De los ocho pasajeros que salieron de la Base Aérea en 1947 a los chárter a Egipto de ahora: así ha cambiado la aviación comercial en Granada
Turismo
En los más de 70 años de la aviación granadina ha habido dos aeropuertos, vuelos internacionales y dos crisis que han frenado el desarrollo aéreo de la provincia
El Aeropuerto de Granada cerró 2022 con una recuperación de más del 72% de pasajeros tras la pandemia
Granada/La historia de la aviación comercial de Granada está llena de hitos que han ido suponiendo dar pasos hacia delante para establecer y dotar a la provincia de la importancia aérea que merece. Desde el primer vuelo comercial, la primera línea fija, la construcción de un aeropuerto civil y hasta nuestros días, los hitos son numerosos, y muestran los esfuerzos de Granada por mantenerse conectada, tanto de forma nacional como de forma internacional. Aunque no ha estado exento de dificultades.
En la actualidad, el aeropuerto Federico García Lorca Granada-Jaén dispone de ocho destinos a los que poder volar de forma habitual, operados por cuatro compañías distintas (Air Nostrum, Vueling, Air Europa y Binter). Desde el aeródromo de Chauchina se puede llegar hasta Madrid, Barcelona, Melilla, Palma de Mallorca, Tenerife y Gran Canaria (si a este destino se vuela con Binter, la aerolínea permite conectar con el resto de las islas del archipiélago sin coste adicional). A las conexiones nacionales se suman las dos internacionales con Londres-Gatwick y París-Orly. Estos vuelos atrajeron a Granada en el primer trimestre de 2023 un total de 233.309 pasajeros, 216.709 con destino u origen español, y 16.062 procedentes de vuelos con el extranjero.
A estos vuelos habituales hay que sumar los vuelos chárter, es decir, un vuelo que no forma parte de una ruta regular y que se organiza específicamente para un grupo concreto, para llevarlos a un destino específico. Ante la falta de destinos que vive Granada, son una opción para los turistas que quieren venir a conocer las bondades del sur de España y hacerlo de forma directa y sin escalas.
Por el momento, el aeropuerto granadino ha gestionado tres vuelos de este tipo en 2023, y se esperan recibir otros ocho procedentes de todo tipo de destinos. Estos han sido organizados por agencias de viajes o aerolíneas, vendidos en paquetes promocionales que incluyen estancia y visitas a monumentos. Los más destacados serán los dos vuelos chárter previstos con la ciudad de Abu Simbel, en Egipto, para el 11 de mayo y el 20 de julio, que serán operados por Egyptair y que incluyen paquetes turísticos a distintos precios, según han confirmado a este periódico Viajes Soltour, encargados de la organización.
Tel Aviv (Israel), Asturias y Palma de Mallorca, los pasados 30 de marzo, 2 de abril y 5 de abril respectivamente, se unirán a las próximas salidas o llegadas de Zaragoza (24 abril), Milán (26 junio), Oslo, (3 julio), Podgorica -Montenegro- (4 julio), Nápoles (8 julio), Nevsehir -Turquía- (26 julio), y Dubrovnik -Croacia- (20 agosto), que completan la oferta de este tipo de vuelos en este año, a la espera de conocer si se unen más vuelos de este tipo.
Recuperar el millón de pasajeros
De esta forma, el aeropuerto de Granada espera recuperar la normalidad tras las dificultades derivadas a causa de la pandemia, y acercarse hasta los 1.251.926 pasajeros que se contabilizaron en 2019. Ya en 2022 la recuperación de esta cifra fue del 72,6% (908.713 pasajeros). El cierre del espacio aéreo en 2020 y la cancelación de las rutas habituales fueron un frenazo en seco a una tendencia ascendente que iba encaminada, a su vez, a igualar la mejor época del Federico García Lorca Granada-Jaén, que se dio en el año 2007, antes de la llegada de la crisis económica, con casi un millón y medio de pasajeros.
Antes de la llegada del Covid-19, Granada sumaba, además de los vuelos ya detallados, los destinos operados por la compañía EasyJet con las ciudades de Londres, Berlín, Milán, Nápoles, Nantes, Burdeos y Manchester. Estas han desaparecido por el momento y la compañía no tiene previsto que se vuelvan a activar, por lo que la recuperación de los pasajeros se hace más difícil.
La Diputación de Granada se ha encargado de liderar una idea que podría devolver al aeródromo de Chauchina las líneas habituales, a través de contratos públicos licitados por la Junta con las aerolíneas, y que estos subvencionaran Granada como origen y destino, como se hace desde el Principado de Asturias o desde el aeropuerto de Castellón. Desde hace varios meses esperan reunirse con la Junta de Andalucía para plantear esta opción.
Los vuelos comerciales de Granada, una historia cíclica
Repasando la historia de la aviación comercial en Granada, se puede comprobar como varios factores son cíclicos, y que la suma y cancelación de destinos, así como las peticiones de rutas, es algo muy presente desde los inicios de la propia aviación en la provincia.
Hay que volver la vista muy atrás, hasta 1947, para encontrar el que fue el primer vuelo comercial que trasladó pasajeros. Fue el 14 de abril de aquel año, cuando ocho valientes pasajeros se subieron a un bimotor Siebel FH de la Compañía Auxiliar de Navegación Aérea (CANA) y volaron desde la Base Aérea de Armilla hasta Madrid. El vuelo estaba previsto para el 27 de febrero, pero el mal tiempo impidió la salida aquel día. 76 años después las cosas han cambiado, y mucho. Aunque hay factores de la historia que se repiten y nos recuerdan a tiempos no tan lejanos.
Según recoge la memoria gráfica 1922-2022 de la Base Aérea de Armilla, publicada por José Miguel Peregrina, este aeródromo, la única instalación de este tipo hasta 1972 en Granada, fue la base de una aviación comercial en desarrollo, con muchos vuelos fijados y después cancelados. Empresas como AVIACO o Gibraltar Airways iniciaron vuelos con Barcelona, Valencia, Madrid, Sevilla, Málaga o la propia Gibraltar, que se cancelaron a los pocos años, ya fuera por poco éxito, los pocos pasajeros o las malas condiciones de las instalaciones.
Ya en 1954, y tras una importante reforma de las pistas, la torre de control y la terminal de pasajeros, Iberia fijaba la primera línea regular entre Granada-Madrid-Sevilla, gracias al impulso de una "junta pro aeropuerto civil", un grupo de trabajo que puede ser considerado como el precursor de la actual Mesa por el Aeropuerto. En aquella agrupación se encontraban el jefe del aeródromo, el gobernador civil, el alcalde de Granada, el presidente de la Diputación y el presidente de la Cámara de Comercio. Pese al impulso, los bajos promedios de viajeros derivaron en el cierre a los pocos meses.
Hasta los años 60, diferentes compañías aéreas establecieron líneas con Madrid, Málaga, Tetuán o Tánger, aunque nunca se consolidaban por falta de pasajeros, cerrándose de forma continua.
Al poco éxito se unieron las necesidades de una aviación civil en continuo desarrollo, que conforme pasaban los años hacían a los aviones más grandes, rápidos y con mayor capacidad, lo que convirtió al aeródromo de Armilla en una instalación escasamente acondicionada. Con la llegada de los años 70, la Base Aérea de Armilla dejó paso al actual aeropuerto de Granada en Chauchina, abierto en 1972.
Del Federico García Lorca al millón y medio de pasajeros
Tras dos años de obras y una inversión cercana a los 200 millones de pesetas (1,2 millones de euros), el actual aeropuerto acogió su primer vuelo comercial a las 16:05 horas del 15 de junio de 1972. Era un avión 'Caravelle' de la compañía Iberia, que partió de Madrid con 60 pasajeros a bordo y que haría el viaje de vuelta a las 16:54 horas del mismo día, con 40 viajeros.
Pronto cobraron regularidad los vuelos con Madrid y Barcelona, pero también eran frecuentes las conexiones con Málaga, Almería, Baleares o Canarias. También adquirieron cierta continuidad las operativas chárter con Suiza, Francia y Alemania, nuevamente pudiéndose comprobar como la historia se repite y como estos vuelos privados han servido al aeródromo granadino como opción. Durante el primer ejercicio completo con el nuevo aeródromo operativo, en 1973, se registraron 2.502 vuelos y 48.440 pasajeros.
Desde los años 70 a los 90, se fueron sucediendo los vuelos, y la primera gran actuación de reforma sobre las instalaciones originarias se produjo entre 1993 y 1994, con motivo de la celebración del Mundial de Esquí de 1995 en Sierra Nevada, hasta darle una imagen muy similar a la actual.
El tráfico del aeropuerto emprendió en 2000 un importante proceso de crecimiento, que lo llevaría a alcanzar en 2007 la cifra de pasajeros más elevada de su historia, con 1.467.625. Hacia mediados de esa década, el 19 de junio de 2006, se produjo otro hito importante: la adopción del nombre de Aeropuerto Federico García Lorca Granada-Jaén. Con ello, se pretendió impulsar la proyección turística de las dos provincias que conforman su área de influencia, en un momento en el que los vuelos internacionales se encontraban en plena expansión.
Esa gran evolución que experimentaba la terminal granadina de salidas y llegadas se vio frenada en seco a raíz de la crisis económica internacional de 2008, algo que volvería a repetirse en 2020 con la pandemia del Covid-19. El sector del transporte aéreo no empezaría a recuperarse hasta 2012, pero en el Federico García Lorca Granada-Jaén ese cambio de tendencia se dilató hasta 2014, debido a su dependencia del tráfico nacional.
Por el momento, en 2023 las cifras no hablan de una recuperación plena de las cifras prepandemia, pero si se experimenta una buena evolución tras el parón en seco del Coronavirus. Una tendencia al alza que desde Granada se intenta impulsar para devolver a la aviación comercial de la provincia al lugar en el que estaba, y seguir mejorándola.
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