El Granada supera el trámite ante el flojo Arosa (0-3)

El Granada se clasificó para la segunda ronda de la Copa del Rey al ganar por 0-3 al Arosa, conjunto gallego de Tercera Federación, en un partido de trámite que dejó el reencuentro con el gol de Callejón, Weissman y Famara.

El motrileño marcó en un primer tiempo aseado del Granada, dominador casi siempre ante un rival voluntarioso pero con poco fútbol, mientras que en la segunda parte, con el campo en muy mal estado y fuerte lluvia, se vio una versión mala de los rojiblancos, que marcaron al final sus dos últimos goles.

Paco López formó con un once plagado de suplentes, incluidos en el mismo los jugadores del filial Adri López y Miki Bosch, y con sólo dos futbolistas titulares en las últimas citas: Álvaro en el lateral zurdo y Gonzalo Villar formando en la medular con Petrovic.

Como era de esperar, dominó el Granada desde el principio, monopolizando la posesión de balón y sometiendo a los locales, aunque sin insistencia ni continuidad.

Firmó los primeros acercamientos Perea, alejado casi siempre de su zona de partida en el extremo zurdo. Su tiro en el minuto 6 lo sacaron con apuros entre Santi y el portero Raúl en la misma línea cuando parecía gol.

Vieron los locales que el Granada no mordía, ni figurada ni realmente, y se animaron a irse para arriba. Lo hicieron en un par de acciones de Borja Míguez aprovechando subidas al ataque sin bajada de Manafá.

En la primera hubo susto porque Sylla la tuvo perfecta para rematar en el punto de penalti. Afortunadamente para los rojiblancos, de dorado bajo la lluvia de Vilagarcía de Arousa, el punta no enganchó el balón.

Llegó el gol de Callejón cuando no pasaba nada, ya que los visitantes sólo lo habían vuelto a intentar con un mal rito lejano de un activo Gonzalo Villar.

Tan dispuesto estaba el centrocampista que en el minuto 19 metió un balón perfecto por arriba a Callejón que el motrileño no desaprovechó. 0-1 tras buen control y remate de primeras con la puntera. Bocanada de tranquilidad.

Gonzalo Villar, el mejor con diferencia del primer tiempo, estaba tan animado que poco después firmó una buena jugada personal que acabó con un chut a las manos de Raúl.

El Arosa ya no volvió a inquietar, aunque Santi probó desde lejos a Adri López con un tiro flojo, y el Granada dio la sensación de que ya había hecho lo más difícil y sesteó un rato.

Dominio rojiblanco pero con un juego muy plano y mala interpretación del partido en los últimos metros, con Famara casi siempre de espaldas y Weissman desaparecido en combate.

Varió poco el choque en el segundo tiempo. Ritmo cansino de un Granada perezoso sobre el cada vez más pesado césped de A Lomba, que tampoco permitió que se viera un mejor espectáculo.

Segundo tiempo

Había muchas más pérdidas de balón y sensación de desidia en el Granada que buenos ataques, con el Arosa yéndose arriba cada vez que podía.

A la hora de juego, con el Granada de mal en peor, entró al partido Gumbau por Gonzalo Villar, poco antes de que Borja Míguez volviera a crear peligro con su enésima caída a banda.

Lo intentó desde lejos Álvaro, con un chut que se marchó cerca del palo. El lateral, el mejor rojiblanco del segundo tiempo, puso después un balón de dulce que no encontró rematador.

El Arosa, con fe en busca del empate con el inamovible 0-1 en el marcador, pidió un penalti que no era por una posible mano de Víctor Díaz que no era.

Entró el partido en el cuarto de hora final con sólo un cambio en los rojiblancos, pero tuvo que hacer el segundo al lesionarse Miki Bosch. Entró en su lugar Ignasi Miquel. También lo hizo Sergio Ruiz, para dar mayor solidez al equipo, por un desafortunadísimo Perea, que justificó sus nulos minutos en LaLiga.

En una de sus pocas apariciones, mientras llovía cada vez más sobre el terreno de juego, Weissman pudo marcar tras dejada de Famara, pero estuvo lento y llegó el defensa.

El Granada, al menos, consiguió que el Arosa dejara de mandar y de llegar, sin peligro pero llegar. Encima, fue capaz de finiquitar el partido con dos goles en el epílogo, cuando casi todos ya esperaban el final del partido.

Primero marcó Weissman en el minuto 88 tras cazar un buen balón en largo, regatear al portero y marcar sin ángulo un gol imposible. Capaz de lo mejor y de lo peor el israelí.

A renglón seguido, una buena jugada por la derecha de Manafá acabó con un remate de Famara en boca de gol para el 0-3 final.