La tasa al turismo, ¿receta milagrosa o regalo envenenado?
Baleares duplicará el impuesto que cobra a los viajeros por pernoctación
En Granada cualquier decisión está supeditada a la existencia de una ley autonómica o estatal
Granada/La tasa turística es un runrún permanente en cualquier conversación en la que se aborde el futuro del sector, los problemas de las ciudades más saturadas de viajeros y las recientes manifestaciones de turismofobia que están aflorando en determinados núcleos turísticos. Mientras que en Baleares se ha decidido duplica el coste de esta tasa, en Granada, cada poco tiempo, el debate vuelve al candelero, ya sea a iniciativa municipal -los primeros en plantearlo fuero los populares en el anterior periodo de gobierno- o de la oposición. El caso es que el debate se ha avivado a raíz de las declaraciones de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, que dejó abierta la puerta a que los ayuntamientos apliquen un gravamen sobre las pernoctaciones; y el posicionamiento del comité de expertos para la reforma de la financiación de las entidades locales, que también vieron en una tasa voluntaria una buena vía de financiación extra para los ayuntamientos.
Y sí, sería un alivio para las arcas municipales, pero no sería la "panacea". Así lo asegura el concejal de Economía del Ayuntamiento de Granada, Baldomero Oliver, que deja claro que el equipo de gobierno, tal y como está ahora mismo la normativa, no tiene competencias para establecer una tasa turística, que debe ser instituida desde el ámbito autonómico o el estatal. "El tema trasciende a los municipios", indica Oliver, que apunta que mientras no haya un cambio de normativa el Ayuntamiento no tiene margen de maniobra. "Los impuestos solo pueden establecerse por ley, y las leyes solo pueden establecerlas el Parlamento nacional o el autonómico".
Esa norma debería establecer qué se entiende por municipio turístico, los tramos en función del tipo de alojamiento y los distintos pormenores de la tasa, explica Oliver, que insiste en que el debate, si se plantea, está supeditado a las decisiones de la Junta de Andalucía o el Gobierno central.
Y, en caso de que se dieran pasos hacia el establecimiento de la tasa, el concejal de Economía asegura que sus efectos sobre la economía municipal no serían ni mucho menos milagrosos. "La tasa turística tiene un carácter finalista para promoción turística, y eso no es la solución para resolver los problemas económicos del Ayuntamiento", subraya, destacando que, además, si lo que se quiere es promocionar un turismo que no congestione tanto la ciudad, no tendría sentido fomentar la llegada de viajeros. "Tenemos que analizar qué tipo de actividad turística queremos tener", apunta.
El responsable de Economía municipal asegura que uno de los principales obstáculos que podría encontrarse la tasa, en caso d e habilitarse por el Gobierno andaluz, sería la oposición de los empresarios turísticos, que son colaboradores necesarios ya que tendrían que actuar como recaudadores. El sector siempre se ha mostrado en contra de gravar el turismo, sobre todo si se plantearan tasas municipales voluntarias, ya que podrían generarse situaciones de desventaja entre las ciudades que decidan poner en marcha la tasa y quienes prefieran no tocar al turismo.
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