Cada vez más embrujados
El recorrido por las calles de Soportújar está adquiriendo en los últimos años los rasgos del Lugar de Embrujo en que el Ayuntamiento ha convertido su ambicioso proyecto cultural y turístico
Hace una década el Ayuntamiento de Soportújar empezó a desarrollar el 'Proyecto Embrujo', una actuación integral de desarrollo económico y turístico, basado en la puesta en valor del patrimonio antropológico, natural, paisajístico y arquitectónico. La idea se basaba en la rehabilitación, mejora y enriquecimiento de diferentes lugares emblemáticos del pueblo a la vez que se iban tematizando en torno a la identidad antropológica de ser Tierra de Brujas. La denominación secular que recibían los lugareños ha pasado de resignación y de ser tomada con 'deportividad' a convertirse en un elemento central de su proyecto de desarrollo.
El nuevo aspecto de la localidad arranca en la misma entrada, en el cruce de la carretera que recorre la Alpujarra granadina. En el margen derecho se ha acondicionado la parada de autobús con una maqueta del pueblo de Soportújar y el logo de la bruja. Aquí arranca la señalización de todos los lugares 'embrujados' que merece la pena visitar y es la primera parada obligada para hacer una foto que testifique nuestro bautismo brujeril.
La ruta para la inmersión en un tiempo y en un mundo de brujas se inicia en este punto que forma parte del sendero GR-7 y que conecta con otros senderos locales y con el sendero Sulayr, la montaña del Sol, que circunvala todo el parque nacional de Sierra Nevada y que tiene en Soportújar parte del tramo número 5 (que viene desde el refugio de Tello -Lanjarón- y termina en Puente Palo) y del número 6 (que enlaza este área recreativa con Capileira). De esta manera el pueblo conecta el patrimonio cultural y natural, cuya conservación es una decidida y firme apuesta y el eje principal de su estrategia de desarrollo sostenible.
Una 'ruta embrujada' debe recorrer, al menos, los siguientes puntos de interés.
Cueva del Ojo
A medio camino entre el cruce de entrada y el centro del pueblo, está situada la Cueva del Ojo de la Bruja. Esta pequeña cueva se piensa era punto de embrujo y magia, un lugar apartado y recóndito ideal. El Barranco de la Cueva está situado frente a frente con el cementerio, (para más 'inri'), e impone cuando se transita por sus inmediaciones. Cuentan los mayores del pueblo que este paraje siempre ha sido un lugar que se atravesaba deprisa, sobre todo en las largas noches de los duros inviernos. La Cueva del Ojo de la Bruja se ha ambientado con los útiles propios de la hechicería y en su interior se ha instalado la estatua de una joven bruja.
Centro Temático de la Brujería
El Centro Temático se ha habilitado en el colegio municipal en la antigua 'casa de los maestros'. Se ha aprovechado este fin para su rehabilitación y uso público. Este centro de recepción de visitantes nos introduce en distintos aspectos de la brujería, desde la propia definición y consideración de brujas y brujos a lo largo de la Historia, hasta una clasificación de los distintos tipos. En el Centro podemos ver las recreaciones de sus diferentes prácticas, desde las más oscuras que se le atribuían, hasta las de curanderas y parteras.
Fuente de las Brujas
En la plaza principal del pueblo, en el impresionante Mirador de La Alpujarra, (rebautizado ahora como Mirador del Embrujo de Soportújar), se ubicó el primero y uno de los elementos más simbólicos de esta transformación urbana: la Fuente de las Brujas. Se trata de dos brujas, una experta y su aprendiz, haciendo pócimas en su caldero. Situado en el centro del escenario, "como por arte de magia", este monumento desaparece para permitir el desarrollo de las actividades festivas y culturales.
Era de los Aquelarres
Otra de las actuaciones desarrolladas con el Proyecto Embrujo de Soportújar es la Era de los Aquelarres. Localizada en la parte alta del municipio, es otro mirador privilegiado, desde donde se divisa el valle de Órgiva y, en días claros, podemos avistar hasta el mar Mediterráneo. Desde esta Era podemos dirigirnos, por el Sendero GR7, hacia Pampaneira, en el Barranco del Poqueira, el más turístico de toda la comarca, o hacia la vecina localidad de Cáñar, otro pequeño pueblo alpujarreño lleno de encanto. Las leyendas dicen que aquí se reunían las brujas de la Alpujarra para celebrar sus ritos, los denominados 'aquelarres' y por su posición dominante podían salir volando.
Las últimas 'adquisiciones' del proyecto Embrujo de Soportújar han sido financiadas con las subvenciones que recibe el municipio por pertenecer al parque nacional de Sierra Nevada y son obra del afamado escultor, afincado en la localidad de Órgiva, José Vera. Se trata de una gran imagen de una bruja y de una ornamental fuente.
Bruja Baba Yagá
En el área recreativa 'Barranco Caliente', frente al centro temático, se ha instalado este año una inmensa escultura, que supera los 3 metros de altura y los 7.000 kg de peso y que representa a la 'Bruja Baba Yagá', una vieja bruja de ojos azules ya que proviene de la tradición eslava.
Fuente del Dragón
Muy cerca de la plaza principal podemos encontrar el otro atractivo turístico incorporado este año: la Fuente del Dragón. Está situada en un barrio que ha sido objeto de una reciente restauración urbanística con varias casas rehabilitadas manteniendo las tipologías arquitectónicas. La actuación ha consistido en la reposición de una antigua fuente, que se encontraba en un estado muy precario, y se ha aprovechado para adornarla con una obra de arte que pretende funcionar como reclamo para pasear por el interior del pueblo y disfrutar de los soportales y tinaos que dan nombre al pueblo. 'La Fuente del Dragón' reúne los 5 elementos : la tierra, el aire, el fuego, el agua y el espíritu.
Lab958: un laboratorio de arte
A la vuelta del verano se pondrá en marcha un laboratorio de arte, con vocación internacional que bajo el el título del Lab958 canalizará la generación de proyectos capaces de dejar una huella artística e intelectual que mejore el municipio de Soportújar y toda la comarca de la Alpujarra, y que nace con la vocación de convertirse en un escaparate al mundo.
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