Los errores de Escribá y de los jugadores condenan al Granada
Salen marcados por sus fallos tanto el preparador como los futbolistas de Tenerife, donde los rojiblancos sumaron su tercera derrota consecutiva fuera tras desaprovechar un 0-1 a favor

Granada/Uno de los tópicos futbolísticos más manidos es que el fútbol es un deporte de errores. Al que inventó la frase se le olvidó poner la segunda parte de la misma: el fútbol es un deporte de errores donde el Granada comete más que ningún otro equipo.
El partido disputado por el equipo rojiblanco este viernes en el campo del Tenerife es el más vivo ejemplo de que los fallos garrafales tanto de su entrenador como de sus futbolistas están perjudicando muchisimo al plantel rojiblanco, especialmente fuera de casa.
El mal momento del Tenerife y su situación clasificatoria convertían el desplazamiento en propicio para conseguir una victoria y acabar el viernes en puestos de eliminatorias de ascenso. Nuestro gozo, en un pozo, ya que el Granada sumó su tercera derrota seguida fuera, donde sólo ha ganado un partido de los diez últimos, pese a adelantarse en el marcador por 0-1 en el primer tiempo con un gol de penalti de Lucas Boyé.
Falló Escribá descomponiendo el 1-4-1-4-1 con el que tenía controlado el partido. Le había funcionado contra el Oviedo y le esteba yendo bien en Tenerife, pero sacó del campo a Trigueros para meter a Tsitaishvili y mutar a su clásico 1-4-4-2, lo que provocó que el Granada se descompusiera y que el cuadro insular pasara a dominar por completo un partido que después ganó.
Falló Escribá, además, haciendo dos cambios defensivos justo cuando el Tenerife iba a lanzar una falta peligrosa. En lugar de esperar a ver qué ocurría en esa acción y después actuar, metió en el campo a dos defensas quitando a dos atacantes justo antes de que el Tenerife se pusiera 2-1. Esto provocó que poco después tuviera que realizar dos cambios ofensivos, pero ya era tarde y había prescindido de dos piezas claves como Rebbach y Stoichkov.
Falló Escribá no poniendo a jugar a Rodelas, su jugador más desequilibrante que se quedó sin minutos cuando al Granada lo que le estaba faltando era desborde. Absolutamente incomprensible.
Y falló Escribá no llevándose a Tenerife a Hongla, que se quedó sin convocar por no poder entrenar con el equipo tras regresar el mismo jueves de estar con su selección.
Salvo que sea por problemas físicos no comunicados por la entidad, la presencia de Hongla aunque sólo fuera para jugar unos minutos habría permitido al técnico mantener el 1-4-1-4-1 y dar descanso a Trigueros, a Gonzalo Villar o a cualquier otro jugador de la medular.
Sirva como ejemplo que Boyomo, defensa de Osasuna y compañero suyo de selección, disputó al completo la segunda parte del partido que Osasuna, su equipo, jugó el jueves en el campo del Barcelona.
Más allá del técnico también erraron los jugadores, empezando por Manu Lama y el gol en propia meta que se marcó para meter al Tenerife en el partido cuando mejor estaba el Granada.
El central tampoco estuvo afortunado en la acción del 2-1 al estar mal situado en la vigilancia sobre Diarra, lo que le obligó a hacer una falta siendo el último defensa que le costó la expulsión.
En esa acción del gol que decidió el choque hubo un par de fallos individuales más garrafales y decisivos a la hora de que los isleños se pusieran por delante en el marcador.
El primero de Rebbach por perder un balón absurdo en la medular que le costó la contra que provocó la falta de la expulsión y del gol.
El segundo de Mariño al permitir que el chut de Luismi Cruz entrara a gol por su palo, que es por donde nunca pueden conceder un tanto los porteros en un gol de falta directa.
El meta, que hasta entonces había tenido una buena actuación, llegó a tocar el esférico pero no pudo evitar el gol.
Y fallaron a título individual todos los jugadores que tuvieron la oportunidad de ampliar el marcador y que marraron ante la meta defendida por Édgar Badía, que no se erra sólo de forma grave cuando se encaja un gol, también cuando no se marca.
Stoichkov falló a portería vacía y marraron acciones de uno contra uno ante el portero rival jugadores como Sergio Ruiz, Lucas Boyé y Gonzalo Villar a lo largo del encuentro.
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