El Granada CF vuelve a las andadas y cae en Zaragoza

Granada/El Granada CF volvió a las andadas y cosechó la segunda derrota consecutiva tras caer por 2-1 ante el Real Zaragoza, que se adelantó muy pronto y no dejó a los rojiblancos hacer su fútbol. Los rojiblancos volvieron a mostrar una debilidad defensiva preocupante y, salvo varias fases, no dominó el choque en ningún momento.

Escribá apostó en La Romareda por un trivote en el centro del campo con Hongla, Manu Trigueros y Sergio Ruiz aunque en un principio se anunció a Gonzalo Villar pero por molestias en el calentamiento se quedó fuera. Pablo Sáenz y Tsitaishvili actuaron en bandas y Uzuni como único punta. Atrás, Ignasi Miquel regresó al once inicial una vez cumplido su partido de sanción.

Pero el choque no pudo comenzar peor para los rojiblancos. En la primera acción del choque, un balón hacia Iván Azón que se metió entre Miguel Rubio e Ignasi Miquel, que fueron de todo menos contundentes, permitió al delantero del cuadro maño plantarse solo ante Mariño y batirle con comodidad (1-0).

Tan sólo habían pasado 36 segundos de partido y algunos aficionados ni siquiera se habían sentado en sus asientos. De nuevo, tocaba remontar. Un inicio horrible pues costó mucho salir jugando desde atrás al estar ahogados por la presión maña y eso que había tres centrocampistas sobre el verde. Todo llevó a que tanto las bandas como Uzuni apenas entraran en juego en el arranque.

Pasado el cuarto de hora, la dinámica no cambió. El Zaragoza jugaba en campo contrario constantemente ante un Granada CF timorato, con muchas dudas y que estuvo a merced de su rival. Azón trajo en jaque a los dos centrales, no había profundidad en banda y Hongla no daba abasto en la medular. Ni Trigueros ni Sergio Ruiz eran capaces de imponer el ritmo que más convenía y así fueron pasando los minutos en los que el guardameta francés Poussin era un espectador más.

En el ecuador del primer tiempo, poco a poco, los rojiblancos se fueron soltando y en el minuto, en la primera llegada al área zaragocista, Sergio Ruiz pudo empatar tras una llegada desde atrás a centro de Tsitaishvili, pero golpeó mal con todo a su favor en el punto de penalti. Una gran ocasión desaprovechada que pudo meter de lleno al equipo en el partido. La sala de máquinas comenzó a funcionar tras retrasar Trigueros unos metros su posición y Tsitaishvili, antes de la media hora, disparó desde la frontal sin fortuna.

Desde el banquillo se optó por intercambiar los extremos sus posiciones, permitiendo a Ricard hacer más diagonales y jugar por dentro en ataque. Pero la mala suerte se cebó con Sergio Ruiz, que tuvo una torsión en la rodilla derecha muy fea que provocó que desde el banquillo se optara por dar entrada a Lucas Boyé, retrasando definitivamente su posición Trigueros. Se volvió, así, a jugar con dos delanteros.

El Real Zaragoza, pese a bajar su nivel de intensidad inicial, lo intentó en varias ocasiones desde fuera del área con disparos de Aketxe o Calero que no pusieron en excesivos apuros a Mariño. Y así terminó un primer acto de menos a más pero condicionado por el tanto nada más iniciarse el encuentro.

Sin cambios arrancó el segundo periodo en el que el Granada CF estaba obligado a dar un paso adelante para, al menos, tratar de sumar. Pero el que llegó con más peligro fue el cuadro entrenado por Víctor Fernández aunque hubo más equilibrio que en el arranque del duelo. Se jugó más en campo rival pero el peligro siguió siendo escaso para empatar. Pero fue un espejismo. Pues a los 63 minutos, una buena jugada de Liso por la izquierda, que dejó sentado a Ricard, terminó con un centro a Baždar que intentó el remate de cabeza pero el cuero llegó a Iván Azón que alojó el cuero en línea de gol haciendo el segundo.

Con 2-0, Escribá movió ficha y dio entrada a Rubén Sánchez y Józwiak por Ricard y Tsitaishvili pero el segundo tanto hizo mucho daño. El equipo bajó los brazos y apenas puso en apuros al portero zaragocista. Tan sólo en una acción aislada, Myrto Uzuni marcó un golazo en una acción en la que Józwiak fue expulsado por un codazo a Poussin por querer sacar rápido.

Quedaba cinco minutos más el descuento y, con uno menos, el Granada CF se fue arriba con todo. Boyé remató de cabeza tras un centro desde la izquierda pero detuvo el guardameta. Rubén Sánchez también fue expulsado en el descuento y la empresa ya fue imposible. Se volvió a las andadas y el efecto Escribá se desinfla.