Las termas romanas emergen en Los Mondragones
Los trabajos arqueológicos completan el 'mapa' del mayor yacimiento de esta época de la capital, con los baños en un "excelente" estado de conservación y un eje central de 3,5 metros de anchura
Granada/Los arqueólogos están, justo en este momento, desenterrando el mayor yacimiento romano de la capital. Aunque 'mutilado' por la construcción de un edificio en la zona en la que se encuentra el molino de aceite de mayor importancia de toda la Bética, que está a la espera de musealizarse junto a la iglesia visigoda que sí se trasladó de lugar por las obras desarrolladas en 2014, la nueva investigación arqueológica está sacando del olvido unas termas que se encuentran en un sorprendente estado de conservación.
Esta intervención, a diferencia de la anterior, se está desarrollando en terrenos de la Junta y el objetivo es que se integren en el futuro parque de 30.000 metros cuadrados que está previsto se ubique en esta zona. Los trabajos arqueológicos han sido encargados por la Consejería de Fomento y Vivienda a través de la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía, que es la titular de los terrenos afectados. El director de la intervención, el arqueólogo Ángel Rodríguez, ha realizado esta mañana una visita guiada por los restos romanos que ya han emergido para completar una visión aún más detallada de una villa romana que tuvo un periodo de ocupación que abarca desde el siglo I d. C. hasta el VI-VII, con relevantes restos de época tardoantigua.
Según ha explicado Rodríguez, la nueva campaña comenzó el pasado 3 de septiembre y está previsto que concluya en enero de 2019. En estos dos meses de trabajo los arqueólogos ya han confirmado la importancia de las termas, construidas entre los siglos III y IV d. C. y que fueron utilizadas hasta el siglo VII d. C. y que Rodríguez ha avanzado que “se encuentra completa en todas sus estancias y tiene una superficie de 200 metros cuadrados”.
Hasta la fecha se han excavado dos hornos o praefurnium, además de toda la infraestructura de calefacción de la sala caliente, lo que se conoce como el hypocaustum del caldarium. “Los restos se encuentran en un estado de conservación excelente a pesar de que el prolongado uso que tuvo el edifico produjo reformas muy importantes”, ha explicado Rodríguez durante la visita y mientras el equipo de arqueólogos completa el mapa del yacimiento.
En principio, y a falta de nuevos sondeos en la zona, se ha confirmado la existencia de una calle central en la villa de 3,5 metros de anchura, que por sus dimensiones debía ser propiedad de una de las grandes familias romanas. Otro de los descubrimientos de esta intervención es que este sector de la villa estaba organizado en terrazas que se han mantenido con algunos cambios hasta la actualidad. Así, en la reconstrucción completa del yacimiento que se puede hacer ahora, había una entrada y a la izquierda se situaba el gran molino de aceite.
En esta zona también estaba el cementerio visigodo, el pequeño templo, una zona de trabajo y la casa señorial, justo al lado de donde aparecieron los mosaicos romanos en 2014 que ahora se encuentran depositados en el Museo Arqueológico. En la actual zona de excavaciones, además de las termas, se han delimitado dos edificios de los que todavía se desconoce su función, aunque por su ubicación es posible que estuviesen vinculados a la gran casa patricia. Para terminar, la intervención dirigida por Ángel Rodríguez está empezando a descubrir la red de abastecimiento de agua desde el río Beiro.
El yacimiento podrá ser visitado cuando se construya el gran parque previsto y se musealicen los restos. Cuando llegue este momento, será el mayor museo al aire libre de la capital.
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