Todo es felicidad en el Granada CF

El triunfo ante el Córdoba, el estreno en casa de Escribá y la grada de animación convierten Los Cármenes en una fiesta

La afición rojiblanca disfrutó con su equipo ante el Córdoba.
La afición rojiblanca disfrutó con su equipo ante el Córdoba. / Antonio L. Juárez / PHOTOGRAPHERSSPORTS

Granada/En el Granada CF todo es felicidad desde que Fran Escribá firmó su contrato. Hasta el momento, poco se le puede pedir al nuevo técnico rojiblanco, que en tres partidos ha enderezado la trayectoria de un equipo que con Guillermo Abascal no se sabía a qué jugaba, con una afición de uñas con el anterior entrenador y su discurso y, por supuesto, con la propiedad. Ya se está en la zona media-alta de la tabla, a dos puntos del play off y a tres del ascenso directo. Y, encima, ha regresado la comunión con la afición, que tendrá este próximo sábado otra cita con sus futbolistas ante el CD Tenerife.

Escribá

Al Granada CF le faltaba una pieza que diera tranquilidad, que calmara los ánimos. Pero eso sólo se podría conseguir con resultados y, actualmente, desde que Fran Escribá llegó todo fluye. El valenciano, con su discurso pausado, ha recuperado la confianza en sus jugadores, ha logrado cortar la sangría defensiva con dos porterías a cero de Mariño en tres partidos y ello ha permitido sumar siete puntos de nueve posibles con el que ver el futuro de otra forma. En sus ruedas de prensas se habla de fútbol, no rehúye ninguna cuestión y, aunque se gane, siempre es exigente y pide a su equipo mejorar consciente de la plantilla que tiene entre manos.

El fondo armario

Y es que pocos conjuntos cuentan con los recursos de los rojiblancos. No se pudo contar ante el Córdoba con Uzuni, que ya se encuentra en Granada tras abandonar la concentración de Albania e, incluso, vio el partido en un palco junto a ex como Quini o Roberto Soldado. Tampoco pudo jugar Martin Hongla y Giorgi Tsitaishvili. Y el encuentro, aunque con sufrimiento, se sacó adelante. Además, ha sumado para la causa a Brau, un jugador de la casa al que, por fin, se le ha dado la oportunidad de demostrar su valía y en su estreno gustó a la grada. Escribá ha logrado que marque Weissman, darle minutos a Corbeanu que no cesó en su empeño ante los cordobesistas, le ha dado galones a Gonzalo Villar y Boyé pero aún le quedan cosas por hacer. Entre ellas, lograr la mejor versión de Sergio Ruiz y encontrarle acomodo a Manu Trigueros, que es un jugador diferencial.

La Segunda

El Granada CF juega en una categoría indescifrable donde los resultados lógicos casi nunca se dan. La igualdad es la nota predominante. Por eso, cuando un equipo logra una racha de resultados medianamente prolongada, en un pispás se mete en la zona alta de la tabla. El cuadro rojiblanco es el claro ejemplo de ello. Suma ya seis encuentros sin perder, los dos últimos con victoria, y eso ha provocado que se haya alejado de los puestos de descenso a Primera RFEF donde se encuentra el Almería, y mire hacia arriba. Ningún equipo somete al rival los 90 minutos en Segunda. Casi todos son equipos que saben lo que hacen, explotan al máximo sus virtudes y que pueden ganar en cualquier campo. Eso convierte la categoría en atractiva.

¿Y Sophia?

Un partido más, la presidenta del club, Sophia Yang, no estuvo presente en el palco. En el club de los proyectos a largo plazo, el de la transparencia y demás palabrería que se dice, a la máxima responsable de la nonagenaria entidad ni está ni se le espera. De cara al público, el abandono es total. Sólo acude Alfredo García Amado, consejero y director general, por lo que está a sueldo. Nadie habla. No se da una rueda de prensa de los dirigentes desde la presentación de la campaña de abonos. En ese periodo sólo ha comparecido Matteo Tognozzi para dar a conocer a los nuevos jugadores y entrenadores. El resto, cuando se quiere comunicar algo, por escuetas notas de prensa. Lo mismo Sophia Yang tenía previsto acudir al duelo del Córdoba pero se lo pensó dos veces cuando le confirmaron que se iba a sentar en el palco junto a Antonio Fernández Monterrubio, actual director general del Córdoba, con el que no tuvo precisamente buena sintonía. Sea como fuere, la realidad es que sigue sin dar la cara.

El ambiente

Al margen del triunfo, lo mejor del derbi andaluz fue el ambiente que se vivió en Los Cármenes. Se logró formar una grada de animación que falta hacía. Desde ese rincón del fondo sur era de donde solían provenir los cánticos habituales de “directiva dimisión”. Ahora, al nuevo colectivo se centra en animar por las consecuencias que pueden conllevar no hacerlo y, ante el Córdoba, ya no se escuchó las quejas de los aficionados del resto del estadio hacia los actuales dirigentes. Los resultados mandan y, en el fondo, la gente lo que quiere es ver ganar a su equipo e irse felices a casa como sucedió el domingo. Pocos son los que van más allá. Así está montado el mundo del fútbol.

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