Al menos evitó un bochorno mayor

real madrid | granada cf

Guillermo Ochoa tan sólo se limita a que el Granada no repita el 9-1 de hace dos años

Ochoa llega tarde a tapar el remate cercano de Casemiro, que fue el 5-0.
Ochoa llega tarde a tapar el remate cercano de Casemiro, que fue el 5-0. / Laliga
J. J. Medina

08 de enero 2017 - 02:33

Granada/En partidos como el de ayer se espera que el portero del equipo débil tenga que asumir mucho trabajo. Pero al final de los 90 minutos, la sensación es que Guillermo Ochoa no se empleó demasiado a fondo. Curró, claro que sí, mucho más que Keylor Navas, que no tocó su primer balón en el partido hasta el 40' de juego, pero ni evitó goles cantados ni cometió serias cantadas que pudieran achacarle un trocito de la abultada derrota en Chamartín. Cinco goles más en la cuenta del arquero mexicano, el segundo que más encaja de las grandes Ligas europeas.

Vendido.No dio la impresión de que Ochoa tuviera que sudar mucho, sobre todo cuando antes de ni siquiera tocar el balón con el pie o detener algún centro templado, de esos típicos que se producen con el frío inicio de un partido, el jalisciense ya había encajado dos goles. En todos estuvo prácticamente vendido, aunque claro, pormenorizando, el 1-0 le pasó entre la pierna de apoyo y el brazo, y el segundo, que aunque en fuera de juego, dejó la pelota muerta a Benzema para que marcara a puerta vacía. En el resto tuvo menos incidencia. El centro del tercero era demasiado bueno, casi al igual que el del quinto, y en el cuarto también estaba entregado. No pudo ni hacer algún milagro que empujara al equipo a resistir.

Se le cae la portería.Si un defecto tiene Ochoa es que salir de la protección de los tres palos le cuesta un mundo. Remató el Madrid bastantes veces dentro del área porque es muy blando para salir a bloquear centros y balones altos. Igual de blando que el resto de sus compañeros para jugar, dicho sea de paso. Los blancos sabían que si la ponían en condiciones, el internacional mexicano nunca iría a por ella. En el tercero y el quinto gol se demostró.

Reflejos.Muchas paradas y despejes en la primera parte en el haber de Ochoa, que dentro de que eran de mérito todas esas intervenciones, de no haberlas hubiera sido demasiado escandaloso. De hecho, el Memo detuvo siete disparos del Madrid en la primera parte de los doce que efectuó, incluyendo los cuatro goles que anotaron. Su trabajo disminuyó, al igual que la intensidad blanca, en la segunda parte. Como si no hubiera estado.

stats