Un banco de tumores, el mejor 'crédito' para el futuro de la investigación
Salud acaba de aprobar la creación del Biobanco de Andalucía, una red que gestionará todas las muestras biológicas de la comunidad, entre ellas las miles del nodo de coordinación de la Red de Bancos de Tumores
En 2004 se creó el banco de tumores del hospital Clínico San Cecilio de Granada, el primero que se organizó junto al nodo central de la Red de Bancos de Tumores de Andalucía, también con sede en Granada. Desde entonces, funcionan las dos estructuras en las instalaciones del Clínico de manera coordinada. Y ahora trabajarán más en red que nunca. La Junta de Andalucía acaba de aprobar la creación del Biobanco de Andalucía, que se encargará de la gestión de todos los bancos, colecciones de muestras biológicas y bancos de líneas celulares distribuidos por el sistema sanitario público de Andalucía, lo que permitirá que los profesionales trabajen de forma coordinada con la organización de los bancos ya existentes tales como el Banco Andaluz de Células Madre (ubicado en el PTS de Granada), la Red de Bancos de Tumores de Andalucía (coordinada desde el hospital Clínico de Granada), el Banco de Tejidos del programa de terapias avanzadas, el Banco Andaluz de Cordón Umbilical, los bancos de sangre y trasplantes y el Banco de ADN humano de Andalucía (ubicado en el Genyo también en el PTS).
La coordinadora técnica del nodo central de la Red de Bancos de Tumores de Andalucía, Anabel Sáez, explica a este periódico el funcionamiento del centro, referencia para los investigadores que necesitan muestras para sus proyectos y que supone el auténtico crédito de un banco fundamental para el avance y desarrollo de la I+D+i.
La función principal del nodo es "dar a los investigadores el material que necesitan para sus proyectos". Para eso, las instalaciones cuentan con la mejor tecnología de procesamiento y conservación.
Lo que se recibe en los bancos son muestras en fresco extraídas en menos de 24 horas de tumores humanos. Muestras que se procesan y se conservan y que son las que se ceden a los investigadores de todo el mundo.
El primer destino de la muestra es la sala de cultivos celulares. Esas muestras se ponen en medio de cultivo y se procesan para obtener una línea celular representativa del paciente, que son muy interesantes por ejemplo para estudios de resistencia a drogas o ensayos clínicos. Son muestras de cualquier tipo de tumor pero del "material sobrante del diagnóstico. La mayor parte de la pieza que se extrae al paciente es para diagnóstico y el sobrante es lo que llega al banco", matiza Sáez.
Una vez conseguida la línea es lo que se cede al investigador para estudios in vivo o para identificación de dianas terapéuticas, por ejemplo. "Son una gran herramienta porque son células vivas" y pueden solicitarlas cualquier investigador del mundo que tenga un proyecto de investigación avalado por un comité ético y otro científico. Eso sí, todas las muestras se ceden con la firma del consentimiento informado del paciente, "que si después lo necesita para asistencia o estudios genéticos puede requerirlo al banco".
Las líneas se preservan igual que los embriones, con técnicas de crioconservación congeladas a 196 grados bajo cero. De cada muestra se guardan partes en distintos formatos: líneas celulares, tejido en parafina y secciones.
Una vez conseguida la línea se almacena en la sala de nitrógeno, que contiene tres tanques que guardan todas las muestras del banco del hospital Clínico, la de los investigadores del hospital y de la Universidad y la de otros bancos de Andalucía que vienen para cederlas a investigadores que las hayan solicitado. Además, se guardan muestras del proyecto EPIC de la Escuela Andaluza de Salud Pública, que incluye muestras de unos 10.000 sujetos sanos de toda Europa con las que ver el desarrollo de enfermedades nutricionales o cardiovasculares, entre otras.
Son tanques con la última tecnología ya que son de nitrógeno seco que ofrece mayor bioseguridad a las muestras conservadas, que se congelan en pequeños tubos identificados con un código para guardar la mayor confidencialidad y que el investigador no pueda conocer los datos del donante.
"El paciente puede decidir en cualquier momento salirse de un proyecto o una investigación o pedir su muestra porque necesite un estudio genético con muestras de calidad", explica la coordinadora del nodo.
Además de las líneas se conservan también las muestras en formato de archivo asistencial habitual. Son muestras en parafina que conforman un fichero con miles de placas que conservan estas muestras, utilizadas para el diagnóstico de determinación de marcadores y evaluación del tejido.
Cuando se da una muestra a un investigador "no se lleva todo el fragmento de tejido sino sólo la cantidad exacta y en el formato que necesite. Cuando termine su investigación, el sobrante lo tiene que devolver o destruirlo según la ley, aunque siempre tratamos de recuperarlo", informa Sáez.
Otra función del nodo central además de proveer de material a los investigadores y de buscarlo cuando no se tiene en los bancos andaluces, es ofrecer ciertas técnicas de laboratorio a las que muchos investigadores no tienen acceso, por ejemplo la determinación de marcadores. "Nosotros hacemos la técnica y le damos la información y los investigadores hacen el análisis final".
El biobanco del Clínico es, según Sáez, uno de los mejores organizados y también de los más generosos con los investigadores. En la provincia hay banco de tumores también en el Virgen de las Nieves, Baza y Motril.
Cada año congelan unas 5.000 muestras, lo que supone más de 35.000 desde su creación. En cuanto al préstamo, "se resuelven el 90% de las solicitudes de material y el resto se buscan en la red nacional", confirma Sáez.
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