Nueva demostración de incapacidad del Granada (1-0)

Un gol de chiste y la nada más absoluta en ataque condenan al equipo de un pasivo Escribá ante el Cádiz y le alejan aún más del ascenso

Ontiveros protege el balón ante Rubén en una acción del partido
Ontiveros protege el balón ante Rubén en una acción del partido / Cádiz CF

Granada/El Granada ofreció otra demostración de incapacidad este domingo en el campo del Cádiz, donde perdió por 1-0 y dio otro paso atrás en sus opciones tanto de ascenso directo como de disputar las eliminatorias para subir.

Entre Hongla y Mariño perpetraron un gol de ‘Videos de Primera’ que costó la derrota a un equipo que no mereció otra cosa. Salvo en los primeros minutos fue un equipo inofensivo, plano, absurdo, un mal competidor, un engendro imposible de ver.

El Granada fue en Cádiz un equipo desesperante, de pegarse cabezazos contra la pared, de chillar con motivo. No tiró entre los tres palos rivales, no creó ocasiones salvo un tiro al palo del rival. No compite, no gana duelos. No tiene alma, ni ímpetu, ni amor propio.

Juega como se le diera igual todo. Deja pasar los minutos de los partidos como el que la vida discurrir. Es un meme de equipo. Y desde el banquillo no ayuda Escribá a que la cosa mejora, con pasividad, cambios tardíos y fe en un dibujo que no funciona.

El inicio de partido del Granada fue esperanzador, con dos ocasiones en diez minutos y sensación interesante de mando, pero ese panorama apenas duró un cuarto de hora, que es lo que tardó el Cádiz en ajustar sus líneas para desactivar el previsible juego rojiblanco.

La primera llegada, no obstante, fue de los locales, con un intento de Ontiveros que acabó en las manos de Mariño.

Respondió el Granada con una llegada por la derecha de Rubén a la que siguió el chut de Lucas Boyé contra la defensa cuando estaba en franca posición para marcar.

Aprovechó poco el Granada las subidas de Rubén, que tuvo delante un Ontiveros al que le cuesta correr para atrás.

El balón era visitante y en el minuto 9 llegó la ocasión más clara, y la última visitante del primer tiempo. Otra vez rompieron los de Escribá por la derecha, con un pase al espacio a Tsitaishvili, que no estaba en fuera de juego. El pase atrás del georgiano tocó en un defensa y acabó en el palo.

Respondió el Cádiz con un tiro flojo de Melendo, pero la tónica varió y los locales poco a poco se engancharon al partido, aunque sin tener ocasiones claras.

Estaba por ver hacía donde rompía el partido y lo hicieron añicos Hongla y Mariño. Una de esas combinaciones absurdas e innecesarias con el portero de las que tanto abusa el Granada de Escribá acabó con un ‘melón’ del camerunés, un control erróneo del meta con la pierna equivocada y el gol de Chris Ramos, que andaba por allí presionando y que nuca se verá en una igual.

Otro tiro en el pie, otro suicidio deportivo, un nuevo gol regalado, el enésimo disparate.

Era el minuto 28 y ya no pasó nada más en el primer tiempo porque el Cádiz aguantó bien y el Granada, con un juego previsible que aburre a las ovejas, no dio de mitad de campo en adelante ni un pase en condiciones, con una preocupante falta de continuidad en el juego.

Ontiveros pudo marcar el 2-0 en una vaselina tras otro córner mal defendido por los rojiblancos y, la polémica, el talentoso jugador pudo ser expulsado por una entrada a Tsitaishvili. El VAR no entró y no hubo ni amarilla.

La segunda parte comenzó con un envío de Mariño directamente fuera. Para hacernos una idea de lo que nos esperaba. El partido fue un calco de la mayor parte del primer tiempo, con un Granada incapaz de combinar en la medular y arriba ante un Cádiz controlador, sólido, firme, ganador de duelos, agarrado a su plan.

Pasaban los minutos sin que hubiera jugadas peligrosas, lo que favorecía a los locales, con una irritante falta de chispa y de juego en el Granada. Los ataques rojiblancos se iban una y otra vez al limbo.

Rondando la hora de partido, con la lluvia haciendo acto de presencia en el Nuevo Mirandilla, Tsitaishvili lo intentó con el exterior para mandar el balón a las nubes.

Como es habitual, Escribá no si inmutaba en el banquillo. Los cambios ya si acaso más tarde, cuando esté el partido perdido. De hecho, en el minuto 66 llevaba dos cambios el Cádiz y ninguno el Granada. Ver para creer.

Justo después de que Rubén Sobrino casi marcara el 2-0 en un saque de esquina, por fin hizo cambios Escribá, aunque uno de ellos no fue Rodelas. Entraron Reinier y Trigueros por Rebbach y Gonzalo Villar, sin que cambiara nada en el inofensivo 1-4-4-2 del técnico.

En el minuto 77, es decir tardísimo, entraron al campo Weissman y Rodelas, que se colocó de lateral izquierdo, por Stoichkov y por Carlos Neva. Tuvo algo más la pelota el Cádiz en los últimos minutos, pero siguió sin crear ocasiones.

Los últimos intentos, todos desde fuera del área y sin encontrar portería, fueron disparos fuera de Tsitaishvili, de Lucas Boyé y de Reinier.

Ficha técnica

Cádiz: David Gil; Zaldua, Kovacevic, Víctor Chust, Climent; Diakité (Fede San Emeterio, 46’), Rubén Alcaraz (Escalante, 90’), Rubén Sobrino, Melendo (Matos, 66’); Ontiveros (Álex Fernández, 80’) y Chris Ramos (Carlos Fernández, 80’).

Granada: Mariño; Rubén, Rubio, Manu Lama, Carlos Neva (Rodelas, 77’); Hongla, Gonzalo Villar (Trigueros, 70’), Tsitaishvili (Borja Bastón, 86’), Rebbach (Reinier, 70’); Stoichkov (Weissman, 77’) y Lucas Boyé.

Goles: 1-0, (28’) Chris Ramos.

Árbitro: Mallo Fernández (Comité castellanoleonés), Mostró cartulina amarilla a Diakité (32’) y Fede San Emeterio (77’).

Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 31 disputado en el Estadio Nuevo Mirandilla de Cádiz ante 13.500 spectadores, un centenar de ellos aficionados del Granada. Antes del inicio se guardó un minuto de silencio en memoria de Nico Hidalgo, ex jugador de Cádiz y Granada recientemente fallecido.

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