Diego Mariño aumenta la competencia en la portería del Granada

El portero gallego se está haciendo con la titularidad desde la llegada de Escribá

Mariño, en el partido ante el Mirandés / Agencia LOF

Dicen que el fútbol siempre da oportunidades para aquel que sabe esperar y buscarlas, y justo eso es lo que le está ocurriendo al portero Diego Mariño desde que llegara al Granada como agente libre una vez concluido el mercado veraniego de fichajes. Su buen estado de forma hace que, con la inminente recuperación de Luca Zidane, Escribá deba valorar y decidir quien será el portero titular, o si por lo contrario habrá rotaciones entre ambos.

Segunda oportunidad

Tras años como dueño de la portería del Sporting de Gijón, el vigués decidió cambiar de aires y probar suerte en el Almería. Sin embargo, su estancia en el equipo indálico no fue como esperaba, ya que no logró hacerse con la titularidad, quedando relegado detrás de Fernando Martínez primero, y más tarde de Luis Maximiano, que fue el mejor jugador de los almerienses en su estrepitoso curso pasado. Durante dos temporadas, Mariño acumuló apenas 135 minutos en Liga, una situación que a pesar de todo lo llevó a estar cerca de renovar con el club andaluz, aunque el acuerdo finalmente se vino abajo, dejándolo sin equipo. 

Esta inactividad fue rota cuando el Granada decidió apostar por él tras la lesión de Luca Zidane y las dudas generadas por el bajo rendimiento de Marc Martínez desde el primer día que debutó con la rojiblanca. El club nazarí vio en Mariño una oportunidad para reforzar su portería con un guardameta contrastado y con experiencia en Primera y Segunda División y darle una nueva ocasión de destacar en la élite. Tras un tiempo invertido para recuperar el ritmo competitivo, Mariño recibió la confianza de Fran Escribá, quien lo alineó como titular en su primer partido al frente del banquillo granadino, el duelo ante el Burgos donde empataron a dos. A pesar del tiempo alejado de los terrenos de juego, Mariño respondió con creces, mostrando un rendimiento notable que dejó claras señales de que estaba en forma y preparado para el desafío.

La confirmación de su buen estado llegó en el siguiente partido en Anduva contra el Mirandés, donde Mariño fue una de las figuras clave del encuentro. Con varias paradas decisivas, especialmente en el tramo final del partido, y su dominio del área en los balones aéreos, el portero gallego transmitió una gran seguridad y mantuvo su portería imbatida. Sus cuatro intervenciones a disparos dentro del área fueron cruciales, evidenciando que, a pesar de su larga inactividad, Mariño estaba listo para ser el guardián de la portería granadina y asumir nuevamente el papel de un portero confiable.

Competencia sana

El equipo rojiblanco lleva desde la temporada pasada con un serio problema del centro del campo para abajo, y es que de los últimos veinte partidos que el Granada ha disputado, solo suma cuatro porterías a cero (incluyendo el tramo final del curso anterior y excluyendo los amistosos de pretemporada): la última victoria en Miranda de Ebro, el 0-1 en Ferrol, el 3-0 a Osasuna y el 2-0 al Deportivo Alavés. Periplo en el que los nazaríes, con Augusto Batalla, Marc Martínez, Luca Zidane o el propio Diego en la portería, han anotado 21 goles y recibido 37, casi duplicando la cifra.

Aunque todo apunta a que será el propio Luca Zidane el portero titular cuando se recupere de su lesión, el buen hacer de Mariño especialmente en el último partido, puede generar una competencia sana que advierta al hispanofrancés de que su titularidad no está asegurada. De hecho, en el gol de Tsitaishvili en Burgos, la asistencia de Uzuni viene precedida por un genial saque en largo de Mariño que cruzó el campo muy rápido hasta caer en las botas del albanés.

Antes de la llegada de Diego Mariño, la recuperación de Luca era una prioridad urgente para el Granada, ya que la portería se encontraba en una situación delicada. Sin embargo, esa urgencia ya no existe gracias al sólido rendimiento que ha mostrado Mariño desde su debut. El guardameta vigués está cumpliendo con creces, ganándose la confianza del cuerpo técnico y alejando las dudas que existían en torno a la seguridad bajo palos.

Ahora, con la recuperación de Luca Zidane casi completa, el joven meta por el que el club nazarí invirtió medio millón de euros durante el mercado veraniego, está cerca de volver a la acción. Sin embargo, su retorno no será tan sencillo como podría haber sido antes, ya que se encontrará con una nueva competencia en la figura de Mariño, quien ha dejado el listón muy alto con sus recientes actuaciones.

Para Fran Escribá, esta situación plantea un 'problema' que beneficia más que perjudica, ya que contará con dos porteros aptos para la titularidad. La competencia será beneficiosa para el equipo, pero el técnico tendrá que tomar una decisión clave: apostar por la experiencia y solidez de Mariño, o devolver la titularidad a Zidane, que deberá ganarse nuevamente su lugar en el once inicial.

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