El mal agüero de que Los Cármenes no comience siendo un fortín

El inicio de temporada de los rojiblancos está lejos de lo esperado de una de las mejores plantillas de la categoría, que además cuenta con el 'favoritismo' de haber descendido desde Primera el curso pasado y venir de un fútbol todavía más exigente. Si nos ceñimos a los dos partidos como local, la imagen ha sido todavía peor, y es que más alla de que en las dos lo único que se consiguió fue una derrota, no se vio a un Granada con un plan claro, conciso y bien ejecutado.

En una liga como la Segunda División, es muy importante ganar una identidad y saber que cada partido será un sufrimiento, por lo que hay que preparar el campo de batalla. Es muy importante que los rivales que visiten Granada lleguen con la premisa de que tendrán que sufrir y pelear mucho para llevarse los tres puntos de Los Cármenes, algo que ya ocurrió las anteriores temporadas pero que, en esta, de momento no se está consiguiendo.

En la temporada 2022/2023, los nazaríes quedaron como campeones en una temporada cuyo ascenso fue prácticamente gracias a su buen hacer como local, y es que nadie ganó en Los Cármenes en todo el año. Ninguno de los 21 equipos logró sacarles los tres puntos jugando con el aliento de la afición detrás, un récord sobre el que este año no han podido ni hacer el intento de igualar. Por aquel entonces, los rojiblancos vencieron 2-0 al Racing de Santander, 3-0 al Villarreal B y 2-1 al Mirandés en las tres primeras jornadas, con un balance de siete goles a favor y uno en contra. No fue hasta la cuarta jornada que empataron a cero, precisamente contra la SD Huesca.

En la primera temporada de Diego Martínez, la 2018/2019, el cuadro rojiblanco comenzó empatando a uno contra el Lugo, para en la jornada siguiente vencer por 2-0 al Osasuna con goles de Ramos y Vadillo. Los rojiblancos comenzaron a hacer de Los Cármenes una fortaleza en la que los rivales sabían que para que rascar más de un punto tenían que sudar sangre. De hecho, la imbatibilidad esa temporada se mantuvo hasta casi diciembre, cuando en la jornada 15 el Sporting de Gijón se llevó la victoria por 1-2.

La misma tónica se observa en la temporada previa, con Miguel Ángel Portugal en el banquillo. Los rojiblancos arrancaron el curso con un 0-0 frente al Albacete Balompié, curiosamente el mismo rival inicial que este curso pero con un resultado diferente para el Granada, aquel día al menos no perdieron. Empate a 2 contra el Barça B, cómoda victoria por 3-1 frente al Córdoba, etc. Una buena racha en casa que no se vería truncada hasta el 12 de noviembre, cuando el Sevilla Atlético venció por 1-2 en la jornada 14.

En todas estas temporadas, en las que los rojiblancos tardaron meses en perder en casa (o en el caso del último ascenso terminaron el año invictos), resalta el patrón de que un buen inicio en Los Cármenes suele ser sinónimo de ascenso, o al menos, de playoff, y es que en una categoría tan sufrida como la Segunda Española, cuya exigencia sube cada año, hacer de tu casa un seguro de puntos es una de las principales claves para volver a subir.

Por seguro que la culpa no la tiene la afición, que sigue estando cada vez en más número a pesar de que el vaso de decepciones se llenó hace tiempo. Un mercado prometedor, que de momento solo está afeando una identidad aun por conseguir, es otro punto a favor de los rojiblancos que han logrado una plantilla para, al menos a priori, estar arriba. Ya van tres jornadas y todo lo que en otros años se comenzó a gestar en casa, en este curso está siendo todo lo contrario. Ahora le toca a Abascal y a sus pupilos ponerse el mono de trabajo, "reaccionar ya" como dijo el sevillano, y volver a convertir Los Cármenes en una fortaleza igual de eficaz o más como fue en sus tiempos la Alhambra.