Final amargo para un día histórico

Granada CF-Athletic

El granadinismo vive una jornada histórica con un ambiente excepcional pese a no alcanzar la final

Final amargo para un día histórico / Álex Cámara
Sergio Rodríguez Acosta

06 de marzo 2020 - 06:00

Granada/La ciudad llevaba semanas esperando este día histórico. El 5 de marzo de 2020 es ya por derecho un día señalado en la historia del Granada CF. No se llegó a la final, pero ningún granadinista se acostó sin estar orgulloso de su equipo después de un partido con un ambiente difícil de repetir.

La Grada 1931 convocó el recibimiento para las 19:00, pero la gente no quiso esperar tanto. Miles de personas calentaban sus gargantas para amenizar la espera desde a medio día. Miembros de la Grada 1931 llevaron la voz cantante para caldear el ambiente. El himno del club se entonó en varias ocasiones para ensayar.

No eran todavía las 19:30 horas cuando el autobús del Granada apareció para sembrar la locura en la calle Pintor Manuel Maldonado, que estaba plenamente teñida de rojiblanco. Era invierno y la noche caía, pero la temperatura era más que infernal.

Numerosas bengalas se encendieron en presencia del vehículo rojiblanco, que casi desapareció entre la nube de humo rojo. La cara de Manuel Lucena era todo un poema. El ex capitán granadinista alucinaba ante el panorama, mientras que Diego Martínez, más cholista que nunca, golpeaba el cristal del bus. Jugadores como Machís grababan con sus móviles. Yangel Herrera, de sangre caliente sobre el verde, se mostraba templado. En las últimas filas sonreía Rui Silva.

Todo estaba por decidir sobre el tapete de Los Cármenes, pero la afición dio un primer paso importante para insuflar toda su fuerza a los jugadores, que como dijo Víctor Díaz iban a “echar el resto”. Los seguidores rojiblancos no esperaron para entrar al estadio tras la marcha del bus en los adentros de Los Cármenes. Faltaban más de veinte minutos para que echase a rodar el cuero y el templo granadinista estaba casi lleno. El salto del equipo al césped para calentar fue jadeado como en un coliseo romano. Antes había sonado la nueva versión del Bienvenidos de Miguel Ríos.

Llegó el momento de anunciar las alineaciones y la del cuadro de Garitano apenas se supo, pues los pitidos locales taparon la voz del speaker mientras este enumeraba el once visitante. Con el bloque inicial granadinista fue distinto claro. Cada nombre fue coreado con la fuerza de un gol, en especial el de Diego Martínez, que recibió una atronadora ovación como de costumbre. Posteriormente, el DJ Álex Kámara pinchó una versión de la canción Bella Ciao mientras todo el estadio iluminaba con un plástico colorido en la linterna de sus móviles.

Himno a capela

Se acercaba el arranque y por fin sonaba el himno del Granada. Apenas se escucharon unos acordes en la megafonía de Los Cármenes, ya que prácticamente fue cantado a capela por la afición. El estadio acompañó la foto del equipo con un “si se puede” coral que los aficionados vascos intentaron combatir sin éxito alguno.

El arranque del encuentro liberó por fin las ganas existentes. La primera pitada por una falta de Yangel Herrera sobre Muniaín nada más iniciarse la acción. Machís ejecutó el primer tiro a puerta en el 4’. El intento del venezolano no llevó peligro alguno, pero fue acompañado de un “uy”.

El ritmo era insostenible para las voces rojiblancas, pero acciones puntuales como un túnel de Yangel Herrera y una magnífica arrancada de Carlos Fernández eran suficiente para reavivar la llama de Los Cármenes. Dos ocasiones seguidas de San José y Raúl García empujaron a los seguidores granadinistas a empujar al equipo en un momento complicado. El partido se puso muy tenso cuando al filo del descanso el colegiado paró el encuentro porque Raúl García se dolía tras un choque con Germán.

La clarísima ocasión sacada por Williams bajó palos cerró el primer acto con el “si se puede” de la grada, que combinó sus ánimos con una sonora pitada para el trío arbitral. El cuadro de Diego Martínez volvió a saltar al campo con ovación incluida. El gol de Carlos Fernández fue el mejor regalo para empezar la segunda mitad con el depósito lleno para animar.

Poco después llego la lesión de Yangel Herrera, el primer contratiempo de la noche. El venezolano recibió una ovación cerrada cuando se retiró del césped. El duelo bajó un poco el tono hasta que Puertas forzó un saque de esquina en la presión alta y levantó los ánimos de golpe y porrazo. En el segundo consecutivo llegó el gol de Germán, que supuso un estallido de euforia impresionante. Los minutos posteriores fueron éxtasis en Los Cármenes, que veía la final más cerca que nunca. “Si se puede” y “Granada ponte de pie” fueron los cánticos que acompañaron unos minutos de fantasía en la instalación del Zaidín.

El gol de Germán derivó en unos minutos de felicidad absoluta en Los Cármenes

El tanto de Yuri Berchiche fue la definición exacta de la expresión “un jarro de agua fría”, que silenció el estadio durante unos segundos. La reacción vino de la mano del “vamos mi Granada, vamos campeón”. Los minutos pasaban pero nadie se rendía en Granada. El “si se puede” no dejó de repetirse.

El pitido final del colegiado liquidó las ilusiones de viajar a Sevilla después de haber estado tan cerca.

El banquillo visitante saltó por completo al césped para celebrar su pase mientras los jugadores del Granada caían al suelo abatidos. La entrega realizada durante los 90 minutos no se quedó sin premio, pues los seguidores empezaron a aplaudir a sus jugadores con el orgullo del que tiene un equipo que le representa. “Orgullosos de nuestros jugadores”, cantó la grada para alabar la actitud de los suyos.

Diego Martínez saltó también al tapete para agradecer a sus pupilos su lucha. Algunos futbolistas rojiblancos estaban visiblemente afectados. Carlos Neva era sin duda el más tocado. El gaditano no pudo contener las lágrimas en un momento tan crudo. El “vamos mi Granada, vamos campeón” volvió a resonar en un estadio del que apenas se marchaban los espectadores. Antes de cerrar la noche, la afición coreó el nombre de Diego Martínez.

Los jugadores del Granada CF se encaminaron hacia el túnel de vestuarios con un aplauso de los futbolistas del Athletic, que reconocieron así la grandeza de un rival que ha pasado de estar en Segunda División a rozar con la punta de los dedos una final de Copa. Este equipo es histórico.

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