La villa romana de Granada revela su esplendor: La gran casa del oligarca romano que comía ostras con vistas a Sierra Nevada
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Últimos días de trabajos en la plaza Rafael Guillén de Granada, que desvelan más mosaicos y elementos de una vida de lujo en la época imperial
Han sido días intensos. De trabajos y de sorprendentes hallazgos. El equipo que dirige el arqueólogo municipal Manuel López ha desvelado detalles que permiten bosquejar el dibujo de una Granada, la de la época del Imperio Romano, llena de elementos singularísimos. Los restos de la villa de la calle Primavera son una caja de sorpresas.
"Nos queda sentarnos, reflexionar y tomar decisiones", adelanta López sobre el trabajo de "cocina" que aguarda a este arqueólogo y su equipo para trazar el futuro de este elemento patrimonial. Se abordará con expertos en la materia los nuevos descubrimientos, entre los que destacan nuevos mosaicos y elementos de ajuar, así como piezas de esculturas. En esta campaña además "hemos descubierto la posible puerta de entrada" al conjunto que conformaba la residencia de este rico terrateniente. En una de las zonas, posible vertedero, han hallado conchas de ostras. Señal del lujo y los caprichos que se daba este "oligarca", que vivió a caballo entre los siglos III y IV dC, posiblemente, y del que queda testimonio de vida a través del lujo con el que quiso vivir en las fértiles tierras de la vega.
"Hemos encontrado mucha ostra", subraya el arqueólogo, que apunta a la "ostentación" de los residentes de la villa. "Lo que hizo fue trasladar el lujo urbano al campo", revela López, quien explica que en esa época los terratenientes, grandes propietarios, "presumían" de grandes complejos residenciales que decoraban con esmero para "asombrar" a sus conocidos. Una señal de lo pomposa que pudo ser aquella villa es el pilar de 65 centímetros de ancho que ha aparecido en uno de los sondeos. Un pilar de esta envergadura debía dar soporte a una estructura de un tamaño relevante. Por su ubicación con respecto a la zona ya excavada en la campaña de 2020 se puede plantear la hipótesis de que formara parte de una zona con esculturas, destinada específicamente a dejar con la boca abierta a quien transitara el umbral del casoplón.
Los suelos también revelan este amor por lo hermoso y el lujo. Se ha encontrado una gran cenefa que enmarca un espacio que podría tener entre 40 y 45 metros. "La sala principal de Salar tiene 24 metros", explica López. Ya se han excavado 23 metros en la villa de la plaza Rafael Guillén y se sabe que el tamaño puede llegar a esos 40 o 45 metros. La cenefa podría enmarcar una escena de gran importancia para el señor de la casa en el oecus, la estancia más grande de la villa. Ésta ha desaparecido, posiblemente por el expolio posterior. En la zona donde debía lucir esta escena hay tejas. El techo colapsó. Ahora los vestigios se cubren con una carpa blanca, bajo la que trabajar los técnicos y arqueólogos.
Se han localizado mosaicos en otros puntos sondeados en estos días. Así, hay teselas bajo el acerado. Todo eso deberá ser objeto de estudio y planteamiento de nuevas intervenciones. La idea es sacar a la luz estos vestigios y dotar a Granada de un "polo" de referencia de conocimiento de ll mundo romano. Otro punto de ese proyecto será Mondragones.
"Se ha corroborado que es una señora villa", adelanta el arqueólogo municipal, que señala que se han localizado "muy buenos materiales". El suelo que ha aflorado en el parque camino sugiere que puede ser una despensa o bodega, o quizá parte de la cocina. Si el dueño era rumboso en cuanto a los lujos, posiblemente fuera propenso a compartir esa afición con invitados.
Entre los elementos más singulares que se han localizado está el antebrazo de una Venus de mármol. El fragmento de la talla luce un mechón de pelo enroscado. También se han desenterrado monedas, dos agujas de marfil y elementos de un cristal finísimo. Pero lo mas grandioso son los mosaicos, "Son más de mil metos cuadrados" de este tipo de adorno. En 1989, cuando se edificó en la zona, aparecieron dos piscinas, de la parte de los baños. En 1990, una intervención en las tuberías permitió aflorar unos mosaicos de delfines, que hoy se guardan en el Museo Arqueológico. En 2006 de nuevo se trabajó en la zona. En 207 el mes de trabajos previsto se quedó corto ante la posibilidad de tener bajo la tierra un yacimiento de importancia como así se corroboró en 2020, con los trabajos realizados por Ángel Rodríguez y Julia Rodríguez. Se saca a la luz el criptopórtico (un elemento que todavía no se ha localizado en Mondragones ni Salar) y el 'corazón' de la residencia, la piscina o ninfeo rodeada de mosaicos y con bases de columnas.
Tras esos hitos, se planearon hipótesis que los sondeos que se realizan ahora corroboran. Son 2.000 metros cuadrados los que componen la parte residencial. "Nos planteamos darle la categoría que se merecen", apunta López, que señala que los primeros restos romanos en la zona datan de una época anterior a la de gran esplendor. Restos analizados apuntan a que en este punto se residía en torno al año 50 dC. Entre los siglos III y IV se llega a una "fase monumental", obra de un único propietario, el que posiblemente degustaba ostras en su finca.
"Toca con todo esto hacer la memoria" que irá destinada Cultura y a trazar el futuro centro de interpretación de la villa. Conocer la extensión es capital para establecer cómo será la futura cubierta y cómo se instalará en unos terrenos que son municipales. Queda por concretar cómo se abordará la intervención en los viales, para lo que se trabajará sobre la el PGOU de la capital. "Es un polo de primer nivel" que puede mostrar, después de 32 años de espera, una de las joyas de la Granada romana y permitir una lectura histórica completa de la ciudad que va más allá de la Alhambra y el Centro histórico.
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