El Granada CF sigue sin despertar y empata ante el Deportivo

Granada/El Granada CF sigue sin ganar en casa. El conjunto rojiblanco no pudo con el recién ascendido Deportivo de La Coruña, con el que empató a uno, que tuvo su momento en la segunda mitad pero no lo aprovechó. El equipo sigue acusando una falta de gol de sus hombres de ataque preocupante y desde el banquillo las decisiones no ayudan a mejorar dicha carencia.

Señaló Guillermo Abascal en la previa del choque que contar con las bajas de Hongla, Uzuni y Tsitaishvili suponían demasiadas bajas y muchos cambios en el once inicial. Sin embargo, lejos de mantener la base que ha venido empleando en el arranque liguero, realizó cuatro modificaciones más, una de ellas obligada por la lesión de Luca Zidane. Entre los primeros destacaron los centrales Ignasi Miquel y Loïc Williams, provocando el cambio de dibujo al jugar con defensa de tres (o de cinco dependiendo del momento del choque). De hecho, tan sólo repitieron cuatro futbolistas respecto al equipo que cayó ante el Huesca, siendo Reinier la principal novedad al debutar con la rojiblanca.

Había expectación por ver cómo le sentaba el nuevo sistema al cuadro granadino. Y le costó adaptarse. Con un estadio que, salvo un par de excepciones, era una tumba y únicamente se escuchaba a los más de 500 seguidores deportivistas, no fue hasta el minuto 15 cuando se vio la primera ocasión de gol. Hasta entonces, detalles de calidad de Reinier y poco más, con Manu Trigueros muy vigilado y cuando eso pasa, los rojiblancos lo acusan.

Gol rojiblanco

La oportunidad al cuarto de hora llegó tras una gran combinación entre Weissman, Reinier y Ricard que culminó Pablo Sáenz con un remate que salió rozando el palo derecho de Helton. Un minuto después, Weissman a la media vuelta lo intentó pero su chut se fue muy alto. Fueron los mejores momentos de los de Abascal, que se concretaron con el tanto que abrió el marcador. En esta ocasión, la fortuna se alió con el Granada CF y un centro de Carlos Neva, que cuajó una buena primera mitad, la introdujo el central visitante Martínez en su propia portería.

Se había hecho lo más complicado. El Dépor lo intentó y tuvo más el balón pero con muy poca profundidad. Únicamente a balón parado generó algo de peligro ante la ansiedad de los locales en ese tipo de acciones. Los tantos anteriormente encajados provocan muchos nervios en la grada cada vez que hay un saque de esquina o una falta lateral. Reinier, al que se le ve que tiene talento aunque no siempre tiene que jugar a la primera y sí retener el esférico sobre todo cuando juega de espaldas, se movió bien entre líneas, destacando también el dinamismo de Pablo Sáenz y el trabajo en la presión de Weissman.

En una jugada de estrategia, el Deportivo hizo trabajar a Marc Martínez pero su remate de cabeza al segundo palo lo atajó el catalán sin problemas. La respuesta llegó por medio de Ricard, mucho más cómodo con el nuevo sistema al no tener tantas preocupaciones defensivas. El lateral recortó sobre la línea de fondo, buscó un mejor ángulo y tras no ver un pase claro a un compañero disparó con la izquierda sin fortuna. Y, como no, el VAR volvió a trabajar para beneficio de los rojiblancos. De nuevo en una acción a balón parado, vieron perforada su portería pero el tanto que anotó José Ángel Jurado no subió al marcador por un claro fuera de juego.

Con la pausa de hidratación y una minitormenta sobre Los Cármenes, el choque bajó muchos enteros hasta el descanso. Únicamente destacó, ya en tiempo de descuento, una contra que remató Ignasi Miquel de cabeza que trató de sorprender a Helton pero el guardameta brasileño del conjunto gallego atrapó sin problemas.

Mal inicio

La segunda mitad arrancó sin cambios pero con el tanto del empate a los tres minutos. En una contra visitante, un centro al segundo palo no lo pudo rematar en un primer momento Lucas Pérez, que no falló en la segunda ocasión que tuvo, esta vez con la zurda, para dejar un poco más callado al Estadio de Los Cármenes. Un mal inicio que pudo ser peor de llegar a ver portería, dos minutos después, un remate de Mella a pase de Lucas. Las temidas desconexiones volvieron a aparecer.

El tanto gallego le sentó muy mal al cuadro de Abascal, que fue sometido por los de Idiakez al no lograr conectar con la pareja del centro del campo, Sergio Ruiz y Manu Trigueros, que entraron muy poco en juego. Un ida y vuelta que no beneficiaba para los intereses locales. Desde el banquillo se movió ficha dando entrada a Insua y Theo Corbeanu por Loïc Williams, conmocionado por lo que contaba como cambio y con amarilla, y Pablo Sáenz. Se siguió con el mismo dibujo pero el choque se jugó más en campo rojiblanco que en el visitante. Yeremay, en el 67’, probó a Marc con un chut raso que detuvo sin problemas el arquero granadinista.

Sin ideas

Estaba más cerca el tanto visitante y pudo llegar tras una gran pared entre Yeremay y Mario Soriano, que volvieron locos a la zaga, pero el remate del segundo lo despejó Marc con los pies. Sin ideas, desordenados, con poco peligro y sin nada a lo que agarrarse, se entró en el último cuarto de hora con pocas esperanzas de sumar los tres puntos. La afición se ilusionó con un tanto de Lucas Boyé en una acción aislada pero fue anulado por el VAR por fuera de juego de Rubén Sánchez. Habría sido un gol inmerecido a todas luces.

Un jarro de agua fría que se unió a una tormenta sobre la instalación del Zaidín. Villar lo intentó a cuatro del final y Boyé en la última acción del choque de cabeza. Pero la creación ofensiva fue prácticamente inexistente y así es imposible ganar en ninguna categoría. Incluso se llegaron a escuchar tímidamente cánticos de “Guille vete ya” por una afición que sigue sin ver ganar a su equipo.