La derrota de Eibar hace daño al Granada CF

Granada CF La Resaca

Los detalles negativos brotaron uno tras otro sin freno hasta convertir en pesadilla la indigesta ya de por sí visita rojiblanca de cada temporada a Ipurua

Aitor Karanka aplaude a los suyos en el partido ante el Eibar / Pepe Villoslada / Granada Cf

Granada/La derrota sufrida por el Granada CF en Andorra, donde en la cuarta jornada perdió por 1-0, llegó, entre otros motivos, por el desacierto ofensivo de los rojiblancos, que marraron numerosas y claras ocasiones de gol.

La relativa facilidad para crear opciones para marcar, luego falladas, minimizó el impacto negativo de algunos detalles que dejó el choque, como la superioridad en muchos momentos de un Andorra que es inferior en casi todo, lo mal que presionó el Granada, lo incómodo que se le vio en el campo o el desacierto del técnico Aitor Karanka a la hora de tocar el once con los cambios.

En Eibar no hubo detalles positivos. Peor aún, los negativos brotaron uno tras otro sin freno hasta convertir en pesadilla la indigesta ya de por sí visita de cada temporada a Ipurua, donde el Granada no debería jugar de claro sino de negro, llevando el luto ya puesto de casa.

El 4-0 y, sobre todo, la manera en que se produjo deja la sensación de que el de este lunes no va a ser recordado como un partido más cuando, con la perspectiva del tiempo, se analice la temporada. Huele a traspié como el de la pasada campaña en Vallecas, que dejó muy tocado al equipo.

Confiemos en que no sea así, en que el Granada se levante y palie los muchos defectos mostrados. Ojalá a final de ejercicio sea simplemente un borrón inicial en un expediente brillante, ese examen que suspendes en las primeras semanas de un curso que acabas con sobresaliente.

Pase lo que pase en el futuro, nadie duda de que el partido del lunes presenta muchos cabos sueltos, muchas aristas que merecen ser analizadas, muchos aspectos a mejorar si el estudiante aspira a la matrícula de honor, la única que le garantiza el ansiado y obligado ascenso.

Jugadores

De Ipurua salen retratados tanto los jugadores como Karanka. Ocurrieron cosas que no pueden volver a pasar, que no se pueden repetir si hablamos de fútbol profesional, mucho menos si se trata del equipo, con diferencia, más poderoso a nivel económico de la categoría y que, por nombres, cuenta con la mejor plantilla.

En la mano de esos futbolistas y de ese técnico está demostrar que sólo fue un mal día, el lunes tonto, el que casi todos los equipos tienen una vez por año. Por sus piernas y sus cabezas pasa la posibilidad de redimirse. Dicen que estas pifias, cuanto antes mejor. La de Eibar ha sido tempranera y gorda. Tiempo hay de sobra para rectificar.

Porque puedes perder 4-0 o 10-0, hasta es asumible que el rival te pase por encima y no tengas capacidad de respuesta, ni física, ni futbolística, ni mental. Ocurre y ocurrirá mil veces. Es ley de fútbol.

Es mucho más difícil de concebir y de justificar otras cosas, como que te marquen dos goles casi similares en sendas jugadas de estrategia en saque de esquina. El rival está fino, tú te duermes y te marcan uno, pero dos. El mismo dos contra uno cerca de la esquina, la misma endeblez defensiva, la misma relajación/despiste que permite el chut del rival, la misma pésima lectura de la acción defensiva… inadmisible.

Tampoco es entendible la bajada de brazos tras el 2-0. No puede pasar más. El partido dura noventa minutos y perder por 2-1 o por 4-0 puede ser la diferencia entre ascender o no a final de temporada. Es así de simple. Mazazo moral, golpe psicológico, dificultad para levantarse tras los goles… hasta ahí llegamos, pero dejarse llevar y acabar por acabar, con dos tantos más en contra es incompatible con esa camiseta y ese escudo.

Entrenador

Dijo Karanka en la rueda de prensa previa al choque que las bajas de Melendo y de Alberto Soro le hacían replantearse el sistema de juego. Lo cierto es que al final usó el mismo de siempre, el 1-4-2-3-1, que no varió en todo el partido pese a la clara inferioridad rojiblanca durante los noventa minutos. Incluso, tras el duelo, recordó ante los periodistas que le faltaban dos hombres importantes para su dibujo.

Seguramente no sea recomendable escribir sobre táctica cuando sufres un palo tan grande como el de Ipurua, porque la lógica dice que se hubiera producido también con cualquier otro esquema. Sin embargo, sí que es conveniente pararse, por lo visto hasta ahora, en la inmovilidad táctica del preparador, su tardanza a la hora de mover el banquillo y las pocas soluciones que han aportado esas sustituciones.

Pocos equipos en el fútbol actual se pueden permitir el lujo de jugar siempre como ellos quieren, de que sean los oponentes los que tengan que adaptarse a él. En muchas ocasiones vale aquello de que cuanto más potencial tiene un conjunto, menos variantes tácticas presenta, en la mayoría de casos porque no las necesita.

Las dos últimas jornadas, sobre todo la última, han demostrado que no es el caso del Granada, que ha necesitado alternativas y no las ha encontrado. Karanka se agarra al dibujo que le hizo triunfar en Inglaterra. Piensa en variaciones, aunque por ahora no las usa. En los próximos partidos, especialmente cuando vuelvan las dudas, se verá si sigue siendo así o no.

También si muestra más ligereza a la hora de encontrar soluciones en el banquillo, como sí que hizo el día del Racing de Santander. Ya reconoció en una rueda de prensa que se pensaba muchos los cambios, que analizaba varias variables antes de hacerlos.

Futuro

Lo de Eibar desesperó a más de uno y a más de dos. La amplitud de plantilla y la capacidad de los jugadores, unido a la posibilidad de realizar cinco sustituciones, invita a cambios con mucha más prontitud, más aún, como era el caso, cuando el panorama no es alentador y todo el mundo está viendo los nubarrones que están a punto de descargar.

Lleva razón el preparador con eso de que la liga está recién iniciada y que el equipo aún está en fase de construcción. Y hasta podía recordar que el mismo equipo que ha perdido dos partidos es el único de Segunda que empezó la liga con tres victorias, asunto muy a valorar.

El problema es que lo de Eibar ha hecho mucho daño. Por determinados comportamientos y situaciones, con jugadores y entrenador de protagonistas, que no deberían volver a repetirse para poder pelear por lo que todo el mundo quiere.

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