El lunar de Denís Milar

Tras su paso por el Granada, con el que bajó a Segunda, este delantero ganó la Copa Libertadores y la Intercontinental con el Nacional de Montevideo

Denís Milar, en una formación con el Granada CF, vistiendo la camiseta con el número 10. / Archivo Personal De José Luis Ramos
Juan José Medina

30 de junio 2018 - 02:34

Granada/Rocha es uno de los 19 departamentos que componen la República Oriental del Uruguay. Un lugar apacible, pegado al Atlántico, con varias reservas naturales. Un paraíso cercano a Punta del Este pero alejado de su ajetreo veraniego. El fútbol rochense no es el más importante del país, ni mucho menos. Los grandes logros de los futbolistas uruguayos proceden de Montevideo y alrededores. En la región, única zona costera de Uruguay que no baña el Río de la Plata, llevan muy orgullosos el pasado de un jugador que allí es considerado leyenda. Se trata de Denís Milar, un delantero cuya única experiencia en el fútbol europeo la vivió en el Granada CF.

Milar se había formado en los clubes modestos de la ciudad en la que vivía, pero pronto destacó por su calidad y producción de goles. Con la mayoría de edad, dio el salto a la capital uruguaya para vestir los colores del Rampla Júniors, donde tras dos temporadas le fichó el Liverpool de Montevideo. Fue subcampeón de Liga y segundo máximo goleador de la competición, lo que llevó a Denís Milar a ser convocado por el seleccionador Porta para que formara parte de la Uruguay en el Mundial del 74.

Jugó muy joven el Mundial del 74, donde Uruguay decepcionó al caer en la primera faseSu llegada al Granada de Miguel Muñoz conllevó la marcha de Montero Castillo

Había mucha proyección en ese jugador alto, rubio y de imponente presencia. 21 años peinaba su melena cuando jugó en los tres partidos de la selección de Uruguay en aquella cita, donde compartió convocatoria con el granadinista Montero Castillo y con el futuro guardameta rojiblanco Ladislao Mazurkiewicz. Empezó en el banquillo del Niedersachsenstadion para entrar en la segunda parte sustituyendo a Cubilla. La veteranía de aquel equipo acabó sucumbiendo pasto del rugido del primer partido en un Mundial de la Naranja Mecánica. No solo fueron imposibles de parar las acrobacias de Cruyff y la ferocidad de Rep y Rensenbrink, si no que para el joven Milar Suurbier, Haan, Rijsbergen y Krol no tenían nada que ver con las defensas con las que se encontraba en la liga doméstica. Aquel equipo feneció ante Holanda (0-2) y el empate ante la débil Bulgaria (1-1), con Denís siendo de la partida. Suecia (0-3) terminó de mandar para casa a la Celeste.

Un año más tarde de terminar aquel Mundial, Milar fichó por el Granada de Miguel Muñoz. Fue uno de los retoques de calidad que Candi quiso para la plantilla del equipo, que se había mantenido en Primera con algún que otro apuro la temporada anterior. El fichaje del rochense se produjo cuando el nuevo entrenador dio la baja a su compatriota y compañero de selección, Montero Castillo. Era condición indispensable, ya que el Granada superaba el número de extranjeros permitido.

Pero como todo lo que acompañó aquel año, Milar no pudo brillar como se esperaba de él. En 21 partidos marcó solo tres goles, dos de ellos además en el mismo partido contra el Atlético de Madrid en la séptima jornada (derrota por 3-4). No volvió a marcar en todo el curso. Pudo hacerlo en Salamanca, pero erró su tiro de penalti que podía haber acercado la permanencia en Primera. Tampoco hubiera sido suficiente.

Pasó casi en blanco su siguiente campaña en el Granada, ya en Segunda División, por culpa de una grave lesión, y en la siguiente, en otra temporada decepcionante en la que el equipo terminó lejos del ascenso, Milar cerró su etapa de rojiblanco con 19 partidos y solo una diana. Regresó a su país tras tres años aciagos en Granada. Fue cuando al fin le sonrió la suerte al charrúa. Fichó por el Nacional de Montevideo. Consiguió ligas, la Libertadores, pero sobre todo fue campeón del mundo, que por aquel entonces se consideraba así al campeón de la Copa Intercontinental. Nacional, con Milar siendo titular, le ganó en Tokio la final al Nottingham Forest de Brian Clough. Su carrera fue poco a poco menguando. Antes de cumplir los 30 años vuelve a su casa para terminar jugando hasta casi los 40 en equipos modestos de Uruguay, incluso con pasos por clubes, también modestos, de Chile y Ecuador. Otro gran futbolista cuyo paso por Granada fue un mal recuerdo.

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