"Tuvimos que volver al boli y papel", la sanidad granadina se repone tras el apagón
Aunque aún quedan algunas secuelas, los hospitales y los centros de salud recuperan su normalidad y hacen balance de lo ocurrido el lunes
La industria de Granada recupera el pulso tras el gran apagón: trabajo a la luz solar y mucho helado perdido

Granada/De nuevo Granada se enfrenta a una crisis y, de nuevo, el sector sanitario acapara todos los focos. Los hospitales y centros de salud de la provincia consiguieron mantenerse conectados gracias a generadores auxiliares, que permitieron continuar con la actividad de unos lugares que no pueden permitirse estar aislados de la electricidad. Hoy, la normalidad impera, aunque aún quedan espacios de sombra que, por suerte, cada vez son más reducidos.
"Esta mañana el sistema está sufriendo aún vaivenes, pero tratamos de que se mantenga estable", explicaba a primera hora Manuel Liñán, director médico del Virgen de las Nieves, un hospital al que la corriente regresó rozando las dos de la madrugada y que el resto de la noche se mantuvo vivo gracias a generadores, que entran en funcionamiento de forma automática cuando cesa la corriente. También casi de forma automática al irse la electricidad, prosigue Liñán, se constituyó un comité de crisis para hacer frente a una situación totalmente inesperada, pero que pillaba al personal "entrenado".
"Hemos tenido ya varios simulacros en los últimos años de esta situación y por desgracia también tuvimos lo ocurrido en el Covid", relata Liñán, quien agradece a todo el personal del centro, desde técnicos hasta cirujanos, su dedicación y esfuerzo durante las más de diez horas que duró el apagón. Pese al esfuerzo, lógicamente, surgieron problemas. Aún con luz, los fallos del sistema obligaron a "volver al boli y el papel", relata el director, lo que conllevó registrar manualmente a todos los pacientes para tratar de mantener el orden.
No fue fácil. "El lunes es, a nivel general, el día con más carga de trabajo a nivel de urgencias", relata Liñán, quien explica que, además de las urgencias que podrían considerarse normales, la situación vivida ayer trajo un problema derivado, que lógicamente aumentó la carga de trabajo: la falta de electricidad llevó a urgencia a todas las personas dependientes de aparatos electrónicos, como respiradores asistidos, que fueron ubicados en espacios apropiados para que pudieran conectarse a la red. Lógicamente, estos pacientes permanecieron en el centro hasta que fue seguro regresar a casa, mientras que al resto de casos, tras su correspondiente valoración, se les permitió volver.
Fuera del centro, se vive un martes normal y los granadinos acuden a sus citas sin mayor preocupación. Entre el ir y venir de pacientes, los conductores de ambulancia se preparan para una nueva salida. "Ayer fue un día de trabajo duro, pero por suerte no hubo ningún susto", explica uno de los conductores a este periódico, asegurando que aún, ya pasadas las 13:00 horas, aún se tiraba de papel y boli para hacer las recetas.
Algo más lejos, cruzando las vías del Metro, se encuentra Farmacia la Caleta, cuya titular, Rosario Pinto, califica lo vivido como "un desastre", pues la caída del sistema impidió dar un servicio apropiado, lo que llevó, en su caso, a bajar la persiana a las 17:00 horas. Al igual que el Virgen de las Nieves, tuvieron que apuntar a mano los productos que vendía, pero no las especialidades, que no podían consultar el precio y era imposible venderlos, relata.
Este martes, mientras Pinto atiende a este periódico, su farmacia se encuentra trabajando con total normalidad. Una mujer compra un colirio, otro trabajador coloca material que acaba de llegar, ... todo ello, eso sí, con el handicap de no contar con uno de los ordenadores que tras el apagón de la tarde de ayer, aún no ha vuelto ha arrancar. "Nos hemos encontrado la sorpresa esta mañana", comenta resignada la titular de la farmacia.
En general, las más de 500 farmacias de la provincia han podido abrir sus puertas con total normalidad después de una jornada en la que mantener la temperatura óptima de algunos medicamentos se convirtió en una labor esencial en las oficinas de farmacia. Cuestión que en muchos casos se resolvió con hielo y con generadores de energía que han conseguido mantener la temperatura óptima de todos los fármacos que se deben conservar en frío, explican desde el Colegio de Farmacéuticos.
Quien sí atravesó algo más de complejidad fue el Clínico, que si bien siguió el mismo patrón que el resto de hospitales, se vio obligado a repostar gasoil para mantener vivos los generadores. Para ello, fue necesario la intervención de la Guardia Civil, que escoltó a un camión cisterna hasta el hospital, asegurándose de que no sufría ningún percance. Ya con la normalidad, el centro ha regresado a su rutina, aunque la actividad quirúrgica de la mañana ha sido suspendida, mientras se ha mantenido la cirugía prevista y la actividad oncológica se ha centrado en un quirófano, explican desde el centro, que detallan que las consultas con especialistas y las pruebas radioagnósticas no han sufrido cambios.
Manuel Reyes, director gerente del Clínico San Cecilio, explica a GranadaHoy que el centro activó su "plan de contingencia para garantizar la atención sanitaria de los pacientes de su área de referencia, especialmente de aquellos cuya situación revestía mayor gravedad", ello se traduce en poner en marcha los sistemas de reserva y la reorganización de la actividad asistencial "para minimizar el impacto de la falta de electricidad".
Al igual que Liñán, Reyes resalta "el compromiso y la implicación demostrados por el equipo de profesionales, sanitarios y no sanitarios", del hospital para dar respuesta a una situación que califica como "crítica", mostrando "su total disponibilidad para garantizar la atención a los pacientes".
"No se sabía si iban a aguantar las reservas"
Por suerte, la sanidad cumplió, de nuevo, y todos los usuarios pudieron ser atendidos. De ello da buena cuenta Daniel Hernández, que tenía programada una operación de nariz, tras un golpe en un partido de rugby, a las 13:00 horas, media hora después de que todo comenzase. Lógicamente, ni él ni los médicos preveían algo así, y tuvieron que improvisar. Dada la hora, su operación siguió adelante y contesta a este periódico desde casa, pero explica que quienes tenían cita para más tarde sí fueron aplazados, siempre y cuando la gravedad lo permitiera.
"Había mucha incertidumbre en esos momentos, no se sabía si iban a aguantar las reservas", recuerda ahora Hernández, quien pese a todo destaca el buen trabajo de los sanitarios, al tiempo que pone el acento en todos los granadinos que acudieron al fallar la electricidad para mantener vivos sus respiradores eléctricos.
El hospital, en modo ahorro de energía
Volviendo al sector sanitario, Jose Luis Salcedo, gerente de Vithas Granada explica que "la clave de esto fue la anticipación". El centro cuenta con sistemas y equipos informáticos que están conectados a un generador, con 20 horas de autonomía, y "hasta que no hubo incidencias en las conexiones en remoto, tuvimos tiempo para asegurar toda la información y tener disponibles desde servicios de farmacia, partes hospitalarios, programación, servicios de comida,...", relata a este periódico.
Todas las áreas críticas se conectaron al sistema auxiliar y se prescindió de los consumos que no eran prioritarios. "Digamos que nos pusimos a trabajar con un hospital en “modo ahorro de energía para asegurar la continuidad de la actividad", cuenta Salcedo.
Ya el martes la actividad se ha retomado con normalidad, cuenta el gerente, después de que los trabajadores "han trabajado intensamente para recuperar por completo la actividad asistencial y que los equipos e instrumentación estén al 100% en garantías y sean seguros". Salcedo, por último, hace balance y asegura que "no se ha detectado ninguna avería significativa y cabe destacar la coordinación de todo el equipo, tanto el asistencial como equipos de administración".
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