El Granada empieza de cero con Escribá
Granada CF La Resaca
El partido del domingo en Burgos sirvió para demostrar dos cosas: que no era tan difícil hacerlo bien y montar equipos con un poco de lógica, y que los males del Granada no se solucionan ni en tres entrenamientos ni en un partido
Granada/Pocas veces en el mundo del fútbol se ha perdido el tiempo de una forma tan absurda. El Granada ha tirado al váter los meses de julio, agosto, septiembre y casi todo octubre. Desperdició unas primorosas semanas de pretemporada con un entrenador falto de capacidad y de experiencia que duró en el banquillo menos que un Kinder Bueno en la redacción de un periódico.
El invento de Guille Abascal fue un desastre. Cómo de mal lo habrán visto los dirigentes para despedirlo en la sexta jornada sin pisar el equipo los puestos de descenso, tras tres empates seguidos y casi ganando el último partido. Que no digo yo que esté mal echado, pero que sorprende lo fulminante que fue el club con la piedra angular de su proyecto, como lo definió Tognozzi en su presentación.
Lo único bueno de los meses perdidos es que Abascal dejó seis puntos en la buchaca. No es un gran botín, porque si lo fuera no se habría ido sin ni siquiera comerse la Torta de la Virgen, pero al menos impide al equipo estar en descenso y hace que la distancia a remontar durante la temporada sea algo menor.
Y ha llegado Escribá, la antítesis en muchas cosas de su antecesor, para que quede claro el nulo criterio de los que firman en el Granada. El técnico valenciano empieza de cero, como le ocurre a cada entrenador cuando aterriza en un equipo. El legado de Abascal es seis puntos y poco más, apenas hay nada sobre lo que poder construir.
El partido del domingo en Burgos, el del estreno del nuevo técnico, sirvió para demostrar dos cosas: que no era tan difícil hacerlo bien y montar equipos con un poco de lógica, y que los males del Granada no se solucionan ni en tres entrenamientos ni en un encuentro.
Todo lo que ha hecho Escribá desde que ha llegado, desde sus comparecencias ante la prensa, hasta su alineación o sus cambios en El Plantío, ha estado cargado de coherencia. Y ese es el primer paso para que el asunto funcione. Jugadores en sus puestos, pese a la posición de Ignasi Miquel como central diestro, esquema lógico, buena interpretación del partido sin balón, capacidad para marcar…
Sin embargo, cuando se funcionaba bien y la victoria parecía cercana para que el tópico de entrenador nuevo se cumpliera, aparecieron los fantasmas del pasado, los errores que han llevado al Granada a ser un meme de equipo en estas primeras jornadas y que tantos puntos le han costado.
Otro gol recibido a balón parado con estrategia del rival buscando el maldito segundo palo, otra vez la incapacidad para dejar la portería a cero, de nuevo el tanto contra cuando vas por delante en el marcador… un nuevo partido de tres puntos que se escapa de las manos, y ya son demasiados esta temporada.
El Granada llegará a Miranda el próximo sábado con cuatro entrenamientos más en el cuerpo y con, seguramente, un par de jugadores importantes recuperados. Le esperan Raúl Fernández y compañía para demostrar que en Segunda todo el mundo sabe hacer relojes. La segunda prueba para el Granada de Escribá, de pretemporada en plena competición, construyendo a marchas forzadas tras empezar de cero en la jornada séptima.
Los que firmaron a Abascal todavía siguen en sus cargos. En este Granada de dirigentes necios e incapaces con una gestión nefasta a sus espaldas no dimite nadie. Estaría bueno. La dignidad y la vergüenza quedaron para mejores ocasiones. Mientras la vaca dé leche, no se mueve nadie, aunque hayan hipotecado una temporada entera con el fichaje de un entrenador que ha durado seis jornadas. A ver si Escribá es capaz de arreglar el desaguisado.
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