Miguel Rubio se despide del Granada: “No es fácil decir adiós a un club que se ha convertido en mi casa”
“He tenido el orgullo y la responsabilidad de defender este escudo con todo mi corazón, con la única intención de estar a la altura de lo que representa este club y su gente”, indicó el zaguero, que se marcha del club tras tres temporadas

El defensa Miguel Rubio es uno de los jugadores que se marcha del Granada al expirar su contrato a final de este curso.
Era uno de los más veteranos del vestuario al acumular tres temporadas en el mismo, pero también uno de los que se sabía con seguridad que iba a salir. Todo hace indicar que en los próximos días se convertirá en nuevo jugador del Espanyol.
Pese a su esperada marcha, ha contado para los técnicos rojiblancos prácticamente hasta el final. Sólo Pacheta en los últimos partidos dejó de contar con él para usar a Manu Lama.
De todas formas, su predisposición siempre ha sido máxima y en la última jornada llegó a infiltrarse, al estar lesionado, para jugar si era necesario. Todo un ejemplo de profesionalidad.
Ahora se ha despedido del granadinismo con una misiva que ha hecho pública a través de su cuenta personas en diferentes redes sociales.
“Después de tres años que recordaré siempre ha llegado el momento de despedirme del Granada CF”, comienza Miguel Rubio en su texto de despedida.
“No es fácil decir adiós a un club que se ha convertido en mi casa, en mi familia, y que me ha permitido crecer tanto dentro como fuera del campo”.
Miguel Rubio deja claro que “desde el primer día” en que estuvo en el Granada se sintió “parte de algo especial”.
“He tenido el orgullo y la responsabilidad de defender este escudo con todo mi corazón, con la única intención de estar a la altura de lo que representa este club y su gente”, añadió.
“Gracias a todos los que formáis parte del club: compañeros, cuerpo técnico, trabajadores del día a día que hacen que todo funcione y, por supuesto, a una afición que siempre estuvo ahí, empujando con fuerza y haciéndome sentir en casa”, expone.
“Me habría encantado despedirme cumpliendo todos los objetivos que soñábamos juntos, pero estoy seguro que los conseguiréis. Me quedo con todo lo aprendido, con los compañeros que hoy son amigos, con el cariño de una afición que siempre estuvo ahí y con el orgullo de haber sido parte de esta historia”.
“Gracias Granada por todo. Eterna lucha”, grita Miguel Rubio en el final de su despedida.
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