Montoro regresa como el motor del equipo, aunque algo gripado
El centrocampista firma una buena primera mitad tras superar su lesión, aunque decae en la segunda.
Se notó su falta durante dos partidos y medio, pero Ángel Montoro demostró ayer no estar aún al cien por cien de posibilidades, renqueante de la lesión que le ha alejado unas tres semanas –más el tiempo que lleva aquejado previamente–. Diego Martínez lo escondió durante la semana, sin dejar a las claras si podría volver a contar con su motor o si por el contrario tendría que darle la alternativa a Ramón Azeez.
Los aficionados rojiblancos casi respiraron con alivio al ver saltar a calentar al valenciano, quien dejó unos buenos primeros 45 minutos. Volvió a mostrarse generoso en el esfuerzo, un buen gestor del juego de su equipo e incisivo en el área rival con su llegada desde la segunda línea. Sin embargo, la falta de ritmo acumulada en las últimas semanas le dejó muy lastrado en la segunda mitad, donde el Dépor, con su línea de tres centrocampistas, consiguió asfixiarlo y hacer lo propio con su pareja de baile, un San Emeterio que se notó superado durante buena parte del segundo acto.
Dos minutos tardo el ‘19’ en mostrar su jerarquía en el equipo. Una falta lateral en el franco izquierdo del ataque rojiblanco acabó con su primer centro al área. Su ofrecimiento, control y seguridad defensiva permitió a San Emeterio atreverse a repartir también en la construcción.
Montoro generó una de las primeras ocasiones del Granada CF a la media hora de juego. Acompañó a Ramos y Vadillo en una contra que terminó con el medio en el suelo ante el agarrón de Edu Expósito, acción que el colegiado no quiso ver.
Su peor acción, junto a la merecida undécima amonestación en la competición, se produjo en el minuto 49, aunque él no sabía cómo podía terminar su pase atrás. Recibió de Rui Silva de espaldas al campo contrario, dejó el balón atrás para que Martínez jugara de cara, pero el central eligió mal ante la presión de un futbolista del Deportivo. El balón acabó en las botas de Quique, quien no perdonó y le ofreció la victoria a su equipo.
Pese a bajar su nivel en la segunda mitad, Montoro demostró ayer ser uno de los jugadores claves del equipo de Diego Martínez, ofreciendo trabajo, cabeza y esencia a un equipo al que la falta de resultados le hace flojear las piernas.
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