Un inesperado gol deja sin puntuar al Granada CF Femenino

Un injusto mazazo en el minuto 89 privó de un merecido punto a un Granada CF Femenino valiente y jugón que, como en la temporada anterior, acababa perdiendo por la mínima en su visita a Lezama. El conjunto andaluz tuteó sin miedo al Athletic, generó oportunidades de gol y pudo igualmente llevarse la victoria.

Con las bajas por la cláusula del miedo de Naroa Uriarte, Amaya Iribarren y Paula Arana, y de la sancionada Isa Álvarez y la internacional Ornella (en el mundial sub 20), Arturo Ruiz presentó en Lezama un conjunto con tres novedades. Entraban en el 11 inicial Marta, Alba y Miku. La fresca y soleada mañana invitaba a jugar al fútbol y las visitantes querían dar buena imagen y mejorar detalles, como pedía su técnico en la previa. Y desde el primer minuto iban a disputarle el esférico al Athletic Club, con dos carrileras adelantadas y una presión muy arriba que daría pronto sus frutos.

Las de David Aznar, por contra, no conseguían llegar con claridad al no encontrar espacios y solo en un contragolpe pudieron adelantarse. Zugasti se marchó por velocidad, dribló a Sandra y desde el vértice derecho del área grande cruzó el balón al lateral de la red. La sorpresa llegaría un minuto después. esa intensidad en la presión provocó un error defensivo de las locales y la nigeriana Etna se encontró con la pelota. Su disparo raso lo despejaba con un pie Nanclares, pero el cuero llegaba a la solitaria Lauri y esta no perdonaba y colocaba el 0-1 en el minuto 12 de partido.

No cambió mucho el decorado tras el tanto. Las vizcaínas no estaban cómodas, se veían superadas en el centro del campo y el peligro rondaba más la portería de Nanclares que la de Sandra. Aunque la guardameta nazarí se llevaría un susto tremendo en una jugada aislada, ya que Pinedo lanzaba una espectacular volea desde 20 metros que saldría escupida con estrépito por la cruceta.

Cercanos a la media hora de juego, el Athletic mejoró sus prestaciones en la parcela ancha y ahora sí conseguía encontrar el premio de la igualada. Nevado centraba raso y paralelo desde la banda izquierda y Nehikari cruzaba lo suficiente para evitar a Sandra y colocar el 1-1.

En el último tramo de la primera mitad no hubo dominador claro. Las locales dispondrían de una nueva llegada, aunque esta vez Nehikari disparaba en difícil postura, muy por encima del larguero. Seguían sin esconderse también las andaluzas, que provocaron algún nuevo saque de esquina de los que, sin embargo, no supieron sacar provecho.

Tras la reanudación, los dos equipos volvieron a salir con valentía en su búsqueda de la portería contraria. Lo cierto es que las de Arturo Ruiz volvían a competir con criterio y sin miedo contra uno de los equipos importantes de la categoría. Aunque las bilbaínas serían las primeras en avisar en este período con un remate pegado al palo de Azkona, las granadinas mimaban el esférico, intentaban acercarse al área local y tuvieron durante más minutos la pelota en su poder. Esto provocó que Alexía dispusiera de dos oportunidades para adelantar de nuevo a las suyas. En el minuto 54 remataba flojo a las manos de Nanclares, y cuatro minutos después probaba con un centro chut que la mano de la cancerbera local evitaba que el balón entrase en la portería.

No decayeron las fuerzas de unas y otras y el encuentro seguía abierto y con emoción, pero el único saque de esquina de las de Aznar sería despejado con el puño por Sandra, que se hizo daño en la caída y tuvo que ser sustituida. El técnico local entendió que le podía escapar la contienda y buscó en su banquillo. Hizo cuatro sustituciones en tres minutos, más seguía sin imponerse el Athletic Club a un Granada intenso que continuaba su presión muy arriba y sin errores.

Además, pudo marcar el equipo andaluz tras un saque de esquina, en un remare de cabeza de la brasileña Jujuba que se marcharía por encima dle travesaño. Y cuando moría el partido y el empate parecía que iba a ser definitivo, llegó el inesperado tanto de la victoria bilbaína: Nerea Nevado centraba con mucha rosca desde la banda derecha y la pelota, sin que la tocara nadie, se introducía por el segundo palo.

La desolación se apoderaba de las jugadoras de Arturo Ruiz, que veían como se les escapaba un empate más que merecido.