Un desastroso Granada CF cae derrotado de nuevo en casa

Granada/El Granada CF sumó su segunda derrota de la temporada en casa y lo hizo ofreciendo una pobrísima imagen ante el Huesca, que venció por 1-3 tras una desastrosa imagen de los rojiblancos en la segunda mitad en la que los cambios realizados por su técnico destrozaron lo poco bueno que se pudo ver en el primer tiempo.

Por tercera jornada consecutiva, Guillermo Abascal realizó cambios en su once inicial. En esta ocasión fueron dos las modificaciones con respecto al once que venció en Ferrol. El técnico sevillano dejó en el banquillo a Sergio Ruiz para dar entrada a Gonzalo Villar en el centro del campo, mientras que en punta de lanza sentó a Shon Weissman para apostar por Uzuni, ya recuperado de las molestias que lo dejaron fuera de inicio en tierras gallegas. El objetivo era tener cuanta más posesión y velocidad de circulación de balón mejor ante un rival que se presumía que se iba a encerrar y lo hizo, pero cuando se puso por delante.

Pero antes de ello, fue el cuadro rojiblanco el que quiso llevar el peso el partido. Con Manu Trigueros y Gonzalo Villar en la medular, el primer intento llegó a los cinco minutos tras un disparo cruzado de Tsitaishvili que no encontró portería. Aunque la mejor ocasión llegó sesenta segundos después tras una gran triangulación entre Trigueros, Hongla y Uzuni que permitió al albanés plantarse solo ante Dani Jiménez, pero remató fatal.

Primer susto

La respuesta no tardó en llegar y en una contra, Soko dejó en evidencia la velocidad de Insua para centrar al segundo palo donde se encontraba Joaquín, que remató pero Miguel Rubio evitó el tanto visitante sacando el cuero bajo palos. Un susto del que se rehízo pronto el Granada CF con una contra de Uzuni que disparó desde el borde del área flojo para que detuviera el guardameta oscense sin problemas.

El idea y vuelta se paró por momentos porque no le beneficiaba el jugador con más visión tenía sobre el verde que es Manu Trigueros, que dio una masterclass de pases al espacio y romper líneas que no fueron aprovechados por sus compañeros. Pasado el cuarto de hora, Ricard tuvo una ocasión de cabeza pero su intento fue muy forzado. Fue la antesala del tanto del conjunto entrenado por Antonio Hidalgo, que demostró que tiene un conjunto muy trabajado tácticamente.

Lo que nadie quería

Abascal avisó en la previa que una de las misiones era no conceder faltas laterales y saques de esquina por el peligro del rival y en el primer córner que tuvo, no lo desaprovechó. El envío al primer palo fue prolongado al segundo y sobre la misma línea de gol, Joaquín remachó en una acción muy protestada pues se pidió mano al rematar a gol y lo pareció pero el VAR, esta vez, no lo entendió así. De nuevo un tanto encajado a balón parado, como ante el Albacete.

La acción enervó a los aficionados con el colegiado, pero con el paso de los minutos sus quejas fueron hacia sus jugadores pues el tanto hizo mucho daño. El Huesca se ordenó atrás con un 1-5-4-1 y su objetivo era claro: defender su renta y tratar de sorprender a la contra explotando, principalmente, la velocidad de Soko. Con 0-1, el juego de los granadinistas bajó muchos enteros. La sociedad Villar-Trigueros no funcionó y jugadores como Tsitaishvili apenas aportaron. Incómodos ante el trabajo defensivo de los aragoneses pero además lentos en las transiciones y pocas ideas en ataque, hasta el descanso tan sólo destacaron un par de intentos desde fuera del área de Ricard y Uzuni que no encontraron portería. La última oportunidad llegó con un centro de Villar al segundo palo que remató de cabeza Lucas Boyé, el cuero rebotó en un zaguero visitante y se estrelló en el lateral de la red del arco defendido por Dani Jiménez. La afición despidió a su equipo con los primeros pitos de la temporada y estamos en la tercera jornada pues no le gustó lo que vio. Y es que había mucho por mejorar en la segunda mitad.

Segunda mitad

La reanudación comenzó con un cambio. Entró Shon Weissman por Gonzalo Villar, mandando a Uzuni a banda para que el israelí formara pareja con Boyé. Los rojiblancos lo intentaron en el arranque con las internadas de Ricard, que en el 50’ recogió un rechace a la salida de un córner que quiso colocar pero su chut no fue entre los tres palos.

El susto llegó en una contra de Joaquín que atrapó Zidane abajo. Cada contra visitante silenció Los Cármenes, que le pedía a sus futbolistas más velocidad en el juego. Pero lo que nadie quería que sucediera, ocurrió. Una falta lejanísma fue ejecutada con un tremendo disparo de Sielva que se estrelló en el larguero de Zidane, que tardó en levantarse y Rubén Pulido, de cabeza y en plancha, remató para ampliar la renta. Afortunadamente, dos minutos después, Hongla puso el cuero en la escuadra a pase de Weissman tras un acción de juego directo (1-2).

Los inventos

Quedaba más de media hora para el final del choque y Abascal se la jugó dando entrada a Pablo Sáenz por Boyé y a Williams por Insua que sufrió, y mucho, la velocidad de Soko que terminó siendo cambiado por puro cansancio. Pero el Huesca nunca renunció al ataque. Y es que se aprovechó del desorden de su equipo propiciado por Guillermo Abascal, que teniendo en el banquillo a Corbeanu, Siren Diao y Rodelas, cambió a Tsitaishvili por Rubén Sánchez para que el lateral derecho cedido por el Espanyol actuara de extremo zurdo. Lo que viene a ser inventar el fútbol.

Pablo Sáenz estrelló en el 81’ el cuero en el larguero. Fue una acción aislada pues el Granada CF no tuvo ideas en ningún momento. Uzuni y Weissman perdidos, Neva en la izquierda estaba agotado al igual que Ricard, que terminó cojo, y el único que aportó algo de frescura era el canterano Sáenz. Así era imposible empatar como así fue. El último recurso fue situar a Miguel Rubio de delantero centro. Eso ya estaba inventado y desde hace años. Antes del pitido final, los oscenses hicieron el tercero por medio de Javi Mier, lo que provocó que los hinchas mostraran su malestar con el juego de su equipo y el técnico, que lleva dos derrotas en las dos citas como local. Mala pinta para ganarse la confianza de los seguidores.