Del perfil de bajo coste al viajero de experiencias en los microdestinos
Nuevos formatos
La importancia de ofrecer productos diferenciados se antepone al clásico debate de la calidad
Granada/“Granada tiene que apostar por la calidad y la diferenciación, por los microdestinos, proyectos que florezcan y creen dinamismos”. Estas palabras del presidente de Hammam Al Ándalus, José María García, reflejan perfectamente esas nuevas ideas, esas pistas de futuro que persiguen las personas que se encargan de diseñar las ofertas turísticas.
Y es que una de las conclusiones que salió de la mesa panorámica del turismo fue que los viajeros están cada vez más ávidos de experiencias, de formar parte de un relato. Una tendencia que viene a sustituir el perfil de turista low cost o de bajo coste por un tipo de visitante que pueda rascarse algo más el bolsillo a cambio de sentirse actor principal del viaje.
Ese turismo de la experiencia es el que pusieron ayer sobre la mesa los participantes del debate en casos específicos como el de la Alhambra, de la que se mencionó su potencial como creadora de sinergias capaz de liderar proyectos pioneros de investigación de I+D+i y darle la vuelta a su legado y su historia para ofrecérsela de primera mano al visitante.
Otro ejemplo presente en el desayuno de redacción organizado por Granada Hoy fue el Parque de las Ciencias, que está trabajando en el concepto de la “inclusión” desde el punto de vista que todos los públicos se sientan integrados y atraídos por los atractivos del museo científico.
“Es una de idea completa de lo que supone una oferta universal”, destacó la jefa del departamento de comunicación, Cristina González, para la que el elemento diferencial de Granada debe ser la “transversalidad” y esa manera de aunar dos mundos como el clásico y el contemporáneo en el que está todo “conectado”.
Algo que se podría materializar en una cosa tan sencilla como que la Alhambra y el Parque de las Ciencias estuvieran unidos a través de un transporte sin escalas, lo que ayudaría a la deslocalización y a luchar contra la turistificación.
Un turismo que esté por encima de debates sobre la calidad o el bolsillo del visitante o de las iniciativas individuales, sino en el que todo esté conectado, desde las agendas culturales, deportivas, científicas, de congresos o museísticas hasta la creación de una marca de accesibilidad en el que nadie se sienta excluido.
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