Granada CF, el plantillón que no es un equipo

Granada/El Granada CF tiene un plantillón. Lo dicen a menudo los entrenadores que se enfrentan al conjunto rojiblanco y lo repitió tras el partido ante el Cádiz Gonzalo Villar para referirse a lo mal que lo hizo el conjunto en el Nuevo Mirandilla pese al excelso teórico nivel de sus integrantes.

Habitualmente en el mundo del fútbol contar con una gran plantilla no te asegura tener un gran equipo. Sin embargo, sí que hay grandes equipos que no están configurados por grandes plantillas. Es la diferencia entre tener un amplio puñado de destacadas individualidades y lograr que estas se pongan al servicio del equipo y sean capaces de funcionar tanto individual como colectivamente.

El Real Madrid de diferentes épocas, el PSG previo a la llegada de Luis Enrique, la selección española de hace algunas décadas, el Granada CF actual…. el balompié está lleno de grandes plantillas que se estrellan, como está a punto de pasarle a la rojiblanca actual si no lo remedia en las pocas jornadas que quedan para el final de la competición.

La culpa de no poder convertir una gran plantilla en un gran equipo suele ser culpa de los entrenadores, en este caso de Escribá, que con el paso de las jornadas demuestra incapacidad clara para poder sacar más rendimiento de sus futbolistas. El técnico, más allá de sus empeños inexplicables en unos jugadores por delante de otros, se agarra a su 1-4-4-2 como clavo ardiendo pese a que el equipo ha demostrado que no funciona con ese dibujo.

La temporada pasa sin que los jugadores rojiblancos demuestren su teórico potencial y sin que Escribá sea capaz de mejorar al equipo, con el ascenso escapándose jornada a jornada entre los dedos sin remedio. Por supuesto que queda tiempo para que el Granada se meta de lleno en la pelea, incluso por el ascenso directo no sólo por las eliminatorias, pero hace falta un giro total en la situación. O bien cambiando de entrenador o bien entendiendo el actual que tiene que hacer cosas diferentes.

Escribá, mientras, a lo que se dedica es a señalar jugadores, algo que suele estar bastante mal visto en un vestuario. Si ya meses atrás le puso la cruz a Ignasi Miquel, que acabó saliendo en el mercado invernal, en las últimas semanas sus críticas han ido dirigidas a diferentes futbolistas como Siren Diao, Óscar u Hongla, sobre el que recayó la culpa de la derrota ante el Cádiz por su error en el pase atrás a Mariño.

Más allá de los futbolístico da la sensación de que este Granada necesita una cura mental. Volver a creer, levantar el ánimo, mejorar la autoestima, sentirse otra vez buenos, no venirse abajo con un gol en contra, rebelarse ante el mal resultado, tener un poco, aunque sólo sea un poco, de amor propio y de espíritu de superación. En definitiva, ser capaces de revertir una situación negativa tirando unión, de competitividad y de la calidad que tiene el plantel, algo que el equipo no está haciendo, como se puede ver partido a partido, especialmente fuera de casa.

¿Y quién le aprieta las clavijas al equipo? ¿Qué dirigente hay que dé la cara ante el plantel? Queda la nada más absoluta, como cuando hablamos del juego del Granada en Cádiz. Se destituyó al director deportivo y no se trajo a nadie para ocupar esa función, por lo que los máximos dirigentes son los que tienen que tomar las decisiones deportivas directamente.

Estamos en manos de Sophia, Aranguren y García Amado. Como para echarse a temblar. Ellos, con sus inmensos conocimientos futbolísticos ampliamente demostrados, son los que tienen que decidir si Escribá continúa o no, si al equipo le hace falta un relevo o no. ¿Y la próxima temporada, la prepara y planifica alguien? Es todo un desaguisado de tales proporciones que sería para hartarse de reír s fuera un chiste en lugar de la cruda realidad.