El recurso de tres atrás

Llegó la esperada vuelta de Montoro. Mantuvo el Granada al centrocampista entre algodones toda la semana, tras faltar por una lesión en el hombro a los dos anteriores partidos, pero los servicios médico y técnico junto al jugador decidieron que estaba apto para medirse al Deportivo de la Coruña. Con el alta del valenciano y la vuelta de Fede San Emeterio, ausente por sanción la pasada jornada ante el Osasuna, pudo el técnico Diego Martínez alinear de nuevo a su doble pivote titular. Alberto Martín regresó al banquillo tras dos encuentros consecutivos jugando de inicio y ocurrió lo propio con Antonio Puertas, suplente tras actuar en El Sadar para dejar su sitio en el once a Pozo. El preparador dejó posibles cambios de dibujo para el desarrollo del duelo y apostó por su habitual esquema 1-4-2-3-1, con Quini un día más en la izquierda.

Trivote en el rival

El Deportivo, que llegó con bajas al Nuevo Los Cármenes, también tenía sobre la mesa la opción de actuar de inicio con varios dibujos y al final el técnico Natxo González se decantó por el 1-4-1-4-1, metiendo en banda a Borja Valle y dejando a Quique como único delantero, para reforzar una medular en la que durante bastantes fases del choque se impuso a la rojiblanca.

Presión alta

La primera parte, equilibrada y con alternativas, sirvió para mostrar lo bien trabajados que están y la mucha calidad que tienen ambos conjuntos. Las dos escuadras trataron de presionar arriba para ahogar la salida de balón del rival, algo que en la mayoría de ocasiones consiguieron. Fede Vico apenas apareció entre líneas y el Granada casi siempre encontraba la vía de escape en las bandas, con Víctor Díaz y Quini apareciendo en ataque bastante y mostrándose con asiduidad de mitad de campo hacia arriba.

Mucho campo

Montoro tuvo pocas opciones de lucir al estar siempre muy encimado y fue San Emeterio el jugador que mostró mayor recorrido de los del centro del campo tanto en ataque como en defensa. El Granada desatascó el choque contra el Elche a balón parado y este domingo estuvo a punto de ocurrir lo mismo, pero esta vez el remate de Martínez en la acción de estrategia se estrelló en el poste. Una acción que, sin duda, pudo variar lo que pasó después en el choque.

Maldito despeje

Lo que sí que paso igual es perder un partido por culpa de un mal despeje. Ocurrió en Pamplona y también contra el Deportivo. El equipo pocas veces se quitó la pelota de encima con golpeos en largo pero en una que lo hizo Martínez arriesgó más de la cuenta. estrelló su pelotazo en un rival, la vigilancia de sus compañeros no era la correcta y Quique fusiló a Rui Silva.

Punta por punta

Poco después llegó el primer cambio del equipo, Rodri por Adrián Ramos, una sustitución que con el colombiano en buenas condiciones físicas no hubiera llegado con el 0-1 que había en el marcador. Todo siguió igual en cuando a dibujo tras esa sustitución pero el plan de juego iba a cambiar pronto dado que al equipo le costaba mucho hincarle el diente a un casi siempre bien ordenado Deportivo.

La modificación

Con la entrada de Antonio Puertas por Vadillo pasó el Granada a la defensa de tres, algo que es habitual en el equipo tanto para defender un resultado como para tratar de tener más llegada. Como en este caso la meta era lo segundo, se pasó a un 1-3-5-2, con el almeriense de segundo punta junto a Rodri, un trivote en la medular con libertad para que se descolgaran Fede Vico y Montoro, y los carriles para Pozo y Quini, muchos más extremos que laterales. Tardó el técnico en realizar su tercera sustitución, que fue Dani Ojeda por Fede Vico. No varió nada en cuanto a dibujo, aunque el perfil del equipo fue hasta el final cada vez más ofensivo, incluso con Víctor Díaz, el tercer central, llegando por la derecha como si fuera lateral, y Germán como delantero centro en varias situaciones en busca del empate.