El plan sólido del Granada CF para el mercado de fichajes

Granada CF

Las circunstancias actuales ayudan a la entidad en la lucha por retener a sus futbolistas

El escaso margen económico y el poco tiempo para confeccionar las plantillas, factores clave

Fran Sánchez y Monterrubio durante una comparecencia / Granada Hoy
Sergio Rodríguez Acosta

16 de agosto 2020 - 07:00

Granada/Defender el producto propio es la prioridad del Granada CF para este atípico mercado de fichajes veraniego. La veda quedó abierta el pasado 4 de agosto, aunque el baile empezó mucho antes. La actitud del club es clara: quien quiera oro que no venga ofreciendo cobre. Era imposible pensar que la gran temporada firmada por el cuadro de Diego Martínez pasase desapercibida, pero quien quiera un futbolista rojiblanco tendrá que mostrar convicción y rascarse el bolsillo. Las circunstancias de esta ventana de traspasos y el escaso margen de maniobra hacen que todo sea un poco más enrevesado de lo habitual.

Hace ya cerca de un mes que la temporada 2019-20 bajó el telón mientras el Granada celebraba su clasificación para Europa en el césped de Los Cármenes. Por aquel entonces, los más pesimistas daban por hecho que los cantos de sirena iban a llegar rápido a los oídos de los artífices de la mejor campaña rojiblanca de la historia. Las semanas han pasado, la pretemporada ha comenzado y de momento nadie ha dado el paso de llevarse a una pieza cotizada del elenco de Diego Martínez.

Cuando un recién ascendido a la máxima categoría protagoniza un año brillante, lo habitual es que otros contendientes más poderosos se abalancen sobre sus mejores jugadores. En el Granada tienen claro que nadie duros a cuatro pesetas. El plan de acción nazarí pasa por enrocarse y defender sus opciones de mantener los pilares de una plantilla que funciona como un reloj.

El nombre propio dentro de la estrategia de mercado de la entidad nazarí es el de Rui Silva. El nombre del guardameta portugués estaba en muchas quinielas antes incluso de que finalizase LaLiga Santander , pero la realidad pura y dura es que el luso ha arrancado la pretemporada a las órdenes de Diego Martínez. La situación con el portero hace que el reloj corra en contra de los intereses granadinistas, sin embargo, la dirección deportiva no está dispuesta a poner facilidades para traspasar a uno de los mejores porteros del último curso. Parece ser que el Betis es el club que más predisposición muestra para hacerse con los servicios de Rui Silva, pero en Heliópolis saben que las negociaciones no serán moco de pavo.

La actitud del Granada con la situación de Rui Silva se puede extrapolar perfectamente al resto de integrantes de una plantilla que ha aumentado su valor de forma considerable. Antonio Fernández Monterrubio dejó bien claro en el mes de junio que vender no es el plan del Granada para este mercado estival. El director general acostumbra a remitirse a la cláusula de rescisión de los jugadores cuando se le pregunta por el interés de otros clubes, algo que comparte Fran Sánchez, director deportivo rojiblanco.

Rui Silva es uno de los nombres propios del verano en las oficinas rojiblancas / Pepe Villoslada/GCF

Las circunstancias de este periodo de traspasos son muy especiales debido al palo que le ha pegado, y le está pegando, el coronavirus al fútbol. La coyuntura económica afecta a todos los clubes sin excepción alguna, pero los más modestos, como es el caso de los rojiblancos, están acostumbrados a moverse en márgenes reducidos.

Rascarse el bolsillo cuesta más que nunca. En otros veranos los 15 millones de la cláusula de Rui Silva, por ejemplo, estarían ya en las arcas granadinistas. La entidad cuenta así con la enorme ventaja de poder negarse a negociar el traspaso de otros futbolistas que han sorprendido al panorama nacional este curso, como es el caso de Domingos Duarte, cuyo contrato acaba en 2023, algo muy lejano en el horizonte. El club ha trabajado para blindar su base con otros movimientos como las renovaciones de Carlos Neva y Antonio Puertas, que ya prolongó su contrato a comienzos de año.

Otra premisa que favorece los intereses rojiblancos es el exiguo margen de maniobra existente para armar las plantillas de cara a la próxima temporada. El largo parón que sufrió la competición durante el confinamiento resultó incompensable pese al apretón que se dio en el calendario. Esto ha propiciado que la antesala de la próxima campaña llegue cuando apenas se ha terminado de saborear el éxito conseguido hace menos de un mes.

La prioridad de todos los entrenadores es tener su plantilla cerrada lo antes posible, pues la cuenta atrás para volver a competir ha comenzado con la preparación. Esta predilección de los técnicos es un gran condicionante para los directores deportivos, que no cuentan con el margen de tiempo habitual para ejecutar las operaciones a fuego lento.

Una de las ideas fijas de Diego Martínez en su discurso es el objetivo de dar valor a los activos del club, que son los jugadores. La posición del club en esta ventana de incorporaciones es ventajosa gracias al gran rendimiento que ha ofrecido su plantilla este curso, por lo que la estrategia a seguir está más que justificada. La situación de Rui Silva y la salida gratuita de Álvaro Vadillo en dirección a Vigo son lecciones valiosas para la entidad rojiblanca, que debe intentar que todas las salidas dejen algo en caja.

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