La personalidad del Granada no fue suficiente ante la pegada del Atlético (3-1)

Granada/La personalidad no fue suficiente para que un más que aceptable Granada rascara algo del campo del Atlético de Madrid en el primer partido de la temporada del regreso rojiblanco a la elite.

El 3-1 final no muestra que los colchoneros sufrieron. Samu empató en el segundo tiempo el tanto de Morata al borde del descanso. Cuando peor lo pasaban los de casa, una genialidad de Memphis Depay decantó la balanza para los locales, que sentenciaron en la última jugada del choque en las botas de Marcos Llorente justo después de que Oblak evitara el 2-2 ante Uzuni.

Paco López sorprendió a propios y extraños al apostar por un 1-5-3-2, con Callejón como carrilero por la derecha y Melendo escoltando en la medular a Gumbau y Sergio Ruiz.

Al calcar el dibujo de Simeone, los pares quedaron claros, juego de ajedrez que sentó bien a un Granada que en los primeros compases del choque mostró mucha personalidad para presionar arriba al rival y para alargar las posesiones de balón.

De hecho, el primer portero en intervenir fue Oblak tras un intento de Samu.

Pronto tuvo trabajo André, que le sacó a Morata un remate a bocajarro, aunque podía haber fuera de juego anterior de Azpilicueta.

Pasaron muchas cosas en los primeros minutos: lesión de Koke, Morata casi le roba la cartera a André, el atacante está cerca de llegar después de cabeza a un centro de Carrasco y medio agrede a Rubio al intentar quitárselo de en medio.

El objetivo del Granada era prolongar sus posesiones para tomar oxígeno con el balón, aunque cuando el esférico llegaba a tres cuartas partes del campo nadie era capaz de tener una idea brillante. Melendo tampoco.

De Paul casi sorprende en una falta lateral, mas la buena noticia es que el Atlético no llevaba peligro. Sólo Carrasco, bien tapado por un más que cumplidor Callejón, parecía jugar a algo distinto.

Se animó el Granada en una falta con un cabezazo de Rubio tan lejano como desviado. Poco después filtró Callejón un buen pase a un desaparecido Uzuni en el que se quedó sin opciones el albanés al controlar mal.

La mejor opción local fue de Morata, que se topó en el mano a mano con un magistral André. Podía haber fuera de juego.

Hasta dominaba el partido el Granada con posesiones extendidas e inertes. Mario Hermoso vio la amarilla tras cuatro faltas seguidas, tres de ellas a un Samu muy participativo.

La última opción del primer tiempo parecía ser un centro-chut de Marcos Llorente a las manos de André. Parecía porque hubo más. Se volcó el Atlético en los cuatro de añadido antes del descanso y en el 48 y medio, cuando nadie lo esperaba, llegó el gol.

En la pelea entre dos ‘pupas’ el más ‘pupas’ fue el Granada. Vallejo, que había jugado una sensacional primera parte, no vio un centro en segunda jugada porque estaba pendiente de Mario y tenía justo delante a Rubio e Ignasi Miquel. El balón todo en su hombro y le queda franco a Morata para fusilar a André. Se revisó una posible posición adelantada de Hermoso que no existía.

La reanudación

En la segunda parte tardó el Granada un minuto y medio en hacer lo que no había hecho en todo el primer tiempo: probar a Oblak. Fue con un cabezazo de Samu a centro de Carlos Neva.

Replicó Lemar con un chut lejano fuera en un reinicio de encuentro que tuvo un guion más o menos similar al del primer tiempo. Después puso a prueba, también desde lejos, Azpilicueta a un seguro André.

Justo antes de la hora fue el momento elegido por Paco para el estreno de Gonzalo Villar, que entró por Melendo para reforzar la medular y tratar de tener más el balón. Casi sirve de poco porque Memphis Depay perdonó el 2-0 nada más entrar.

Pero no fue así y lo que llegó fue el empate del Granada. Carrasco quiso salir desde atrás con el balón, Gonzalo Villar se lo robó y puso una asistencia perfecta en el primer palo para el gol de un rápido y astuto Samu. 1-1 en el minuto 63.

La alegría duró poco en la casa del pobre, exactamente cinco minutos, porque en el 68 Depay se sacó de la chistera un gol descomunal con un derechazo desde fuera del área.

Envidó Paco con la entrada al campo de Ricard y de Antonio Puertas, esperanzados en tener la misma entrada al partido que un lúcido Gonzalo Villar.

Con el partido entrando ya en su último cuarto de hora, Samu casi marca el empate de cabeza en un córner y la volea de Uzuni fue a las manos de Oblak.

Bryan, que viajó el mismo lunes a Madrid tras superar la fiebre del sábado, y Petrovic entraron en el 81, justo antes de que André evitara el 3-1 ante Saúl.

Entendió el Atlético que la mejor manera de defender el marcador era teniendo el balón, y le costó llegar al Granada, que mantuvo hasta el final los tres centrales, ahora con carrileros ofensivos como Bryan y Ricard.

Uzuni pidió un penalti de Saúl que no mandó revisar la Sala VOR. Si Xavi Hernández lo ve entra en cólera. Ya metidos en los ocho de añadido, en el 93’, la tuvo el albanés, pero metió bien Oblak una mano abajo para negarle las tablas.

Casi cuando se cumplía el tiempo, el Granada arriesgó saliendo desde atrás para no tirar el balón y Marcos Llorente marcó el 3-1 final.