El cambio de dibujo mejora al Granada CF
El 1-4-1-4-1 por el que apostó Escriba ante el Oviedo dota de mayor fortaleza en la medular y seguridad al equipo, que vuelve a ganar

Granada/El entrenador del Granada, Fran Escribá, es un tipo listo. Tiene sus taras y sus cabezonerías, como todos los técnicos del mundo, pero sabe cuando las cosas no funcionan es necesario cambiar para mejorar.
Al preparador le había costado alterar su habitual 1-4-4-2. Ni siquiera lo hacía en los partidos, cuando el asunto no iba por el cauce adecuado y la prudencia invitaba a alguna variación táctica.
Sin embargo, el pasado sábado contra el Oviedo decidió cambiar de dibujo. Estaba contra las cuerdas, porque una derrota habría significado posiblemente su destitución, y se atrevió a alterar su plan habitual de partido.
El esquema habitual mutó a un 1-4-1-4-1, que para algunos teóricos del fútbol es un 1-4-3-3. Tanto monta, monta tanto. Al portero y la habitual zaga de cuatro siguió Sergio Ruiz como único pivote, una línea de cuatro avanzados con Gonzalo Villar y Trigueros como interiores avanzados, con Rebbach en una banda, Stoichkov en la otra, y más adelantado Lucas Boyé como único delantero.
Este nuevo dibujo dotó de mayor fortaleza en la medular al equipo, lo que se tradujo en una mayor seguridad. El Oviedo apenas tuvo ocasiones en todo el partido ante un bloque férreo, seguro y firme que defendió como tiene que defender un equipo que quiere aspirar a ascender.
Los centrocampistas se sienten más arropados con tres hombres en la medular, ganando además la calidad de Gonzalo Villar y de Trigueros más cerca del área que si jugaran en el doble pivote.
Cierto es que se pierde la figura de un segundo delantero, pero tanto Rebbach como, sobre todo, Stoichkov se meten mucho por dentro para ayudar a Lucas Boyé en zona de finalización.
El plan funcionó contra un Oviedo superado en muchos momentos del partidos y que no supo cómo meterle mano al entramado defensivo del Granada en los noventa minutos.
Sin Hongla, que está con sus selección, y sin más centrocampistas en la plantilla, uno de los puntos flacos del plan es que iba a pasar cuando llegara el cansancio. Escribá lo solventó usando al canterano Juanma, que subió una vez más desde el filial, y optan por acabar el partido con línea de cinco atrás.
Loic Wiliams entró para asegurar el resultado en los últimos minutos, acabando el Granada con un reconocible 1-5-4-1 que redujo a la mínima expresión las ocasiones de gol que tuvo el Oviedo en la segunda parte.
Ahora queda por ver si Escribá mantiene este plan alternativo del trivote en la medular para los siguientes partidos, empezando por el próximo ante el Tenerife, o si recupera su habitual 1-4-4-2.
Para el choque del próximo viernes recupera a Hongla y, sobre todo, a Tsitaishvili, cuya ausencia al estar con su selección fue seguramente lo que motivó el cambio de dibujo al que se agarró el preparador.
Dijo Escribá en sala de prensa tras el partido que habrá otros momentos en lo que queda de temporada en que volverá a usar este esquema, sin dar pistas sobre lo que puede hacer en los próximos partidos ante Tenerife y Almería, que también son decisivos para la suerte de los rojiblancos.
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