La contaminación disminuye de forma drástica en las principales ciudades
CORONAVIRUS
En Madrid cae un 73% la concentración de dióxido de nitrógeno y en Barcelona un 83%. En Málaga baja un 55% y en Sevilla un 36%.
Valencia/Los niveles de concentración de dióxido de nitrógeno -uno de los principales responsables de la contaminación del aire- han disminuido una media del 64 por ciento en las principales ciudades españolas tras las medidas decretadas para la lucha contra el Covid-19; en concreto en la capital el descenso ha sido de un 73 por ciento, solo superada por Barcelona con un 83 por ciento y seguida, en tercer lugar por Valencia con un 64 por ciento.
Estos son algunos de los resultados de un estudio desarrollado por investigadores de la Universitat Politècnica de València (UPV), pertenecientes al Centro de Tecnologías Físicas. Para ello, el equipo de la UPV ha analizado imágenes satelitales de la misión Sentinel-5P del programa Copernicus de la Agencia Espacial Europea (ESA), comparando datos de dos periodos: del 10 al 14 de marzo, por un lado, y del 15 al 20, por otro. A partir de estos datos, han generado una serie de mapas que muestran las concentraciones de dióxido de nitrógeno en algunas de las principales ciudades españolas.
Según destaca Elena Sánchez-García, investigadora del grupo Land and Atmosphere Remote Sensing (LARS-UPV) del Centro de Tecnologías Físicas de la UPV, el dióxido de nitrógeno es un importante indicador de la calidad del aire. "Altas concentraciones de este gas pueden afectar al sistema respiratorio y agravar ciertas patologías. Además, este gas está relacionado con la formación de lluvia ácida", apunta.
Los óxidos de nitrógeno, como el NO2, en el aire urbano tienen su origen en las reacciones de combustión a altas temperaturas que se producen principalmente en los vehículos motorizados. El oxígeno y el nitrógeno se combinan dando lugar al óxido nítrico (NO) que posteriormente se oxida parcialmente originando el dióxido de nitrógeno.
"Tal y como se ha comprobado en el caso de Wuhan (China), o el Norte de Italia, nuestro estudio constata cómo las medidas de confinamiento y reducción de actividad económica se han traducido en una clara disminución de la contaminación atmosférica en todo el país", añade Elena Sánchez-García.
Una lección positiva
En este sentido, la especialista ha recalcado, en declaraciones a Europa Press, que, aunque la situación actual de crisis sanitaria es "terrible", se puede aprender "una lección positiva": concienciar a la gente de que es posible hacer cosas para mejorar la calidad del aire y, por tanto, de vida.
La investigadora comenta que, obviamente, el aislamiento es temporal y no se puede parar ni cambiar toda una forma de vivir de un día para otro pero incide en la importancia de medidas como la movilidad sostenible mediante acciones como "fomentar el uso de transporte público o bicicleta; no utilizar vehículos para una sola persona".
También habría que repensar la industria y, por eso, lanza un mensaje "al corazoncito" de los ciudadanos y las administraciones. Asimismo, advierte: "El contexto actual por sí mismo no regenera el aire; si cuando salgamos, volvemos a hacer lo mismo, tendremos la misma situación".
Además de Valencia, Madrid y Barcelona, el estudio recoge datos también de otras siete ciudades. En la Comunidad Valenciana, donde más se han reducido los niveles de dióxido de nitrógeno ha sido en Castellón, con un 76 por cuento --de las ciudades analizadas, es la segunda con mayor descenso de la contaminación, solo por detrás de Barcelona; y en Alicante, la reducción se cifra en un 68 por ciento. Aunque la variabilidad atmosférica (vientos y precipitación) puede afectar los números calculados para cada ciudad, el efecto de la actual situación de confinamiento es dominante.
Del resto de ciudades estudiadas, en Bilbao la contaminación, comparando uno y otro periodo, ha bajado un 66por ciento; en Gijón, un 65 por ciento; en Málaga, un 55 por ciento; en Zaragoza, un 52 por ciento; y en Sevilla, un 36 por ciento.
Este trabajo se enmarca dentro de la investigación llevada a cabo por el grupo LARS-UPV de la UPV, en la que participan los investigadores Elena Sánchez García, Itziar Irakulis Loitxate y Luis Guanter. Su trabajo se centra en el desarrollo de técnicas de teledetección para la monitorización global de emisiones de gases a la atmósfera.
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