El efecto Escribá se diluye en el Granada CF
Granada/El choque que el Granada CF disputó en La Romareda ante el Real Zaragoza dejó claro los problemas defensivos que vuelven a tener los rojiblancos. Cuando Fran Escribá llegó a la entidad presidida por Sophia Yang, lo primero que logró fue cortar la sangría de goles en contra. Marcar en cada partido tres o más goles para ganar era una empresa muy complicada. Pero el valenciano lo consiguió. Apostó por Loïc Williams y el equipo mejoró sus prestaciones y, con ello, los resultados. Sin embargo, en las tres últimas citas ligueras se ha vuelto a la andadas y ha encajado seis tantos en tres partidos de liga que han provocado, entre otras cosas, dos derrotas consecutivas y pasar de tener muchas opciones de ocupar una plaza de ascenso directo, a situarse en mitad de la tabla dada la igualdad existente.
La caraja
Que la lesión de Loïc Williams ha hecho mucho daño es una evidencia. Como también lo es que la pareja formada por Miguel Rubio e Ignasi Miquel, que tantos errores cometieron la pasada campaña e, incluso, hace dos, no han dado el nivel casi nunca. Si a ello se suma la escasa aportación defensiva de Ricard, que no ofensiva, se concluye que cuando esa tripleta juega junta, los rivales se frotan las manos y los aficionados granadinos se ponen a rezar. Es la realidad. El más claro ejemplo fue el inicio del partido ante el conjunto de Víctor Fernández. Un equipo profesional no puede encajar un tanto a los 36 segundos fruto de una pelea de un delantero con dos centrales fuertes físicamente. La acción, que puede dejar marcada a ambos para el resto de curso, condicionó el duelo.
La apuesta
Cuando se ven partidos de la categoría de equipos como Sporting, Málaga o Real Oviedo, entre otros muchos, se observan jugadores jóvenes recién salidos de la cantera que rinden porque se les da confianza. En Granada parece que los jugadores de la base, sean formados en la casa o captados ya formados de otros equipos, comen otra cosa y no pueden ser futbolistas profesionales. Sin embargo, en los últimos años han salido jugadores a los que, confiando en ellos y dándole minutos, han rendido y, en algunos casos, han dejado un buen dinero para las arcas del club. De todos son conocidos los casos de Samu Omorodion y Bryan Zaragoza. Pero es que este curso se le ha dado la oportunidad a Brau, más por necesidad que por convicción, Pablo Sáenz que está siendo muy irregular y Oscar Naasei.
Y muchos se preguntan qué tiene que hacer el joven central ghanés para gozar de minutos de calidad tras su buen debut ante el Levante. Tan sólo hay que ser valiente y apostar por él, porque condiciones tiene sobradas para ser un jugador importante en la primera plantilla, más allá de los errores que pueda cometer fruto de su juventud e inexperiencia. Son muchos los que no entienden desde principio de temporada su falta de minutos. Tras el descalabro de La Romareda, lo normal es que haya cambios en la zaga bien sea Oscar o Pablo Insua, que tiene mucha más experiencia y al que se le crucificó, lesiones al margen, en la tercera jornada al quedar en evidencia su velocidad ante el jugador del Huesca Soko. Ya recuperado, no se entiende que no tenga tampoco oportunidades el primer fichaje de esta campaña. Un caso similar es el de Sergio Rodelas. Pero es más fácil apostar por jugadores como Corbeanu que aportan poco o nada. Se trata de arriesgar y ser valiente. No hay más.
El susto
En un primer momento Gonzalo Villar iba a ser titular pero, tal y como informó el club minutos antes del inicio del choque, “notó unas molestias en el calentamiento y, por precaución, salió del once inicial”. Su lugar lo ocupó Sergio Ruiz, otro al que hay que recuperar su mejor versión pero que tan sólo aguantó 40 minutos sobre el terreno de juego. Un mal gestó en su rodilla derecha cuando fue a presionar a banda le provocó una torsión que, ojalá, no quede en nada aunque sus gritos no invitan al optimismo. El Granada CF no ha comunicado su estado ni su dolencia, pero todo indica que puede estar varias semanas ausente. Una piedra más en el camino para Escribá que no termina de dar con el centro del campo que domine los partidos como, por calidad y talento, debería hacer su equipo.
Las tonterías
Señaló Escribá al término del choque que no tiene sentido hacer lo que realizó Józwiak cuando Myrto Uzuni, el único jugador que tiene gol en la plantilla, recortó distancias. El polaco quiso ir a por el balón para que no se perdiera tiempo pero consiguió todo lo contrario. Le soltó un fuerte codazo al guardameta francés del Zaragoza Poussin que, por cierto, fue un espectador más en el choque. Tampoco ayudó Rubén Sánchez, que también fue expulsado por doble amarilla y que será sancionado con un partido, por lo que la esperanza de verlo como titular en Los Cármenes se esfuma hasta el momento. Józwiak es probable que se pierda más de un partido. Otro componente que debe dar mucho más.
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