente, para que sus sueldos también y para que, en época de crisis, la típica malafollá granadina no se devalúe.
Las últimas restauraciones y reformas del Patio de los Leones realizadas por un experto equipo multidisciplinar lo dejarán por fin en paz; pero seguro que otros vendrán y algo nuevo harán. Hay que dejar huellas en el Patio de los Leones, lo que es menester es que no sean ni garras ni pezuñas.
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