Escribá tiene cuatro conocidos en la plantilla del Granada CF

Granada CF

El técnico valenciano se reencontrará con varios jugadores a los que ya ha tenido la ocasión de entrenar en otros equipos

El primer entrenamiento de Fran Escribá en imágenes
El primer entrenamiento de Fran Escribá en imágenes / José Velasco / PHOTOGRAPHERSSPORTS

El nuevo técnico del Granada CF, Fran Escribá, tiene mucho trabajo por delante si quiere sacar a flote a un equipo metido en el barro tras un inicio de temporada muy gris. El valenciano tiene el reto no solo de mejorar el planteamiento del equipo en el verde y la posición en la tabla del Granada CF en Segunda División, sino también de apaciguar el ambiente enrarecido que se vive en el Estadio Nuevo Los Cármenes cada partido. Una situación tensa que no solo se ha manifestado esta temporada, sino que viene arrastrándose desde la anterior.

Aunque, mirando el vaso medio lleno, el entrenador tendrá un punto a favor ya que cuenta con la ayuda de conocer a cuatro miembros de la plantilla rojiblanca, y no unos jugadores cualquiera, para que ayuden a que su idea de juego cale y ayuden a los compañeros a entender sus planteamientos desde el primer día. Estos son Lucas Boyé, Gonzalo Villar, Marc Martínez y Manu Trigueros, quienes se antojan esenciales en la plantilla del Granada, exceptuando la portería por las numerosas dudas que ha dejado Marc en sus minutos como guardameta titular, por lo que el catalán deberá competir con Diego Mariño, al que se fichó en el mercado de agentes libres por la lesión de Luca Zidane.

Con el que coincidió hace mas tiempo es precisamente con el portero Marc Martínez, allá por la temporada 2013/2014 en Elche. Con los ilicitanos en Primera División, un joven Marc no disputó ningún partido de aquel curso en el que el equipo valenciano logró salvar la categoría de forma holgada, quedando en el puesto 16 con 40 puntos, justo uno por debajo del Granada precisamente.

El curso siguiente llegaría Gonzalo Villar también a las filas ilicitanas, y coincidió con Escribá partiendo desde el filial (por aquel entonces Gonzalo tenía entre 16 y 17 años). Una temporada fatídica para el cuadro verdiblanco, que se salvó justamente quedando decimoterceros con 41 puntos, pero que descendió por problemas económicos y administrativos dejando su plaza al Eibar, que quedó decimoctavo.

Cambiando de equipo pero no de comunidad autónoma, Escribá aterrizó en La Cerámica para entrenar al Villarreal. Allí coincidió durante dos temporadas con Manu Trigueros, en la 2016/2017 y 2017/2018. El primer curso, el equipo groguet quedó cuarto llegando a la previa de Champions, aunque finalmente fueron equipo de Europa League y la Roma los eliminó en dieciseisavos. Fue una de las mejores temporadas a nivel goleador de Trigueros, que sumó siete dianas y dos asistencias. El año siguiente, el mediocampista logró jugar 44 partidos, con cuatro goles y cinco asistencias.

Finalmente, la coincidencia más reciente se da entre Escribá y Lucas Boyé. Entre la 2020/2021 y 2021/2022, el argentino coincidió con el técnico valenciano en las que fueron sus mejores temporadas a nivel goleador, y se vio la mejor versión de un punta que no termina de explotar con goles en Granada. En su primer curso juntos, Boyé sumó ocho goles y tres asistencias en 36 partidos, mientras que en la segunda sus prestaciones no bajaron a pesar de que jugó doce partidos menos, logrando siete goles y otras tres asistencias.

Toca confiar en que las piezas vuelvan a encajar y el entrenador valenciano le devuelva la ilusión a una plantilla por competir bien y a su afición por llenar el estadio y animar, remando en una misma dirección. Solo el tiempo y los resultados tendrán la respuesta. Con dos jugadores clave a los que ya conoce en una posición determinante como el centro del campo, se espera que Trigueros y Villar encabecen un doble pivote que actue como eje entre lo ofensivo y lo defensivo. Todavía más importante son los goles, aspecto que falló durante la breve estancia de Guillermo Abascal en el banquillo, partidos en los que los rojiblancos generaban ocasiones pero no eran capaces de materializarlas. Ahí tiene un gran papel Lucas Boyé, del que se desea ver todos los goles posibles y que vuelva a su "prime", como se dice hoy en día en las redes sociales, la versión más certera de cara a puerta que mostró en el equipo ilicitano y por la que el Granada desembolsó entre seis y siete millones de euros hace dos veranos.

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