Carlos Neva, pitado en la mini Rosaleda en una noche de hermanamiento entre aficiones

Granada CF-Málaga

El duelo andaluz estuvo marcado por el feo e innecesario gesto del capitán tras marcar su gol y por la convivencia en paz entre las dos hinchadas, con la malaguista tomando Granada

Carlos Neva mandando callar a su propia afición
Carlos Neva mandando callar a su propia afición / Photographerssports

Granada/La decisión de los dirigentes del Granada de prescindir de la Grada de Animación ha provocado que el Nuevo Los Cármenes sea un velatorio en los partidos del equipo. Únicamente se canta al unísono el himno y se grita para pedir la dimisión de la directiva. Si esto ocurre con una animosa y multitudinaria afición visitante, como la del Málaga, el estadio se convierte en la casa del equipo visitante, como ocurrió este viernes.

En un Nuevo Los Cármenes convertido en una mini Rosaleda, la cordialidad entre aficiones antes, durante y después del partido fue la nota predominante del duelo andaluz, vivido en la grada con muchos ánimos por parte de los más de mil aficionados visitantes presentes en el estadio y con mucho más silencio y pasividad por parte de la hinchada local, que es lo habitual esta campaña.

Aunque a muchos puristas del fútbol no le guste la prenda con colores de dos equipos diferentes, la bufanda bitono que anunciaba el partido entre Granada y Málaga fue la gran protagonista en la previa del choque, con aficionados de ambos equipos comprándola de forma mayoritaria y luciéndola en el cuello o la cabeza.

Las inmediaciones del Nuevo Los Cármenes desde horas antes del choque eran un hervidero y mostraban bien a las claras que la presencia de aficionados visitantes en el encuentro iba a ser muy grande.

Ya en el campo, antes de iniciarse el partido hubo un susto en la zona de Preferencia con un aficionado que sufrió una incidencia médica y tuvo que ser evacuado. Un aficionado del Málaga cruzó el estadio a lo ancho para advertir a las asistencias médicas y gracias a eso fue atendido con prontitud. Parece que se ha aprendido de lo ocurrido la pasada campaña ante el Athletic.

Con el partido ya en juego hubo momentos en que había más interés por lo que pasaba en la grada que en el terreno de juego, con gritos compartidos de “sevillano el que no bote”, los malaguistas uniéndose a los habituales cánticos locales de “directiva dimisión” y otros pidiendo la marcha de Guille Abascal, aparte de pitos en diferentes lances del primer tiempo para el juego del Granada.

El gran protagonista de la segunda parte fue Carlos Neva, pitado por la afición del Granada de forma continua y cada vez más sonora tras mandar callar a la misma al marcar el 1-0. El capitán se equivocó con su gesto y lo pagó, con la afición malaguista sin entender muy bien lo que ocurría.

Después de recibir el empate también fue pitado por los aficionados locales Marc Martínez, que pudo hacer algo más en el tanto de Antoñito

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