El Granada CF se reengancha a la pelea por ascender

Granada/El Granada CF se reenganchó en la pelea por ascender al derrotar al Real Oviedo y se situó a dos puntos de la zona de play off tras vencer con un solitario gol de Lucas Boyé a los asturianos. Esta vez sí, la afición salió satisfecha con el rendimiento ofrecido por sus jugadores, que se dejaron el alma por lograr tres puntos que los mantiene vivos en la recta final del curso.

Las bajas por los compromisos internacionales de varios componentes de la plantilla obligaron a Fran Escribá a no repetir, una jornada más, su once inicial. Sin Martin Hongla y Tsitaishvili, el técnico suplió ambas ausencias dando entrada a Sergio Ruiz por el camerunés, y a Manu Trigueros por el georgiano, lo que hizo que se jugara con tres centrocampistas. Atrás, no entró Loïc Williams en el eje de la zaga pese a estar recuperado de su lesión, por lo que Miguel Rubio siguió formando con Manu Lama. El resto de componentes fueron los mismos que cayeron por la mínima en Cádiz.

Con un trivote en el centro el campo con Villar y Trigueros por delante de Sergio Ruiz, los rojiblancos buscaron quitarle el balón al cuadro ovetense, algo que no era fácil, pero para ello los dos primeros tenían que ser protagonistas. Y el arranque fue muy movido, con llegadas a ambas áreas, aunque fueron los visitantes los que gozaron de tres saques de esquina casi consecutivos y en uno de ellos, Alemao puso a prueba a Mariño que detuvo abajo sin problemas.

Sin embargo, en ese ida y vuelta, se adelantaron los locales con un golazo de Lucas Boyé en una gran acción de Rubén Sánchez previo robo de Manu Lama por banda derecha. El lateral cedido por el Espanyol puso el cuero al segundo palo y el ariete argentino, de volea y con la zurda, fusiló a Aarón Escandell. Con ventaja en el marcador, el Granada CF tuvo más espacios para correr, que es como le gusta jugar. Pero, como ya avisó el técnico en la previa, había que saber defender, como así fue desde el minuto 10. No obstante, su equipo no renunció a atacar, ni mucho menos, ni a mover al rival cuando tuvo el cuero. Aunque fue gracias a las internadas de Rubén Sánchez cómo hizo más daño a su rival.

Prueba de ello fue el disparo desde la frontal de Stoichkov, que atrapó en dos tiempos el exguardameta rojiblanco. Con Boyé conectado y Rebbach tratando de desequilibrar por la izquierda, a diez del descanso, Portillo tuvo el empate tras un mal despeje de cabeza de Rubén Sánchez, pero su flojo remate desde la frontal lo detuvo Mariño sin problemas. La respuesta la ofreció Boyé con otro duro disparo, esta vez con la derecha, que hizo trabajar a Aarón de nuevo.

Los de Javi Calleja echaban en falta una mayor participación de sus dos jugadores de banda, Hassan y Chaira, con Alemao bien vigilado por los centrales. Apenas sufrieron hasta el descanso gracias al control del esférico que tuvieron en la sala de máquinas que sirvió para irse a los vestuarios con buenas sensaciones para los 9.969 espectadores que acudieron al Estadio Nuevo Los Cármenes en otra noche fría, aunque no lluviosa.

La buena primera mitad de los rojiblancos había que refrendarla tras el descanso. Los asturianos hicieron un cambio con la entrada de Seoane por Portillo por ninguno Escribá, como ya es costumbre. Los granadinistas tuvieron un par de acercamientos al área azulona por medio de Boyé y un disparo cruzado de Stoichkov, al que se le vio ansioso por marcar. Pero lo cierto es que en los primeros 20 minutos apenas pasaron apuros, salvo un disparo desde la medular de Hassan que se marchó junto al palo izquierdo de Mariño.

El dibujo de tres centrocampistas le estaba sentando bien al equipo, con Trigueros mucho más participativo que quiso demostrarle al míster que se había equivocado durante gran parte de la temporada. Además, se ganó al público con un par de buenas acciones defensivas. El Oviedo trató, moviendo el banquillo, de generar peligro pero el orden defensivo de los locales, y el trabajo en las ayudas lo evitó casi siempre.

El técnico valenciano refrescó las bandas situando a Ricard en la derecha por delante de Rubén, y a Rodelas por Rebbach. Pero la posesión comenzó a ser escandalosamente de los ovetenses y apenas tenía recambios en la banqueta para la medular salvo el canterano Juanma Lendínez, al que finalmente tuvo que emplear. Paraschiv metió el susto en el cuerpo a la afición granadina que estaba viendo a su equipo sufrir sin balón. Sólo en jugadas de estrategia tuvieron opciones los rojiblancos. La más clara llegó a tres minutos del final con un saque de esquina ejecutado por Rodelas que fue tocado en el primer palo y Manu Lama, sin oposición, mandó el cuero por encima del larguero cuando estaba solo.

Escribá puso defensa de tres con la entrada de Loïc Williams y dos carrileros para defender la ventaja en los cinco minutos de descuento que concedió Arcediano Monescillo. Y, al fin, se vio el oficio que tantas jornadas se echó en falta para abrochar un partido que pudo hacerlo Rodelas con un disparo desde más de 30 metros sin Aarón bajo el arco, pero el cuero se marchó fuera. Con el pitido final, la afición explotó de alegría. Su equipo se volvió a reenganchar en la pelea por el ascenso, aunque sea por la vía del play off.